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¿Es común la depresión navideña? Expertos explican por qué es normal sentirse deprimido en esta época del año

​Aunque lo habitual es asociar la Navidad con diversión y alegría, existen personas que experimentan sentimientos contrarios de melancolía y tristeza.

22 de diciembre de 2024

La época navideña es sinónimo de luces, villancicos, reuniones familiares, regalos, alegría y buenos deseos; sin embargo, existen muchas personas que sufren una profunda tristeza al llegar estas fechas. Es lo que se ha dado en llamar depresión navideña, una dolencia que no conviene pasar por alto.

¿Qué es la depresión navideña o depresión blanca?

Navidad y depresión están más unidas de lo que a priori pudiese parecer, ya que existen personas que experimentan una gran tristeza durante estas fechas. La depresión navideña —también conocida como depresión blanca o blues de Navidad— es un estado de ánimo negativo que algunas personas sufren cuando llega esta época del año.

Realmente está considerada como un síndrome, puesto que la mayor parte de manuales de diagnóstico psiquiátrico no la reconocen. Sin embargo, muchos profesionales la plantean como un Trastorno Afectivo Estacional (TAE).

Así pues, la depresión blanca se relaciona con la Navidad en el hemisferio norte, que cuenta con días más cortos y una considerable disminución de la luz solar. La falta de luz incide directamente en la generación de diversos transmisores cerebrales, como la serotonina, y con menor cantidad de serotonina es más fácil sucumbir a la tristeza.

Síntomas de la depresión navideña

Cuando se sufre depresión navideña, suelen aparecer síntomas como estos:

  • Carencia de energía y de fuerza.
  • Irritabilidad, molestarse por cualquier cosa.
  • Aparición de ideas muy negativas y desesperanzadoras.
  • Permanente sensación de cansancio.
  • Falta de interés por asuntos que antes sí despertaban nuestra atención.
  • Ganas de estar en soledad, rehusando el contacto con otras personas.
  • Sensación persistente de tristeza durante varios días seguidos.

Aunque la aparición de la tristeza en Navidad puede ser relativamente frecuente, cuando se presentan varios de estos síntomas es importante compartirlo con alguien y, sobre todo, tratar de ponerle solución a través de las múltiples terapias contra la depresión que existen hoy en día.

¿Por qué siento tanta tristeza en Navidad?

Sufrir depresión en Navidad puede tener causas diversas, pero en general los principales motivos que ocasionan este trastorno pasan por:​

  • Ausencia de seres queridos. Las fiestas navideñas intensifican el sentimiento de pérdida de las personas amadas que ya no están, haciendo que se sufra una tristeza profunda al acercarse estas fechas.
  • Estrés. Lo que implica hoy en día la Navidad acarrea toda una serie de compromisos que no todo el mundo sabe manejar. Comprar regalos, preparar comidas y cenas, ocuparse de la organización de los eventos, acudir a reuniones con amigos y familiares, etc., son tareas que pueden generar demasiado estrés.
  • Conflictos familiares. La imposición de reunirse con la familia durante esta época ocasiona, en muchos casos, litigios y enfrentamientos. Las personas que no gestionan bien este tipo de conflictos es posible que vayan acumulando un poso emocional negativo que provocará el rechazo a futuros encuentros de este tipo.
  • El hecho de no tener a nadie con quien celebrar estas fiestas, también hace posible la aparición de la tristeza. Quedarse solo en estas fechas puede ser el desencadenante de la depresión navideña para muchas personas.

Aunque este tipo de trastornos se producen a cualquier edad, la depresión en ancianos cuando llega la Navidad resulta especialmente preocupante, ya que, por lo general, son más reacios a pedir ayuda.

¿Cómo combatir la depresión blanca?

El blues navideño puede suponer todo un desafío para quienes lo sufren; sin embargo, existen determinadas estrategias que resultan efectivas para hacerle frente. Estas son algunas de las claves para abordar la depresión blanca:​

  • Gestionar las expectativas. Se trata de establecer metas realistas para las celebraciones y aceptar que no todo tiene que ser perfecto. Así, es necesario priorizar la tranquilidad y el bienestar propios, por encima de las presiones sociales.
  • Mantener rutinas saludables. No abandonar hábitos positivos —como el deporte, la meditación o una buena alimentación— resulta fundamental para manejar los pensamientos negativos. Estas prácticas pueden ayudar a preservar el equilibrio emocional durante las fiestas.
  • Aprender a decir «no». Es necesario establecer ciertos límites y no sentirse obligado a cumplir con todo el mundo, si realmente no nos apetece. La salud mental requiere dedicarle tiempo a actividades que se disfruten.
  • Buscar apoyo. Mantener las conexiones sociales y exponer nuestros sentimientos con la gente de confianza resulta muy beneficioso.
  • Practicar el autocuidado. Reservar tiempo para uno mismo y realizar actividades que resulten relajantes y agradables tiene efectos muy positivos.
  • Hacer voluntariado. Ayudar a otros puede mejorar el estado anímico propio y, sobre todo, ofrecer una nueva perspectiva.
  • Ayuda profesional. Si los síntomas persisten o se agravan, lo mejor es consultar a un profesional de la salud mental, como un psicólogo o psicoterapeuta.

Navidad y depresión: ¿un problema real?

Los especialistas en salud mental señalan que las personas que padecen depresión pueden padecer un empeoramiento de su enfermedad en la época navideña.

El hecho de que durante las Navidades se haya generalizado la idea de que todo el mundo debe ser amable, empático y estar alegre, provoca ansiedad en algunas personas y puede llevarlas al estado contrario, es decir: a una profunda tristeza y apatía.

En Navidad existen lo que algunos expertos denominan imposiciones contradictorias de esta época que, si se cae en ellas, pueden desencadenar algún tipo de trastorno. A saber:​

  • Hay que pasar unas fiestas felices, independientemente de si se está triste.
  • Es obligatorio pasar la Navidad en familia, aunque el resto del año no exista relación con esos parientes o falten seres queridos.
  • Se deben comprar regalos, incluso cuando la situación económica no lo permite.
  • Hay que organizar las celebraciones perfectas, aunque no apetezca cocinar ni adornar la casa.

Todas estas exigencias impuestas por la época del año provocan que muchas personas se sientan superadas y precisen de ayuda profesional. 

La depresión navideña es un trastorno temporal que, con las estrategias adecuadas, se puede superar de una manera más positiva y saludable.





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