24 de octubre de 2023
Existen pocas palabras tan fuertes como la de esta enfermedad y no solo para quien la padece, sino también para todo su círculo íntimo de afectos. En la actualidad un alto porcentaje de casos puede superarse con detección temprana, pero necesita de un proceso que implica tiempo, un tratamiento adecuado y de todo el apoyo afectivo posible. Y ese camino de colaboración, paciencia y empatía no es simple, genera miedo, inseguridad y dudas por el tabú que esta enfermedad genera. Aun así, lograr transitar ese recorrido con amor y paciencia puede ser determinante en el proceso de sanación de un paciente.
6 claves para acompañar a un ser querido con cáncer
1 | No juzgues
Lograr una comunicación sincera y fluida es el primer paso para que esa persona se sienta acompañada y a gusto. Para eso, intentá dialogar sin juzgar. Las decisiones que haya tomado y las que pueda decidir en el futuro siempre serán de quién padece la enfermedad. Es su cuerpo y su vida, por eso aconsejala y dale tu punto de vista sin confrontar y solo cuando te lo pida. No le digas qué debería hacer una y otra vez. Es un momento crucial de su vida y sus emociones van a estar más sensibles y reactivas nunca.
2 | Desestigmatizar
Hablá de la enfermedad sin miedo. Di las palabras que tengas que pronunciar sin timidez. Rompé con el tabú tan fuerte que genera el cáncer y vas a notar cómo es posible recorrer el proceso de una forma más sincera, con valor, enfrentando ese presente con una actitud positiva y realista, expresándose libremente. Por eso, es vital que utilices un lenguaje auténtico, sincero y descontracturado.
3 | Ayudar en la rutina
El camino de superación del cáncer es largo y desgastante, y no solo por su sintomatología y tratamiento, sino por el tiempo diario que requiere. Las horas de dedicación a la enfermedad hacen que se dejen de lado otras ocupaciones y tareas importantes, poniendo de cabeza la escala de prioridades. Tu acompañamiento tiene que ser emocional, pero también en lo terrenal de todos los días: consultas médicas, mantener su heladera completa con lo que necesita para su dieta especial, colaborar con la rutina familiar y hasta comprarle su medicación. Con esta enorme ayuda vas a aliviar su carga rutinaria para que pueda poner el foco en su proceso de sanación.
4 | Disfrutar de la vida
Otro tipo de apoyo que puedes darle a una persona que está cursando esta enfermedad es recordarle que tiene que divertirse, ver su dimensión real de la vida. Demuestrale que no todo pasa por su proceso de cura; hablar de otros temas, salir a caminar, conocer un nuevo restaurant, hacer reuniones con amigos en común o hacer ese hobby que tanto le gusta son solo algunas ideas. Cada persona es única y tu sabes qué es mejor para que pueda salir de esa posición tan difícil al menos por un par de horas. Sacar del rol de paciente a ese afecto que está superando un momento tan complejo es muy positivo en muchos aspectos, tanto espirituales como físicos.
5 | Escuchar
Es común que en el afán por ayudar pienses que aconsejar y dar puntos de vista es lo adecuado, pero nada está más lejos de la realidad. Quien cursa el desarrollo de esta enfermedad no necesita la sobrecarga de frases y directivas sobre cómo debe manejar su vida, como si todo el entorno tuviera la fórmula ideal. En la búsqueda de la superación del cáncer la escucha es la herramienta primordial para ayudar a quien lo padece. Es, sobre todo, estar. Ser un pilar donde se pueda apoyar, un oído donde pueda descargar y expresar tanto cansancio, dudas, incertidumbre y dolor. Quien recorre el tratamiento sabe que la situación nunca está bajo su control, por eso no hay que perder de vista que esa persona tiene el rol primordial en este proceso, y los familiares y amistades el secundario. Si bien cada persona tiene su forma de vivirlo, ocupar el rol del tercero que escucha va a ser primordial en la búsqueda de la cura.
6 | Sacar a la persona del lugar de la identificación negativa
Las personas que padecen esta enfermedad a menudo desarrollan una identificación negativa con el proceso que viven. Todos tenemos y llevamos adelante distintos roles, pero con el paso de los días, quienes recorren el proceso de cura del cáncer dejan de lado su individualidad para posicionarse como la persona con cáncer. Este rol toma fuerza cuando todas las actividades que rodean a la persona se relacionan con la búsqueda de la cura. La figura de la enfermedad toma el control de sus pensamientos hasta formar parte de cada razonamiento consciente. Es vital sacarlo de ese lugar de víctima, y es ahí donde tu ayuda toma importancia. Es lograr que salga de esos zapatos, mostrarle que hay otra vida más allá de la búsqueda de su sanación. No negar el presente, sino enfocarse en otras actividades que no involucren a la enfermedad y puedan darle un descanso para poder enfrentar con más fortaleza su desafío personal.
Recuerda que actualmente un alto número de casos se superan con detección temprana y tratamiento adecuado, pero aun así, desandar el camino de la cura es arduo para el paciente y para todo su círculo íntimo. La búsqueda de la sanación requiere tiempo, esfuerzo, templanza y empatía de los afectos. Nunca tienes que olvidar que quien lo padece vive un momento determinante en su vida, y necesita escucha, ayuda y contención. Tu presencia en momentos simples va a ser fundamental, sin dejar de lado que ese rol no debe ser central, sino secundario: un lugar desde el cual poder colaborar haciendo del desarrollo del proceso de cura, un poco menos doloroso.