Chris Martin tomó las redes sociales de su grupo, Coldplay, para hacer una publicación bastante personal. Más allá de las fotos y videos habituales durante los días de gira, que esta semana los ha llevado hasta Hong Kong, el cantante británico optó por abrir su corazón para revelar a sus fans que desde hace tiempo padece depresión. A pesar del impacto de la noticia, Chris quiso dirigirse a quienes puedan estar pasando por una situación similar para ofrecer sus consejos de cómo llevar una mejor salud mental en los momentos más necesarios. Hola, soy Chris Martin de la banda Coldplay. Estamos en Hong Kong y sólo quería hacer un video porque no tenemos mucho tiempo. Primero, quiero agradecer a todos los que fueron a los shows en Hong Kong, en los que estaba un poco nervioso, dijo en su clip. Martin continuó: La gente fue increíble. Tenemos mucha suerte en todos los lugares a los que vamos, así que gracias. Y con el corazón en la mano, añadió: He notado que recientemente algunas personas, incluyéndome a mí, están luchando con la depresión. Por ello quiero compartirles algunas cosas que me ayudan durante el tour y en general, con la esperanza de que tal vez algunas de ellas también puedan ayudarles. En su clip, Chris se notaba algo nervioso, un tanto distinto al intérprete que aparece en los shows en vivo, entrevistas o los videos musicales de la banda. Incluso explicó por qué había tanto ruido a su alrededor: Hay taladros, hay niños corriendo, perros ladrando, hay todo tipo de caos pero así es la vida. Los consejos de Chris Martin Sincero, el frontman de Coldplay explicó:Existe algo llamado escritura libre, en donde escribes durante 12 minutos todos tus pensamientos y luego los tiras a la basura o los quemas. Eso es muy bueno. Chris entiende que no siempre hay oportunidad de escribir con pluma y papel, y para esos momentos elige la meditación trascendental. Ha sido maravillosa para mí, expresó, y aseguró que los links a todas las prácticas estarían a la mano de sus fans en la biografía de Instagram del grupo. Inmerso en esta charla, continuó: Hay algo llamado propiocepción, que es un tipo de movimiento corporal para ayudar a equilibrar el cerebro. Hay un hombre llamado Jim Costello que con el Método Costello es muy útil para ello, especialmente para personas jóvenes con TDAH o autismo. Siendo cantante, la música ocupa un lugar importante en esta lista, y expresó que las melodías de John Hopkins han sido muy útiles.Música para terapia psicodélica, es increíble, además de las creaciones de la nueva artista Chloe Keisha, cuya música lo pone muy feliz. En cuanto a lectura, recomienda un libro llamado The Oxygen Advantage de Patrick McKeown; de películas habló sobre Sing Sing, protagonizada por Colman Domingo y Paul Raci. A lo largo del video, Chris se dejaba llevar por la energía de la gente al rededor, las risas de los niños y la energía de quienes corrían y jugaban cerca de él. Hay gente bailando por ahí. Parece que están practicando, dijo antes de mostrar en cámara lo que él estaba presenciando. Un detalle que, sin querer, se sumó a su lista para sentirse bien, como parte de observar y disfrutar de los momentos simples de la vida. Bueno, esas son algunas de las cosas que me ayudan a estar agradecido y feliz de estar vivo. Espero que estés bien y te envío mucho amor. Si vas a Seúl, nos vemos pronto, concluyó con una sonrisa y enviando un beso con la mano.
La octava versión del estudio “Radiografía Digital de Niños, Niñas y Adolescentes 2025” , reveló que los menores reciben su primer celular a los 10 años. Por otro lado, más de la mitad de los encuestados contó que pasa cerca de cuatro horas en Internet. Si bien se ha comprobado que la adicción a las pantallas y a las redes sociales en la niñez y adolescencia puede afectar su desarrollo, poco se ha pensado en los efectos a futuro. El profesor del Departamento de Psicología de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, Mauricio López, señala que “hay cierto acuerdo en que el uso –sobre todo de redes sociales– puede ser problemático y, por lo tanto, en general la recomendación sería r etrasar al máximo la utilización de este tipo de plataformas, en particular en niños, niñas y adolescentes “. La actual generación El psiquiatra jefe de la Unidad de Adicciones de la Clínica Psiquiátrica de la Universidad de Chile, Carlos Ibáñez, plantea que la actual generación de adultos mayores no presenta un problema de adicción a redes sociales o a Internet. “El gran problema de los adultos mayores es la soledad y el aislamiento. Entonces, en ese sentido, el uso de redes sociales no es necesariamente negativo. De hecho, hay varios esfuerzos por ocupar estas herramientas online para facilitar el contacto y el mantenerse vinculados”, aclara. Ibáñez, afirma que “ no es tan claro como en la población menor, en los niños y adolescentes, que sea un problema el uso de redes sociales en los adultos mayores. Diría que hay un margen de incluso beneficios para algunos. No ocuparía la misma aproximación que se ocupa al analizar este tema en los menores”. “Los grandes problemas de los adultos mayores tienen que ver con el aislamiento y la soledad. Entonces, si es que son bien ocupadas las redes sociales y el Internet van a tener mayor conexión. Puede ser con familiares, con otros adultos mayores”, destaca. Adultos mayores usando celulares ¿Y los adultos del futuro? Si bien las redes sociales y el uso de pantallas no parece ser un problema para la actual generación de adultos mayores, el panorama cambia cuando comenzamos a pensar en el futuro. En ese sentido, Ibáñez es enfático en señalar que “hay un montón de problemas. Está súper claro que las redes sociales están más asociadas a síntomas depresivos, a problemas de sociabilización. En el fondo, está muy claro que se debe evitar el acceso a estos smartphones a los adolescentes, ahí no hay ninguna discusión, es muy claro que es dañino. Evidentemente, todos esos daños son de consecuencias largas ”. “ Si ahora tiene un uso adictivo, con alta probabilidad va a tener un uso adictivo por harto tiempo más. No sería ninguna sorpresa que en generaciones posteriores, que se criaron con estas tecnologías, sí se generen conductas adictivas y sí sea un problema, que es distinto a lo que ocurre ahora ”, finaliza.
Un estudio buscó ahondar por primera vez cómo los adolescentes con síntomas depresivos perciben sus relaciones sociales de aceptación y rechazo con sus compañeros. El trabajo, realizado por Diego Palacios, académico del Centro de Investigación en Sociedad y Salud (CISS) de la Universidad Mayor, en colaboración con investigadores de Italia, analizó datos de 275 estudiantes italianos de en promedio 11,8 años para entender estas dinámicas. A través de cuestionarios auto-administrados en tablets durante tres momentos del año académico del hemisferio norte (diciembre de 2015, marzo 2016 y junio 2016), se les preguntó a los escolares de escuelas de Torino sobre sintomatología depresiva y se les pidió identificar a compañeros que les agradaban y desagradaban. Los resultados mostraron que los adolescentes con síntomas depresivos eran menos propensos a aceptar otros y más propensos a rechazar a otros, en comparación con sus pares sin síntomas depresivos. Sin embargo, estudiantes con síntomas depresivos no eran más rechazados ni menos aceptados por sus pares. Novedad de la investigación Estos hallazgos refuerzan la idea de que la depresión podría distorsionar la percepción social, llevando a los adolescentes a exagerar interacciones negativas y minimizar las positivas. Palacios sostuvo que la novedad de este estudio, publicado en la revista “Behavioral Sciences”, es la mirada desde la perspectiva de redes sociales. “Lo que brinda el análisis de redes es un detalle de la percepción de cada estudiante respecto de sus compañeros. En otros estudios, esto se realiza agregadamente, por ejemplo, cómo percibes al resto de tu clase y cómo crees que te percibe tu clase. Pero acá tenemos la percepción de cada estudiante respecto de cada uno de sus compañeros, accediendo a un nivel de detalle mucho mayor respecto a las relaciones de percepción de rechazo y aceptación ”, explicó. Otro de los resultados obtenidos es que aquellos estudiantes con sintomatología depresiva tendían a aceptar más a otros estudiantes con igual condición, pudiendo explicarse por apoyo mutuo o por la percepción de que están excluidos y solo cuentan con estudiantes de igual condición. “Estos hallazgos destacan la importancia de fomentar la creación de vínculos saludables y positivos en este grupo”, comentó Palacios, quien sostuvo que este trabajo abre la puerta para realizar otros estudios con datos de Chile.
Un grupo de investigadores chilenos, liderado por el Dr. Jimmy Stehberg del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad Andrés Bello, ha descubierto que las células de soporte del cerebro, conocidas como astrocitos, desempeñan un rol crucial en el desarrollo de síntomas depresivos. Este avance, publicado en la prestigiosa revista Proceedings of the National Academy of Sciences, no sólo redefine la comprensión de la depresión, sino que también abre la puerta a tratamientos más rápidos y específicos para esta enfermedad. «Históricamente, los astrocitos se consideraban meros ayudantes de las neuronas. Desde hace ya algunos años sabemos que tienen un papel activo en la comunicación neuronal y ahora, que su actividad excesiva desencadena la depresión, al menos en modelos animales», explicó el Dr. Stehberg. El estudio encontró que, en situaciones de estrés crónico, los astrocitos liberan de manera descontrolada ciertas sustancias químicas llamadas glutamato y D-serina. E stas sustancias sobreestimulan unos receptores específicos en las neuronas, conocidos como receptores tipo NMDA, lo que provoca los síntomas asociados a la depresión. Este descubrimiento sugiere una nueva estrategia para tratar la depresión, orientada a los astrocitos en lugar de centrarse exclusivamente en las neuronas, como ocurre con los antidepresivos actuales. La investigación adquiere gran relevancia cuando, según la Organización Mundial de la Salud, se estima que aproximadamente 280 millones de personas sufren depresión y más de 700.00 personas se suicidan al año. Incluso en Chile, en un estudio también realizado por la UNAB, evidenció que más del 60% % de los niños y adolescentes en edad escolar presenta síntomas de depresión y ansiedad. Nuevo fármaco en el tratamiento de la depresión Uno de los hallazgos más importantes realizados por el equipo fue la identificación de una molécula que bloquea esta liberación excesiva desde los astrocitos, evitando así el desarrollo de síntomas depresivos en modelos animales. “Esta molécula, llamada cacotelina, tiene un blanco farmacológico más directo que los antidepresivos tradicionales, ofreciendo un efecto en minutos en lugar de semanas ”, destacó el investigador. Además, esta molécula podría utilizarse no solo para el tratamiento de la depresión, sino también para prevenirla en situaciones de alto estrés. Stehberg señala que ya se han diseñado potenciales fármacos en base a la acción de esta molécula, que tienen efecto antidepresivo en animales. El paso por seguir sería que las empresas farmacéuticas se interesen en optimizarlas y así realizar pruebas clínicas en humanos para asegurar su eficacia y seguridad. Aún queda un largo camino. Por lo que es importante hacer el llamado a que las personas no prueben el fármaco por sí mismos, ya que las pruebas clínicas en humanos aún no se han llevado a cabo La motivación del equipo para emprender este proyecto radica en su interés por comprender mejor el cerebro y diseñar terapias que ayuden a las personas a superar enfermedades psiquiátricas. “Nuestro proyecto FONDECYT nos ha permitido descubrir el importante rol de los astrocitos en la depresión, y un CORFO INNOVA nos permitió hacer el diseño de nuevos fármacos antidepresivos. Actualmente, mis alumnos se encuentran trabajando en investigaciones en cómo el estrés afecta nuestro cerebro y los mecanismos que llevan al desarrollo de trastornos de ansiedad y el trastorno por atracón ”, agregó el docente UNAB. Este avance científico podría marcar un cambio de paradigma en el tratamiento de la depresión, posicionando a los astrocitos como un objetivo terapéutico clave y ofreciendo nuevas esperanzas para quienes enfrentan esta compleja enfermedad.
La época navideña es sinónimo de luces, villancicos, reuniones familiares, regalos, alegría y buenos deseos; sin embargo, existen muchas personas que sufren una profunda tristeza al llegar estas fechas. Es lo que se ha dado en llamar depresión navideña, una dolencia que no conviene pasar por alto. ¿Qué es la depresión navideña o depresión blanca? Navidad y depresión están más unidas de lo que a priori pudiese parecer, ya que existen personas que experimentan una gran tristeza durante estas fechas. La depresión navideña —también conocida como depresión blanca o blues de Navidad— es un estado de ánimo negativo que algunas personas sufren cuando llega esta época del año. Realmente está considerada como un síndrome, puesto que la mayor parte de manuales de diagnóstico psiquiátrico no la reconocen. Sin embargo, muchos profesionales la plantean como un Trastorno Afectivo Estacional (TAE). Así pues, la depresión blanca se relaciona con la Navidad en el hemisferio norte, que cuenta con días más cortos y una considerable disminución de la luz solar. La falta de luz incide directamente en la generación de diversos transmisores cerebrales, como la serotonina, y con menor cantidad de serotonina es más fácil sucumbir a la tristeza. Síntomas de la depresión navideña Cuando se sufre depresión navideña, suelen aparecer síntomas como estos: Carencia de energía y de fuerza. Irritabilidad, molestarse por cualquier cosa. Aparición de ideas muy negativas y desesperanzadoras. Permanente sensación de cansancio. Falta de interés por asuntos que antes sí despertaban nuestra atención. Ganas de estar en soledad, rehusando el contacto con otras personas. Sensación persistente de tristeza durante varios días seguidos. Aunque la aparición de la tristeza en Navidad puede ser relativamente frecuente, cuando se presentan varios de estos síntomas es importante compartirlo con alguien y, sobre todo, tratar de ponerle solución a través de las múltiples terapias contra la depresión que existen hoy en día. ¿Por qué siento tanta tristeza en Navidad? Sufrir depresión en Navidad puede tener causas diversas, pero en general los principales motivos que ocasionan este trastorno pasan por: Ausencia de seres queridos. Las fiestas navideñas intensifican el sentimiento de pérdida de las personas amadas que ya no están, haciendo que se sufra una tristeza profunda al acercarse estas fechas. Estrés. Lo que implica hoy en día la Navidad acarrea toda una serie de compromisos que no todo el mundo sabe manejar. Comprar regalos, preparar comidas y cenas, ocuparse de la organización de los eventos, acudir a reuniones con amigos y familiares, etc., son tareas que pueden generar demasiado estrés. Conflictos familiares. La imposición de reunirse con la familia durante esta época ocasiona, en muchos casos, litigios y enfrentamientos. Las personas que no gestionan bien este tipo de conflictos es posible que vayan acumulando un poso emocional negativo que provocará el rechazo a futuros encuentros de este tipo. El hecho de no tener a nadie con quien celebrar estas fiestas, también hace posible la aparición de la tristeza. Quedarse solo en estas fechas puede ser el desencadenante de la depresión navideña para muchas personas. Aunque este tipo de trastornos se producen a cualquier edad, la depresión en ancianos cuando llega la Navidad resulta especialmente preocupante, ya que, por lo general, son más reacios a pedir ayuda. ¿Cómo combatir la depresión blanca? El blues navideño puede suponer todo un desafío para quienes lo sufren; sin embargo, existen determinadas estrategias que resultan efectivas para hacerle frente. Estas son algunas de las claves para abordar la depresión blanca: Gestionar las expectativas. Se trata de establecer metas realistas para las celebraciones y aceptar que no todo tiene que ser perfecto. Así, es necesario priorizar la tranquilidad y el bienestar propios, por encima de las presiones sociales. Mantener rutinas saludables. No abandonar hábitos positivos —como el deporte, la meditación o una buena alimentación— resulta fundamental para manejar los pensamientos negativos. Estas prácticas pueden ayudar a preservar el equilibrio emocional durante las fiestas. Aprender a decir «no». Es necesario establecer ciertos límites y no sentirse obligado a cumplir con todo el mundo, si realmente no nos apetece. La salud mental requiere dedicarle tiempo a actividades que se disfruten. Buscar apoyo. Mantener las conexiones sociales y exponer nuestros sentimientos con la gente de confianza resulta muy beneficioso. Practicar el autocuidado. Reservar tiempo para uno mismo y realizar actividades que resulten relajantes y agradables tiene efectos muy positivos. Hacer voluntariado. Ayudar a otros puede mejorar el estado anímico propio y, sobre todo, ofrecer una nueva perspectiva. Ayuda profesional. Si los síntomas persisten o se agravan, lo mejor es consultar a un profesional de la salud mental, como un psicólogo o psicoterapeuta. Navidad y depresión: ¿un problema real? Los especialistas en salud mental señalan que las personas que padecen depresión pueden padecer un empeoramiento de su enfermedad en la época navideña. El hecho de que durante las Navidades se haya generalizado la idea de que todo el mundo debe ser amable, empático y estar alegre, provoca ansiedad en algunas personas y puede llevarlas al estado contrario, es decir: a una profunda tristeza y apatía. En Navidad existen lo que algunos expertos denominan imposiciones contradictorias de esta época que, si se cae en ellas, pueden desencadenar algún tipo de trastorno. A saber: Hay que pasar unas fiestas felices, independientemente de si se está triste. Es obligatorio pasar la Navidad en familia, aunque el resto del año no exista relación con esos parientes o falten seres queridos. Se deben comprar regalos, incluso cuando la situación económica no lo permite. Hay que organizar las celebraciones perfectas, aunque no apetezca cocinar ni adornar la casa. Todas estas exigencias impuestas por la época del año provocan que muchas personas se sientan superadas y precisen de ayuda profesional. La depresión navideña es un trastorno temporal que, con las estrategias adecuadas, se puede superar de una manera más positiva y saludable.
Chris Martin tomó las redes sociales de su grupo, Coldplay, para hacer una publicación bastante personal. Más allá de las fotos y videos habituales durante los días de gira, que esta semana los ha llevado hasta Hong Kong, el cantante británico optó por abrir su corazón para revelar a sus fans que desde hace tiempo padece depresión. A pesar del impacto de la noticia, Chris quiso dirigirse a quienes puedan estar pasando por una situación similar para ofrecer sus consejos de cómo llevar una mejor salud mental en los momentos más necesarios. Hola, soy Chris Martin de la banda Coldplay. Estamos en Hong Kong y sólo quería hacer un video porque no tenemos mucho tiempo. Primero, quiero agradecer a todos los que fueron a los shows en Hong Kong, en los que estaba un poco nervioso, dijo en su clip. Martin continuó: La gente fue increíble. Tenemos mucha suerte en todos los lugares a los que vamos, así que gracias. Y con el corazón en la mano, añadió: He notado que recientemente algunas personas, incluyéndome a mí, están luchando con la depresión. Por ello quiero compartirles algunas cosas que me ayudan durante el tour y en general, con la esperanza de que tal vez algunas de ellas también puedan ayudarles. En su clip, Chris se notaba algo nervioso, un tanto distinto al intérprete que aparece en los shows en vivo, entrevistas o los videos musicales de la banda. Incluso explicó por qué había tanto ruido a su alrededor: Hay taladros, hay niños corriendo, perros ladrando, hay todo tipo de caos pero así es la vida. Los consejos de Chris Martin Sincero, el frontman de Coldplay explicó:Existe algo llamado escritura libre, en donde escribes durante 12 minutos todos tus pensamientos y luego los tiras a la basura o los quemas. Eso es muy bueno. Chris entiende que no siempre hay oportunidad de escribir con pluma y papel, y para esos momentos elige la meditación trascendental. Ha sido maravillosa para mí, expresó, y aseguró que los links a todas las prácticas estarían a la mano de sus fans en la biografía de Instagram del grupo. Inmerso en esta charla, continuó: Hay algo llamado propiocepción, que es un tipo de movimiento corporal para ayudar a equilibrar el cerebro. Hay un hombre llamado Jim Costello que con el Método Costello es muy útil para ello, especialmente para personas jóvenes con TDAH o autismo. Siendo cantante, la música ocupa un lugar importante en esta lista, y expresó que las melodías de John Hopkins han sido muy útiles.Música para terapia psicodélica, es increíble, además de las creaciones de la nueva artista Chloe Keisha, cuya música lo pone muy feliz. En cuanto a lectura, recomienda un libro llamado The Oxygen Advantage de Patrick McKeown; de películas habló sobre Sing Sing, protagonizada por Colman Domingo y Paul Raci. A lo largo del video, Chris se dejaba llevar por la energía de la gente al rededor, las risas de los niños y la energía de quienes corrían y jugaban cerca de él. Hay gente bailando por ahí. Parece que están practicando, dijo antes de mostrar en cámara lo que él estaba presenciando. Un detalle que, sin querer, se sumó a su lista para sentirse bien, como parte de observar y disfrutar de los momentos simples de la vida. Bueno, esas son algunas de las cosas que me ayudan a estar agradecido y feliz de estar vivo. Espero que estés bien y te envío mucho amor. Si vas a Seúl, nos vemos pronto, concluyó con una sonrisa y enviando un beso con la mano.
La octava versión del estudio “Radiografía Digital de Niños, Niñas y Adolescentes 2025” , reveló que los menores reciben su primer celular a los 10 años. Por otro lado, más de la mitad de los encuestados contó que pasa cerca de cuatro horas en Internet. Si bien se ha comprobado que la adicción a las pantallas y a las redes sociales en la niñez y adolescencia puede afectar su desarrollo, poco se ha pensado en los efectos a futuro. El profesor del Departamento de Psicología de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, Mauricio López, señala que “hay cierto acuerdo en que el uso –sobre todo de redes sociales– puede ser problemático y, por lo tanto, en general la recomendación sería r etrasar al máximo la utilización de este tipo de plataformas, en particular en niños, niñas y adolescentes “. La actual generación El psiquiatra jefe de la Unidad de Adicciones de la Clínica Psiquiátrica de la Universidad de Chile, Carlos Ibáñez, plantea que la actual generación de adultos mayores no presenta un problema de adicción a redes sociales o a Internet. “El gran problema de los adultos mayores es la soledad y el aislamiento. Entonces, en ese sentido, el uso de redes sociales no es necesariamente negativo. De hecho, hay varios esfuerzos por ocupar estas herramientas online para facilitar el contacto y el mantenerse vinculados”, aclara. Ibáñez, afirma que “ no es tan claro como en la población menor, en los niños y adolescentes, que sea un problema el uso de redes sociales en los adultos mayores. Diría que hay un margen de incluso beneficios para algunos. No ocuparía la misma aproximación que se ocupa al analizar este tema en los menores”. “Los grandes problemas de los adultos mayores tienen que ver con el aislamiento y la soledad. Entonces, si es que son bien ocupadas las redes sociales y el Internet van a tener mayor conexión. Puede ser con familiares, con otros adultos mayores”, destaca. Adultos mayores usando celulares ¿Y los adultos del futuro? Si bien las redes sociales y el uso de pantallas no parece ser un problema para la actual generación de adultos mayores, el panorama cambia cuando comenzamos a pensar en el futuro. En ese sentido, Ibáñez es enfático en señalar que “hay un montón de problemas. Está súper claro que las redes sociales están más asociadas a síntomas depresivos, a problemas de sociabilización. En el fondo, está muy claro que se debe evitar el acceso a estos smartphones a los adolescentes, ahí no hay ninguna discusión, es muy claro que es dañino. Evidentemente, todos esos daños son de consecuencias largas ”. “ Si ahora tiene un uso adictivo, con alta probabilidad va a tener un uso adictivo por harto tiempo más. No sería ninguna sorpresa que en generaciones posteriores, que se criaron con estas tecnologías, sí se generen conductas adictivas y sí sea un problema, que es distinto a lo que ocurre ahora ”, finaliza.
Un estudio buscó ahondar por primera vez cómo los adolescentes con síntomas depresivos perciben sus relaciones sociales de aceptación y rechazo con sus compañeros. El trabajo, realizado por Diego Palacios, académico del Centro de Investigación en Sociedad y Salud (CISS) de la Universidad Mayor, en colaboración con investigadores de Italia, analizó datos de 275 estudiantes italianos de en promedio 11,8 años para entender estas dinámicas. A través de cuestionarios auto-administrados en tablets durante tres momentos del año académico del hemisferio norte (diciembre de 2015, marzo 2016 y junio 2016), se les preguntó a los escolares de escuelas de Torino sobre sintomatología depresiva y se les pidió identificar a compañeros que les agradaban y desagradaban. Los resultados mostraron que los adolescentes con síntomas depresivos eran menos propensos a aceptar otros y más propensos a rechazar a otros, en comparación con sus pares sin síntomas depresivos. Sin embargo, estudiantes con síntomas depresivos no eran más rechazados ni menos aceptados por sus pares. Novedad de la investigación Estos hallazgos refuerzan la idea de que la depresión podría distorsionar la percepción social, llevando a los adolescentes a exagerar interacciones negativas y minimizar las positivas. Palacios sostuvo que la novedad de este estudio, publicado en la revista “Behavioral Sciences”, es la mirada desde la perspectiva de redes sociales. “Lo que brinda el análisis de redes es un detalle de la percepción de cada estudiante respecto de sus compañeros. En otros estudios, esto se realiza agregadamente, por ejemplo, cómo percibes al resto de tu clase y cómo crees que te percibe tu clase. Pero acá tenemos la percepción de cada estudiante respecto de cada uno de sus compañeros, accediendo a un nivel de detalle mucho mayor respecto a las relaciones de percepción de rechazo y aceptación ”, explicó. Otro de los resultados obtenidos es que aquellos estudiantes con sintomatología depresiva tendían a aceptar más a otros estudiantes con igual condición, pudiendo explicarse por apoyo mutuo o por la percepción de que están excluidos y solo cuentan con estudiantes de igual condición. “Estos hallazgos destacan la importancia de fomentar la creación de vínculos saludables y positivos en este grupo”, comentó Palacios, quien sostuvo que este trabajo abre la puerta para realizar otros estudios con datos de Chile.
Un grupo de investigadores chilenos, liderado por el Dr. Jimmy Stehberg del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad Andrés Bello, ha descubierto que las células de soporte del cerebro, conocidas como astrocitos, desempeñan un rol crucial en el desarrollo de síntomas depresivos. Este avance, publicado en la prestigiosa revista Proceedings of the National Academy of Sciences, no sólo redefine la comprensión de la depresión, sino que también abre la puerta a tratamientos más rápidos y específicos para esta enfermedad. «Históricamente, los astrocitos se consideraban meros ayudantes de las neuronas. Desde hace ya algunos años sabemos que tienen un papel activo en la comunicación neuronal y ahora, que su actividad excesiva desencadena la depresión, al menos en modelos animales», explicó el Dr. Stehberg. El estudio encontró que, en situaciones de estrés crónico, los astrocitos liberan de manera descontrolada ciertas sustancias químicas llamadas glutamato y D-serina. E stas sustancias sobreestimulan unos receptores específicos en las neuronas, conocidos como receptores tipo NMDA, lo que provoca los síntomas asociados a la depresión. Este descubrimiento sugiere una nueva estrategia para tratar la depresión, orientada a los astrocitos en lugar de centrarse exclusivamente en las neuronas, como ocurre con los antidepresivos actuales. La investigación adquiere gran relevancia cuando, según la Organización Mundial de la Salud, se estima que aproximadamente 280 millones de personas sufren depresión y más de 700.00 personas se suicidan al año. Incluso en Chile, en un estudio también realizado por la UNAB, evidenció que más del 60% % de los niños y adolescentes en edad escolar presenta síntomas de depresión y ansiedad. Nuevo fármaco en el tratamiento de la depresión Uno de los hallazgos más importantes realizados por el equipo fue la identificación de una molécula que bloquea esta liberación excesiva desde los astrocitos, evitando así el desarrollo de síntomas depresivos en modelos animales. “Esta molécula, llamada cacotelina, tiene un blanco farmacológico más directo que los antidepresivos tradicionales, ofreciendo un efecto en minutos en lugar de semanas ”, destacó el investigador. Además, esta molécula podría utilizarse no solo para el tratamiento de la depresión, sino también para prevenirla en situaciones de alto estrés. Stehberg señala que ya se han diseñado potenciales fármacos en base a la acción de esta molécula, que tienen efecto antidepresivo en animales. El paso por seguir sería que las empresas farmacéuticas se interesen en optimizarlas y así realizar pruebas clínicas en humanos para asegurar su eficacia y seguridad. Aún queda un largo camino. Por lo que es importante hacer el llamado a que las personas no prueben el fármaco por sí mismos, ya que las pruebas clínicas en humanos aún no se han llevado a cabo La motivación del equipo para emprender este proyecto radica en su interés por comprender mejor el cerebro y diseñar terapias que ayuden a las personas a superar enfermedades psiquiátricas. “Nuestro proyecto FONDECYT nos ha permitido descubrir el importante rol de los astrocitos en la depresión, y un CORFO INNOVA nos permitió hacer el diseño de nuevos fármacos antidepresivos. Actualmente, mis alumnos se encuentran trabajando en investigaciones en cómo el estrés afecta nuestro cerebro y los mecanismos que llevan al desarrollo de trastornos de ansiedad y el trastorno por atracón ”, agregó el docente UNAB. Este avance científico podría marcar un cambio de paradigma en el tratamiento de la depresión, posicionando a los astrocitos como un objetivo terapéutico clave y ofreciendo nuevas esperanzas para quienes enfrentan esta compleja enfermedad.
La época navideña es sinónimo de luces, villancicos, reuniones familiares, regalos, alegría y buenos deseos; sin embargo, existen muchas personas que sufren una profunda tristeza al llegar estas fechas. Es lo que se ha dado en llamar depresión navideña, una dolencia que no conviene pasar por alto. ¿Qué es la depresión navideña o depresión blanca? Navidad y depresión están más unidas de lo que a priori pudiese parecer, ya que existen personas que experimentan una gran tristeza durante estas fechas. La depresión navideña —también conocida como depresión blanca o blues de Navidad— es un estado de ánimo negativo que algunas personas sufren cuando llega esta época del año. Realmente está considerada como un síndrome, puesto que la mayor parte de manuales de diagnóstico psiquiátrico no la reconocen. Sin embargo, muchos profesionales la plantean como un Trastorno Afectivo Estacional (TAE). Así pues, la depresión blanca se relaciona con la Navidad en el hemisferio norte, que cuenta con días más cortos y una considerable disminución de la luz solar. La falta de luz incide directamente en la generación de diversos transmisores cerebrales, como la serotonina, y con menor cantidad de serotonina es más fácil sucumbir a la tristeza. Síntomas de la depresión navideña Cuando se sufre depresión navideña, suelen aparecer síntomas como estos: Carencia de energía y de fuerza. Irritabilidad, molestarse por cualquier cosa. Aparición de ideas muy negativas y desesperanzadoras. Permanente sensación de cansancio. Falta de interés por asuntos que antes sí despertaban nuestra atención. Ganas de estar en soledad, rehusando el contacto con otras personas. Sensación persistente de tristeza durante varios días seguidos. Aunque la aparición de la tristeza en Navidad puede ser relativamente frecuente, cuando se presentan varios de estos síntomas es importante compartirlo con alguien y, sobre todo, tratar de ponerle solución a través de las múltiples terapias contra la depresión que existen hoy en día. ¿Por qué siento tanta tristeza en Navidad? Sufrir depresión en Navidad puede tener causas diversas, pero en general los principales motivos que ocasionan este trastorno pasan por: Ausencia de seres queridos. Las fiestas navideñas intensifican el sentimiento de pérdida de las personas amadas que ya no están, haciendo que se sufra una tristeza profunda al acercarse estas fechas. Estrés. Lo que implica hoy en día la Navidad acarrea toda una serie de compromisos que no todo el mundo sabe manejar. Comprar regalos, preparar comidas y cenas, ocuparse de la organización de los eventos, acudir a reuniones con amigos y familiares, etc., son tareas que pueden generar demasiado estrés. Conflictos familiares. La imposición de reunirse con la familia durante esta época ocasiona, en muchos casos, litigios y enfrentamientos. Las personas que no gestionan bien este tipo de conflictos es posible que vayan acumulando un poso emocional negativo que provocará el rechazo a futuros encuentros de este tipo. El hecho de no tener a nadie con quien celebrar estas fiestas, también hace posible la aparición de la tristeza. Quedarse solo en estas fechas puede ser el desencadenante de la depresión navideña para muchas personas. Aunque este tipo de trastornos se producen a cualquier edad, la depresión en ancianos cuando llega la Navidad resulta especialmente preocupante, ya que, por lo general, son más reacios a pedir ayuda. ¿Cómo combatir la depresión blanca? El blues navideño puede suponer todo un desafío para quienes lo sufren; sin embargo, existen determinadas estrategias que resultan efectivas para hacerle frente. Estas son algunas de las claves para abordar la depresión blanca: Gestionar las expectativas. Se trata de establecer metas realistas para las celebraciones y aceptar que no todo tiene que ser perfecto. Así, es necesario priorizar la tranquilidad y el bienestar propios, por encima de las presiones sociales. Mantener rutinas saludables. No abandonar hábitos positivos —como el deporte, la meditación o una buena alimentación— resulta fundamental para manejar los pensamientos negativos. Estas prácticas pueden ayudar a preservar el equilibrio emocional durante las fiestas. Aprender a decir «no». Es necesario establecer ciertos límites y no sentirse obligado a cumplir con todo el mundo, si realmente no nos apetece. La salud mental requiere dedicarle tiempo a actividades que se disfruten. Buscar apoyo. Mantener las conexiones sociales y exponer nuestros sentimientos con la gente de confianza resulta muy beneficioso. Practicar el autocuidado. Reservar tiempo para uno mismo y realizar actividades que resulten relajantes y agradables tiene efectos muy positivos. Hacer voluntariado. Ayudar a otros puede mejorar el estado anímico propio y, sobre todo, ofrecer una nueva perspectiva. Ayuda profesional. Si los síntomas persisten o se agravan, lo mejor es consultar a un profesional de la salud mental, como un psicólogo o psicoterapeuta. Navidad y depresión: ¿un problema real? Los especialistas en salud mental señalan que las personas que padecen depresión pueden padecer un empeoramiento de su enfermedad en la época navideña. El hecho de que durante las Navidades se haya generalizado la idea de que todo el mundo debe ser amable, empático y estar alegre, provoca ansiedad en algunas personas y puede llevarlas al estado contrario, es decir: a una profunda tristeza y apatía. En Navidad existen lo que algunos expertos denominan imposiciones contradictorias de esta época que, si se cae en ellas, pueden desencadenar algún tipo de trastorno. A saber: Hay que pasar unas fiestas felices, independientemente de si se está triste. Es obligatorio pasar la Navidad en familia, aunque el resto del año no exista relación con esos parientes o falten seres queridos. Se deben comprar regalos, incluso cuando la situación económica no lo permite. Hay que organizar las celebraciones perfectas, aunque no apetezca cocinar ni adornar la casa. Todas estas exigencias impuestas por la época del año provocan que muchas personas se sientan superadas y precisen de ayuda profesional. La depresión navideña es un trastorno temporal que, con las estrategias adecuadas, se puede superar de una manera más positiva y saludable.