6 de abril de 2025
Fue a eso de las dos de la madrugada del domingo 30 de marzo cuando se perdió el rastro de la lancha pesquera artesanal Bruma, en la costa de Coronel. Las labores de búsqueda se iniciaron recién en la tarde del día domingo y se encontraron los restos de la pequeña embarcación partida en dos, pero no a sus siete tripulantes, quienes habían zarpado desde el puerto de Lirquén para pescar bacalao.
Uno de los principales sospechosos de ocasionar la tragedia es el barco Cobra, de la empresa Blumar. Una nave que mide 64,7 metros de largo y 12 metros de ancho, la cual habría chocado al Bruma cuando se encontraba fondeado (anclado) producto del mal clima. La hipótesis del atropello tomó fuerza al ver la devastación del Bruma y porque la nave sospechosa tenía trazos de pintura en la hélice, lo que indicaba una colisión.
Según contó el padre y abuelo de dos tripulantes, el Bruma se fondeó a las 3:00 pm del sábado y por regla marítima, la embarcación anclada tiene preferencia. Es decir, el barco que navega en esa coordenada es responsable de cambiar su rumbo para evitar choques. En esta ocasión trágica, el Cobra no habría seguido esta normativa.
Desde Blumar descartaron haber chocado con la pequeña embarcación y afirmaron que las manchas eran parte del deterioro propio del barco. Se sumó un robot para ayudar en las labores submarinas pero los restos estaban más profundos que su alcance inicial.
Pescadores artesanales hallaron una carpa, una zapatilla y una gamela con gata pertenecientes al Bruma. Las familias planean interponer una querella por homicidio ya que consideran que los tripulantes están fallecidos.
La Armada encontró finalmente la balsa sin activar del Bruma aumentando aún más las sospechas sobre lo ocurrido. Un tripulante del Cobra también está desaparecido desde hace días tras faltar a una capacitación psicológica.