La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha informado de que la depresión es un trastorno mental habitual, más de 300 millones de personas en el mundo lo padecen y se da en más en las mujeres que en los hombres. Es la principal causa mundial de discapacidad y contribuye de forma muy importante a la carga mundial general de morbilidad. ¿Qué es la depresión? No hace referencia a variaciones emocionales o a ser escuetos a la hora de dar respuestas. El Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH) lo ha definido como: “un trastorno del estado de ánimo que causa síntomas de angustia, que afectan a la personas en cómo se sienten, piensan y coordinan las actividades diarias, como dormir, comer o trabajar. Para recibir un diagnóstico de depresión, los síntomas deben estar presentes la mayor parte del día, casi todos los días, durante por lo menos dos semanas”. La depresión es una grave enfermedad sobre todo si se padece durante períodos largos, pudiendo llevar incluso al suicidio, acto que ejecutan 800.000 personas cada año, es la segunda causa de muerte entre las personas de 15 a 29 años. Aunque hay tratamientos para esta enfermedad, más de la mitad de la población no toma ningún fármaco para hacer frente a ella, a consecuencia de no haber sido correctamente diagnosticados, entre otras causas. Asimismo, es preciso diferenciar entre trastornos depresivos recurrentes y trastornos afectivos bipolares. Trastorno depresivo recurrente Se da en personas que ya hayan padecido numerosos episodios de depresión que se hayan dado en un período de igual o mayor a dos semanas, en los que se muestren pérdida de interés, del disfrute, disminución de energía que produce a su vez una reducción de la actividad. Una gran cantidad de personas que lo padecen también sufren ansiedad, alteraciones del sueño, del apetito, sentimientos de culpa, baja autoestima o dificultades de concentración. Este tipo de trastornos pueden ser: leves, moderados o graves. Trastorno afectivo bipolar Se desarrollan episodios maníacos y depresivos separados por un estado de ánimo normal. Estos episodios se inician con estado de ánimo elevado o irritable, hiperactividad, logorrea (uso excesivo del habla a consecuencia de un estado de excitación), autoestima excesiva y disminución de la necesidad de dormir. Principales causas de la depresión - Desempleo - Fallecimiento de un allegado - Traumatismos psicológicos - Enfermedades cardiovasculares Principales consecuencias de la depresión - Incremento del estrés - Aumento de la disfunción - Empeoramiento de la situación vital de la persona afectada y su propia depresión - Enfermedades cardiovasculares
Un reciente estudio publicado en JAMA Network Open ha encontrado que las personas que toman semaglutida, ya sea para la diabetes o para la pérdida de peso, reportan más frecuentemente pensamientos suicidas en comparación con quienes usan otros medicamentos. Este hallazgo añade una capa de preocupación a las ya existentes inquietudes sobre los efectos del medicamento en la salud mental. La semaglutida, comercializada como Ozempic para la diabetes y Wegovy para la pérdida de peso, ha ganado popularidad debido a sus beneficios prometedores, que incluyen mejoras en enfermedades renales y cáncer. Sin embargo, el riesgo potencial de problemas de ánimo no es nuevo. En el pasado, medicamentos para la pérdida de peso que alteran el apetito, como el rimonabant, fueron retirados del mercado debido a su asociación con un aumento en el riesgo de suicidio. El estudio reciente se basa en una base de datos global de la Organización Mundial de la Salud que compila informes de eventos adversos. Los investigadores analizaron más de 82,000 informes y encontraron 107 casos de pensamientos suicidas entre pacientes que tomaban semaglutida, en contraste con 162 casos en pacientes que tomaban liraglutida, otro medicamento similar pero más antiguo. El riesgo de pensamientos suicidas fue alto en personas que usaban semaglutida, aumento 45% en comparación con otros medicamentos. Los autores del estudio notaron que el riesgo se incrementaba considerablemente en pacientes que también tomaban antidepresivos, sugiriendo una posible interacción entre semaglutida y medicamentos para la depresión. Sin embargo, al excluir estos casos, el riesgo asociado con semaglutida desapareció, lo que podría indicar que la combinación con antidepresivos podría estar influyendo en los resultados. Críticos del estudio, como el Dr. Mahyar Etminan y el profesor Ian Douglas, argumentan que la evidencia presentada es preliminar y no prueba una causalidad directa entre semaglutida y pensamientos suicidas. Los expertos en seguridad de medicamentos sugieren ser cautelosos y tener en cuenta el historial de salud mental de los pacientes al recetar estos medicamentos. La investigación sigue en curso, y mientras tanto, los médicos y pacientes deben considerar cuidadosamente el riesgo y los beneficios de los tratamientos con semaglutida.
La celebración del Día Mundial de la Salud Mental busca generar conciencia sobre la importancia de abordar los problemas de salud mental a nivel global. Este año, el lemaes tiempo de priorizar la salud mental en el lugar de trabajo subraya el papel fundamental que desempeñan los entornos laborales en el bienestar de los empleados. Un lugar de trabajo saludable puede ser un factor protector que promueva la salud mental, mientras que condiciones insalubres, como el estigma y el acoso, pueden tener un impacto negativo significativo. Ante esto, los problemas de salud mental no solo afectan a los individuos, sino que también repercuten en la dinámica laboral. Se ha demostrado que el aumento del ausentismo y la disminución de la productividad están ligados a la falta de atención a la salud mental en el trabajo. Además, los costos asociados con la atención médica para problemas de salud mental continúan creciendo, lo que refuerza la necesidad de abordar este asunto de manera proactiva. Asimismo, el presidente Gabriel Boric presentó un proyecto de ley que busca promover y proteger la salud mental de todas las personas durante el desarrollo de su vida. Así también, mejorar la atención en la Red de Salud, promover la inclusión social y abordar las necesidades de las personas. Ahora bien, la ley de presupuesto tiene como objetivo que al finalizar el 2025 ya se encuentren habilitados 15 nuevos Centros de Salud Mental (COSAM) en distintas partes de nuestro país. A pesar de estos desafíos, el estigma y la falta de concienciación siguen siendo obstáculos importantes. Con el 60% de la población mundial activa en el trabajo, es esencial implementar estrategias que protejan y promuevan la salud mental. Los empleadores y compañeros de trabajo tienen la capacidad de ser agentes de cambio al fomentar un ambiente donde se hable abiertamente sobre la salud mental. Identificar signos de problemas como la depresión y ofrecer apoyo puede marcar una diferencia significativa en la vida de quienes enfrentan dificultades. Finalmente, la salud mental debe ser una prioridad en el lugar de trabajo. La colaboración y la empatía son clave para crear un entorno que no solo minimice riesgos, sino que también promueva el bienestar integral de todos los empleados. En este Día Mundial de la Salud Mental, hagamos un compromiso colectivo por un trabajo más saludable y humano.
En los últimos años ha aumentado considerablemente la cantidad y variedad de redes sociales y con ellas los filtros que hacen que podamos retocar cualquier foto. Quitar a personas del paisaje, poner el mar más azul y por supuesto modificar nuestra cara y nuestro cuerpo añadiendo estrellitas y luces o bien eliminando o modificando alguna parte que nos gusta menos. Están a la orden del día los filtros que embellecen aumentando el tamaño de los ojos, alargando las pestañas, afinando la nariz, creando labios y pómulos prominentes, etc. En cuanto al cuerpo, también los filtros pueden conseguir una apariencia de un cuerpo normativamente perfecto, alargando piernas, afinando la cintura, aumentando el bronceado o cambiando tamaño de los músculos en función de nuestros gustos. Cada vez en más entrevistas, los cirujanos plásticos afirman que se ha dado un aumento de peticiones solicitando parecerse a las propias fotos de las personas con los filtros. Tanto es así, que un cirujano de Reino Unido, acuñó el término Dismorfia de snapchat precisamente para referirse a esta tendencia y posible patología causada por la influencia de los filtros en las fotos del propio cuerpo. Obsesión por supuestos defectos corporales Parece inevitable compararse con el yo ideal retocado con filtros, que persiguen una simetría perfecta y unas facciones poco ajustadas con la realidad. Al realizar la comparación, hay personas que tienden a obsesionarse con esa parte de su cuerpo o cara que no les gusta, generando complejos que quizá antes no existían y pudiendo incluso llegar a padecer un trastorno dismórfico corporal, caracterizado por una preocupación notable por al menos un defecto aparente que está causando malestar. Además, existe la probabilidad de sufrir otras consecuencias psicológicas como disminución del estado de ánimo, baja autoestima, reducción de la actividad, inapetencia por realizar actividades o aislamiento al no querer relacionarte con personas en la vida real. Estos síntomas podrían derivar en trastornos más graves como el trastorno obsesivo compulsivo (TOC), la ansiedad, trastornos alimentarios o depresión. Los adolescentes, población más vulnerable Los/las adolescentes son la población más vulnerable a este tipo de consecuencias, debido a que son los que más usan las redes sociales y además están en proceso de formación de identidad, la cual está influida por el contexto social y el entorno. Dentro de esta construcción de la identidad encontramos la construcción de la imagen corporal, que se entiende como “La representación del cuerpo que cada persona construye en su mente y la vivencia que tiene del propio cuerpo”. En la adolescencia, además, se suelen tener criterios idealizados sobre el atractivo y la belleza física, y las relaciones interpersonales están especialmente guiadas por estos conceptos. Cuentan con la llamada “audiencia imaginaria” con una sensación de que la gente les mira y se fijan en ellos/as. Esto potencia la importancia que le dan a su imagen en las redes sociales y con ello la aceptación y aprobación percibida a través de los likes y los comentarios y elogios recibidos en esa foto. Esto puede determinar directamente su estado de ánimo y llevar a cuestionar su valía y autoconcepto con el peligro que ello conlleva. Si esta imagen corporal, está influida por el contexto social, en la era de la tecnología que el acceso a los prototipos y cánones de belleza es mucho más rápido y sencillo, esta influencia genera un poder aún mayor. La discrepancia entre el cuerpo que poseemos y el ideal que se muestra en la sociedad sientan las bases para la insatisfacción corporal. Las personas se pueden acostumbrar a mostrar una imagen de ellas mismas que no corresponde con la realidad, tapando esas partes de su cuerpo que para ellas suponen un defecto o modificando las que les acomplejan. El problema viene, cuando se tienen que enfrentar a su verdadera imagen mirándose al espejo o saliendo a la calle y relacionándose con el mundo. Mujeres y baja autoestima Se ha comprobado que la insatisfacción provocada por esta discrepancia entre el ideal físico promovido por las redes sociales o la cultura en la que vivimos y la propia imagen corporal afecta más a la población femenina. Las personas con baja autoestima tienden a socializar más a través de las redes sociales y a medida que lo hacen su aislamiento a nivel social también tiende a aumentar, entrando en un círculo de dependencia y generando menos vínculos afectivos. Es importante resaltar que poco a poco se va tomando conciencia de los peligros de los filtros y de cómo su uso puede afectar psicológicamente a las personas, dañando la autoestima y por tanto la salud mental. De hecho, algunas marcas se niegan a promocionar sus productos si estos van asociados al uso de filtros y retoques e incluso la red social Instagram planteó eliminar los filtros que marquen un estándar de belleza, aunque estas medidas y regulación todavía no están vigentes en todos los países.
Las emociones son estados por los cuales pasamos todos los seres humanos, y su regulación es una tarea fundamental para el desarrollo pleno de cualquier persona, lo que ha sido abordado desde diferentes ámbitos. Un ejemplo reciente y que ha traído esto a la palestra es la popular película Intensamente, que este año tuvo éxito en taquilla con su segunda entrega y que nos muestra la importancia de las emociones y su control en nuestra vida. PUBLICIDAD La psicóloga Irma Briceño Martínez, Coordinadora Académica de la Licenciatura en Psicología de la Universidad La Salle Bajío, explica que la emoción ha sido descrita como “un estado que se caracteriza por una estimulación fisiológica, cambios en la expresión facial, gestos, postura y sensaciones subjetivas”. En ese sentido, comenta en entrevista que las emociones pueden tener efectos positivos o negativos en la persona, dependiendo del tipo de emoción que se trate, y que algunos especialistas concuerdan en que existen ocho emociones básicas o primarias: miedo, sorpresa, desagrado, ira, tristeza, anticipación, confianza y alegría, y que pueden tener variaciones. “Se sabe que las emociones pueden mezclarse y dar lugar a otra emoción más compleja. Las emociones mandan señales a las personas, quienes entonces responden con conductas adaptativas. Todos los sistemas del sujeto se ponen en activo para dar la respuesta correspondiente”, precisa la psicóloga. Se conocen cuatro componentes de las emociones: deben presentar un evento psicológico relevante, que puede ser externo o interno; hay también un elemento cognitivo, que es la valoración o percepción que la persona realiza de él; se desencadena una respuesta fisiológica; y aparece una tendencia a la acción. El cambio fisiológico es provocado por la segregación de hormonas que estimulan al cuerpo y lo ponen en alerta, generando respuestas específicas interna y externamente. Cabe señalar que las emociones pueden ser positivas o negativas y las personas pueden sentir ambas al mismo tiempo, ya que las emociones positivas son procesadas en el hemisferio izquierdo y las negativas en el derecho. PUBLICIDAD “Internamente hay respuestas involuntarias como alteraciones de la frecuencia cardíaca o la presión de la sangre. Pasado el estado de alerta, el organismo regresa a los sistemas y órganos internos a su funcionamiento habitual. Algunos de los cambios externos que se observan dependen de la emoción”, agrega Irma Briceño Martínez. Es decir, las reacciones o respuestas fisiológicas ligadas a la emoción son producto de la actividad del sistema nervioso, que reacciona o prepara al cuerpo para responder a diferentes situaciones. “Es la forma sencilla de explicar la respuesta emocional desde la perspectiva fisiológica”, precisa. No obstante, advierte que es importante que las personas aprendan a realizar un manejo adecuado de sus emociones, lo cual les permitirá mejores procesos adaptativos y de desarrollo personal. “Es necesario implementar estrategias para lidiar mejor con el cúmulo de emociones de la vida cotidiana. Todos vivimos momentos de dolor, frustración, enojo, miedo y otras sensaciones que deben ser manejadas adecuadamente para lograr un desarrollo armónico y optimizar la convivencia social”, elabora la especialista. Lo anterior, concluye la psicóloga, requiere que las personas aprendan a reconocer las emociones que viven – reacciones innatas personales ante eventos relevantes – y que tengan una adecuada interpretación de ellas, de manera que pueda dar respuestas moduladas y acordes a la experiencia. Es importante identificarlas El Doctor Francisco Bustamante, psiquiatra de la Clínica Universidad de los Andes, en Chile, comenta que “las emociones son buenas cuando actúan coordinadamente y ninguna asume el control sobre otra”. En ese sentido, asevera que es importante identificarlas y lograr un comportamiento o manejo más sabio e integrado de nuestra personalidad. El especialista explica que “todas las emociones nos acompañan a lo largo de la vida”. La clave está en distinguir entre una emoción sana y una patológica, ya que esta última alcanza una intensidad tan alta y constante que nos puede llevar a perder el control. Agrega que la ansiedad es central en la vida personal, y que tal vez sea la emoción más estudiada después del amor, dado que está ligada al sentido de la existencia. Así mismo, enfatiza que no debemos evadir las emociones, incluyendo las displacenteras, ya que todas nos ayudan a diseñar una parte vital de nuestra personalidad. Más que evitarlas u ocultarlas, debemos escucharlas, aceptarlas y regularlas. Finalmente, comparte seis consejos para un equilibrio emocional y una buena salud mental : dormir bien; pausas durante el día y vacaciones; una alimentación sana; actividad física; buenas relaciones sociales; actividades placenteras o recreacionales. Metro World News habló con la Doctora Nelly Cecilia Capetillo Ventura, Psiquiatra del Centro Médico ABC, para saber más. P: ¿Cuál es la diferencia entre una emoción y un sentimiento? —Las emociones son respuestas químicas y neuronales que se generan en nuestro cerebro en respuesta a un estímulo emocionalmente relevante. Los sentimientos son el resultado de la evaluación consciente de las respuestas emocionales. Las emociones pueden ser inconscientes y automáticas. Los sentimientos son conscientes y requieren de una reflexión y evaluación consciente. Las emociones son temporales y su duración puede variar dependiendo de la situación. Los sentimientos pueden ser más duraderos y pueden o no ser congruentes con nuestra conducta. Podemos ocultar o disfrazar nuestros sentimientos, mientras que las emociones son más difíciles de controlar. P: ¿Por qué es importante prestar atención al manejo de nuestras emociones? —Cuando las emociones no se gestionan de forma adecuada pueden afectar la salud mental y las relaciones interpersonales. Hablar de nuestras emociones nos ayuda a vivir con ellas. No es que sean buenas ni malas. Es importante saber que existen y que tienen una función, que son respuestas temporales a diferentes situaciones. Las emociones y los sentimientos pueden influir en la forma en que percibimos el mundo que nos rodea, además de que pueden influir en cómo interpretamos los comportamientos y las acciones de los demás. Por otra parte, nuestras emociones y sentimientos también influyen en nuestras decisiones y comportamientos, y pueden influir en nuestras interacciones sociales. P: ¿Cuál es la importancia de la educación emocional? — Dado el impacto significativo que las emociones y los sentimientos tienen en nuestra vida, es importante desarrollar habilidades de educación emocional, la cual nos ayuda a comprender y gestionar nuestras emociones y sentimientos de manera saludable y constructiva. A través de la educación emocional, podemos aprender a reconocer nuestras emociones, comprender su origen y expresarlas de manera adecuada. También podemos aprender a manejar el estrés y regular nuestras emociones para tomar decisiones más informadas y tener relaciones saludables. Falta mucho por aprender respecto a temas de emociones y educación emocional. Considero que es necesario normalizar que todos los seres humanos tenemos emociones y reconocer que son pasajeras.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha informado de que la depresión es un trastorno mental habitual, más de 300 millones de personas en el mundo lo padecen y se da en más en las mujeres que en los hombres. Es la principal causa mundial de discapacidad y contribuye de forma muy importante a la carga mundial general de morbilidad. ¿Qué es la depresión? No hace referencia a variaciones emocionales o a ser escuetos a la hora de dar respuestas. El Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH) lo ha definido como: “un trastorno del estado de ánimo que causa síntomas de angustia, que afectan a la personas en cómo se sienten, piensan y coordinan las actividades diarias, como dormir, comer o trabajar. Para recibir un diagnóstico de depresión, los síntomas deben estar presentes la mayor parte del día, casi todos los días, durante por lo menos dos semanas”. La depresión es una grave enfermedad sobre todo si se padece durante períodos largos, pudiendo llevar incluso al suicidio, acto que ejecutan 800.000 personas cada año, es la segunda causa de muerte entre las personas de 15 a 29 años. Aunque hay tratamientos para esta enfermedad, más de la mitad de la población no toma ningún fármaco para hacer frente a ella, a consecuencia de no haber sido correctamente diagnosticados, entre otras causas. Asimismo, es preciso diferenciar entre trastornos depresivos recurrentes y trastornos afectivos bipolares. Trastorno depresivo recurrente Se da en personas que ya hayan padecido numerosos episodios de depresión que se hayan dado en un período de igual o mayor a dos semanas, en los que se muestren pérdida de interés, del disfrute, disminución de energía que produce a su vez una reducción de la actividad. Una gran cantidad de personas que lo padecen también sufren ansiedad, alteraciones del sueño, del apetito, sentimientos de culpa, baja autoestima o dificultades de concentración. Este tipo de trastornos pueden ser: leves, moderados o graves. Trastorno afectivo bipolar Se desarrollan episodios maníacos y depresivos separados por un estado de ánimo normal. Estos episodios se inician con estado de ánimo elevado o irritable, hiperactividad, logorrea (uso excesivo del habla a consecuencia de un estado de excitación), autoestima excesiva y disminución de la necesidad de dormir. Principales causas de la depresión - Desempleo - Fallecimiento de un allegado - Traumatismos psicológicos - Enfermedades cardiovasculares Principales consecuencias de la depresión - Incremento del estrés - Aumento de la disfunción - Empeoramiento de la situación vital de la persona afectada y su propia depresión - Enfermedades cardiovasculares
Un reciente estudio publicado en JAMA Network Open ha encontrado que las personas que toman semaglutida, ya sea para la diabetes o para la pérdida de peso, reportan más frecuentemente pensamientos suicidas en comparación con quienes usan otros medicamentos. Este hallazgo añade una capa de preocupación a las ya existentes inquietudes sobre los efectos del medicamento en la salud mental. La semaglutida, comercializada como Ozempic para la diabetes y Wegovy para la pérdida de peso, ha ganado popularidad debido a sus beneficios prometedores, que incluyen mejoras en enfermedades renales y cáncer. Sin embargo, el riesgo potencial de problemas de ánimo no es nuevo. En el pasado, medicamentos para la pérdida de peso que alteran el apetito, como el rimonabant, fueron retirados del mercado debido a su asociación con un aumento en el riesgo de suicidio. El estudio reciente se basa en una base de datos global de la Organización Mundial de la Salud que compila informes de eventos adversos. Los investigadores analizaron más de 82,000 informes y encontraron 107 casos de pensamientos suicidas entre pacientes que tomaban semaglutida, en contraste con 162 casos en pacientes que tomaban liraglutida, otro medicamento similar pero más antiguo. El riesgo de pensamientos suicidas fue alto en personas que usaban semaglutida, aumento 45% en comparación con otros medicamentos. Los autores del estudio notaron que el riesgo se incrementaba considerablemente en pacientes que también tomaban antidepresivos, sugiriendo una posible interacción entre semaglutida y medicamentos para la depresión. Sin embargo, al excluir estos casos, el riesgo asociado con semaglutida desapareció, lo que podría indicar que la combinación con antidepresivos podría estar influyendo en los resultados. Críticos del estudio, como el Dr. Mahyar Etminan y el profesor Ian Douglas, argumentan que la evidencia presentada es preliminar y no prueba una causalidad directa entre semaglutida y pensamientos suicidas. Los expertos en seguridad de medicamentos sugieren ser cautelosos y tener en cuenta el historial de salud mental de los pacientes al recetar estos medicamentos. La investigación sigue en curso, y mientras tanto, los médicos y pacientes deben considerar cuidadosamente el riesgo y los beneficios de los tratamientos con semaglutida.
La celebración del Día Mundial de la Salud Mental busca generar conciencia sobre la importancia de abordar los problemas de salud mental a nivel global. Este año, el lemaes tiempo de priorizar la salud mental en el lugar de trabajo subraya el papel fundamental que desempeñan los entornos laborales en el bienestar de los empleados. Un lugar de trabajo saludable puede ser un factor protector que promueva la salud mental, mientras que condiciones insalubres, como el estigma y el acoso, pueden tener un impacto negativo significativo. Ante esto, los problemas de salud mental no solo afectan a los individuos, sino que también repercuten en la dinámica laboral. Se ha demostrado que el aumento del ausentismo y la disminución de la productividad están ligados a la falta de atención a la salud mental en el trabajo. Además, los costos asociados con la atención médica para problemas de salud mental continúan creciendo, lo que refuerza la necesidad de abordar este asunto de manera proactiva. Asimismo, el presidente Gabriel Boric presentó un proyecto de ley que busca promover y proteger la salud mental de todas las personas durante el desarrollo de su vida. Así también, mejorar la atención en la Red de Salud, promover la inclusión social y abordar las necesidades de las personas. Ahora bien, la ley de presupuesto tiene como objetivo que al finalizar el 2025 ya se encuentren habilitados 15 nuevos Centros de Salud Mental (COSAM) en distintas partes de nuestro país. A pesar de estos desafíos, el estigma y la falta de concienciación siguen siendo obstáculos importantes. Con el 60% de la población mundial activa en el trabajo, es esencial implementar estrategias que protejan y promuevan la salud mental. Los empleadores y compañeros de trabajo tienen la capacidad de ser agentes de cambio al fomentar un ambiente donde se hable abiertamente sobre la salud mental. Identificar signos de problemas como la depresión y ofrecer apoyo puede marcar una diferencia significativa en la vida de quienes enfrentan dificultades. Finalmente, la salud mental debe ser una prioridad en el lugar de trabajo. La colaboración y la empatía son clave para crear un entorno que no solo minimice riesgos, sino que también promueva el bienestar integral de todos los empleados. En este Día Mundial de la Salud Mental, hagamos un compromiso colectivo por un trabajo más saludable y humano.
En los últimos años ha aumentado considerablemente la cantidad y variedad de redes sociales y con ellas los filtros que hacen que podamos retocar cualquier foto. Quitar a personas del paisaje, poner el mar más azul y por supuesto modificar nuestra cara y nuestro cuerpo añadiendo estrellitas y luces o bien eliminando o modificando alguna parte que nos gusta menos. Están a la orden del día los filtros que embellecen aumentando el tamaño de los ojos, alargando las pestañas, afinando la nariz, creando labios y pómulos prominentes, etc. En cuanto al cuerpo, también los filtros pueden conseguir una apariencia de un cuerpo normativamente perfecto, alargando piernas, afinando la cintura, aumentando el bronceado o cambiando tamaño de los músculos en función de nuestros gustos. Cada vez en más entrevistas, los cirujanos plásticos afirman que se ha dado un aumento de peticiones solicitando parecerse a las propias fotos de las personas con los filtros. Tanto es así, que un cirujano de Reino Unido, acuñó el término Dismorfia de snapchat precisamente para referirse a esta tendencia y posible patología causada por la influencia de los filtros en las fotos del propio cuerpo. Obsesión por supuestos defectos corporales Parece inevitable compararse con el yo ideal retocado con filtros, que persiguen una simetría perfecta y unas facciones poco ajustadas con la realidad. Al realizar la comparación, hay personas que tienden a obsesionarse con esa parte de su cuerpo o cara que no les gusta, generando complejos que quizá antes no existían y pudiendo incluso llegar a padecer un trastorno dismórfico corporal, caracterizado por una preocupación notable por al menos un defecto aparente que está causando malestar. Además, existe la probabilidad de sufrir otras consecuencias psicológicas como disminución del estado de ánimo, baja autoestima, reducción de la actividad, inapetencia por realizar actividades o aislamiento al no querer relacionarte con personas en la vida real. Estos síntomas podrían derivar en trastornos más graves como el trastorno obsesivo compulsivo (TOC), la ansiedad, trastornos alimentarios o depresión. Los adolescentes, población más vulnerable Los/las adolescentes son la población más vulnerable a este tipo de consecuencias, debido a que son los que más usan las redes sociales y además están en proceso de formación de identidad, la cual está influida por el contexto social y el entorno. Dentro de esta construcción de la identidad encontramos la construcción de la imagen corporal, que se entiende como “La representación del cuerpo que cada persona construye en su mente y la vivencia que tiene del propio cuerpo”. En la adolescencia, además, se suelen tener criterios idealizados sobre el atractivo y la belleza física, y las relaciones interpersonales están especialmente guiadas por estos conceptos. Cuentan con la llamada “audiencia imaginaria” con una sensación de que la gente les mira y se fijan en ellos/as. Esto potencia la importancia que le dan a su imagen en las redes sociales y con ello la aceptación y aprobación percibida a través de los likes y los comentarios y elogios recibidos en esa foto. Esto puede determinar directamente su estado de ánimo y llevar a cuestionar su valía y autoconcepto con el peligro que ello conlleva. Si esta imagen corporal, está influida por el contexto social, en la era de la tecnología que el acceso a los prototipos y cánones de belleza es mucho más rápido y sencillo, esta influencia genera un poder aún mayor. La discrepancia entre el cuerpo que poseemos y el ideal que se muestra en la sociedad sientan las bases para la insatisfacción corporal. Las personas se pueden acostumbrar a mostrar una imagen de ellas mismas que no corresponde con la realidad, tapando esas partes de su cuerpo que para ellas suponen un defecto o modificando las que les acomplejan. El problema viene, cuando se tienen que enfrentar a su verdadera imagen mirándose al espejo o saliendo a la calle y relacionándose con el mundo. Mujeres y baja autoestima Se ha comprobado que la insatisfacción provocada por esta discrepancia entre el ideal físico promovido por las redes sociales o la cultura en la que vivimos y la propia imagen corporal afecta más a la población femenina. Las personas con baja autoestima tienden a socializar más a través de las redes sociales y a medida que lo hacen su aislamiento a nivel social también tiende a aumentar, entrando en un círculo de dependencia y generando menos vínculos afectivos. Es importante resaltar que poco a poco se va tomando conciencia de los peligros de los filtros y de cómo su uso puede afectar psicológicamente a las personas, dañando la autoestima y por tanto la salud mental. De hecho, algunas marcas se niegan a promocionar sus productos si estos van asociados al uso de filtros y retoques e incluso la red social Instagram planteó eliminar los filtros que marquen un estándar de belleza, aunque estas medidas y regulación todavía no están vigentes en todos los países.
Las emociones son estados por los cuales pasamos todos los seres humanos, y su regulación es una tarea fundamental para el desarrollo pleno de cualquier persona, lo que ha sido abordado desde diferentes ámbitos. Un ejemplo reciente y que ha traído esto a la palestra es la popular película Intensamente, que este año tuvo éxito en taquilla con su segunda entrega y que nos muestra la importancia de las emociones y su control en nuestra vida. PUBLICIDAD La psicóloga Irma Briceño Martínez, Coordinadora Académica de la Licenciatura en Psicología de la Universidad La Salle Bajío, explica que la emoción ha sido descrita como “un estado que se caracteriza por una estimulación fisiológica, cambios en la expresión facial, gestos, postura y sensaciones subjetivas”. En ese sentido, comenta en entrevista que las emociones pueden tener efectos positivos o negativos en la persona, dependiendo del tipo de emoción que se trate, y que algunos especialistas concuerdan en que existen ocho emociones básicas o primarias: miedo, sorpresa, desagrado, ira, tristeza, anticipación, confianza y alegría, y que pueden tener variaciones. “Se sabe que las emociones pueden mezclarse y dar lugar a otra emoción más compleja. Las emociones mandan señales a las personas, quienes entonces responden con conductas adaptativas. Todos los sistemas del sujeto se ponen en activo para dar la respuesta correspondiente”, precisa la psicóloga. Se conocen cuatro componentes de las emociones: deben presentar un evento psicológico relevante, que puede ser externo o interno; hay también un elemento cognitivo, que es la valoración o percepción que la persona realiza de él; se desencadena una respuesta fisiológica; y aparece una tendencia a la acción. El cambio fisiológico es provocado por la segregación de hormonas que estimulan al cuerpo y lo ponen en alerta, generando respuestas específicas interna y externamente. Cabe señalar que las emociones pueden ser positivas o negativas y las personas pueden sentir ambas al mismo tiempo, ya que las emociones positivas son procesadas en el hemisferio izquierdo y las negativas en el derecho. PUBLICIDAD “Internamente hay respuestas involuntarias como alteraciones de la frecuencia cardíaca o la presión de la sangre. Pasado el estado de alerta, el organismo regresa a los sistemas y órganos internos a su funcionamiento habitual. Algunos de los cambios externos que se observan dependen de la emoción”, agrega Irma Briceño Martínez. Es decir, las reacciones o respuestas fisiológicas ligadas a la emoción son producto de la actividad del sistema nervioso, que reacciona o prepara al cuerpo para responder a diferentes situaciones. “Es la forma sencilla de explicar la respuesta emocional desde la perspectiva fisiológica”, precisa. No obstante, advierte que es importante que las personas aprendan a realizar un manejo adecuado de sus emociones, lo cual les permitirá mejores procesos adaptativos y de desarrollo personal. “Es necesario implementar estrategias para lidiar mejor con el cúmulo de emociones de la vida cotidiana. Todos vivimos momentos de dolor, frustración, enojo, miedo y otras sensaciones que deben ser manejadas adecuadamente para lograr un desarrollo armónico y optimizar la convivencia social”, elabora la especialista. Lo anterior, concluye la psicóloga, requiere que las personas aprendan a reconocer las emociones que viven – reacciones innatas personales ante eventos relevantes – y que tengan una adecuada interpretación de ellas, de manera que pueda dar respuestas moduladas y acordes a la experiencia. Es importante identificarlas El Doctor Francisco Bustamante, psiquiatra de la Clínica Universidad de los Andes, en Chile, comenta que “las emociones son buenas cuando actúan coordinadamente y ninguna asume el control sobre otra”. En ese sentido, asevera que es importante identificarlas y lograr un comportamiento o manejo más sabio e integrado de nuestra personalidad. El especialista explica que “todas las emociones nos acompañan a lo largo de la vida”. La clave está en distinguir entre una emoción sana y una patológica, ya que esta última alcanza una intensidad tan alta y constante que nos puede llevar a perder el control. Agrega que la ansiedad es central en la vida personal, y que tal vez sea la emoción más estudiada después del amor, dado que está ligada al sentido de la existencia. Así mismo, enfatiza que no debemos evadir las emociones, incluyendo las displacenteras, ya que todas nos ayudan a diseñar una parte vital de nuestra personalidad. Más que evitarlas u ocultarlas, debemos escucharlas, aceptarlas y regularlas. Finalmente, comparte seis consejos para un equilibrio emocional y una buena salud mental : dormir bien; pausas durante el día y vacaciones; una alimentación sana; actividad física; buenas relaciones sociales; actividades placenteras o recreacionales. Metro World News habló con la Doctora Nelly Cecilia Capetillo Ventura, Psiquiatra del Centro Médico ABC, para saber más. P: ¿Cuál es la diferencia entre una emoción y un sentimiento? —Las emociones son respuestas químicas y neuronales que se generan en nuestro cerebro en respuesta a un estímulo emocionalmente relevante. Los sentimientos son el resultado de la evaluación consciente de las respuestas emocionales. Las emociones pueden ser inconscientes y automáticas. Los sentimientos son conscientes y requieren de una reflexión y evaluación consciente. Las emociones son temporales y su duración puede variar dependiendo de la situación. Los sentimientos pueden ser más duraderos y pueden o no ser congruentes con nuestra conducta. Podemos ocultar o disfrazar nuestros sentimientos, mientras que las emociones son más difíciles de controlar. P: ¿Por qué es importante prestar atención al manejo de nuestras emociones? —Cuando las emociones no se gestionan de forma adecuada pueden afectar la salud mental y las relaciones interpersonales. Hablar de nuestras emociones nos ayuda a vivir con ellas. No es que sean buenas ni malas. Es importante saber que existen y que tienen una función, que son respuestas temporales a diferentes situaciones. Las emociones y los sentimientos pueden influir en la forma en que percibimos el mundo que nos rodea, además de que pueden influir en cómo interpretamos los comportamientos y las acciones de los demás. Por otra parte, nuestras emociones y sentimientos también influyen en nuestras decisiones y comportamientos, y pueden influir en nuestras interacciones sociales. P: ¿Cuál es la importancia de la educación emocional? — Dado el impacto significativo que las emociones y los sentimientos tienen en nuestra vida, es importante desarrollar habilidades de educación emocional, la cual nos ayuda a comprender y gestionar nuestras emociones y sentimientos de manera saludable y constructiva. A través de la educación emocional, podemos aprender a reconocer nuestras emociones, comprender su origen y expresarlas de manera adecuada. También podemos aprender a manejar el estrés y regular nuestras emociones para tomar decisiones más informadas y tener relaciones saludables. Falta mucho por aprender respecto a temas de emociones y educación emocional. Considero que es necesario normalizar que todos los seres humanos tenemos emociones y reconocer que son pasajeras.