8 de abril de 2025
En poco más de un lustro, la karateca chilena Paula Ulloa se ha consolidado como una de las cartas más competitivas del paradeporte nacional, evidencia de ello fue su reciente consagración como la mejor especialista mundial en la categoría silla K30, logro histórico para el país y una confirmación para la serenense, de que no hay impedimento físico que sea un obstáculo para alcanzar alturas insospechadas.
Pocos deportistas nacionales han alcanzado la consagración mundial en sus disciplinas, un logro que Ulloa obtuvo esta semana luego que la World Karate Federation (WKF) la ungiera como la vigente número uno del orbe en su categoría de las artes marciales.
La mejor del ranking mundial
“Me enteré por casualidad. Estábamos viendo una serie con mi marido, y de repente miré las redes sociales y vi que uno de mis compañeros, Cristián Reyes, había subido al número tres del mundo. Dije: ‘Qué genial, voy a ver cómo voy’, y cuando veo que soy número uno reaccioné igual que el papá de Zidane (Yáñez, seleccionado de fútbol Sub 17 que participa por estos días en el Sudamericano de Colombia)”, señaló en una transmisión online por redes sociales.
Su vínculo con este deporte data de hace unos 17 años, cuando conoció a su marido, Rafer Rivera, maestro de karate y su sensei, el hombre con quien tiene un hijo en común y el principal gestor de su incondicional amor por la disciplina oriental. Una que le ha permitido sobrellevar de mejor forma los efectos que genera en su cuerpo una espondilosis anquilosante, enfermedad degenerativa progresiva que no tiene una cura y que, según reconoce en lun.com, le “produce dolores las 24 horas del día” y “le fue diagnosticada a los 35 años (hoy tiene 43)”.
“En mi caso, la enfermedad comienza en la zona lumbar. Cada una de mis vértebras se sueldan con otra y voy perdiendo movilidad. Eso provoca artritis reumatoide, artrosis en todo el cuerpo y también problemas en el sistema respiratorio y digestivo”, explica la atleta chilena, quien reconoce que “si no fuera por el karate yo no podría estar hablando como lo hago ahora. Por eso el karate para mí ha sido tan importante”.
“De a poquito me fui moviendo. Empecé a practicar sentada en una silla común y corriente de cuatro patas, mi marido me puso en el tatami y empecé a mover brazos de nuevo. Ahí pensé igual puedo hacer karate otra vez, porque empezamos a ver que se podía desde la silla de ruedas, entonces el siguiente paso era tener una”, cuenta Ulloa, quien tras iniciar su preparación hace años, encontró en esta disciplina una motivación adicional para sobrellevar su enfermedad. Una que no le impidió ganar su primera competencia local en 2018.
“En parakarate solamente se compite en kata, que son las formas. Es como combatir contra un rival invisible. Y el oponente va después. A cada uno lo evalúan siete jueces, tanto el aspecto atlético como la parte técnica. En mi caso, la parte atlética es como yo manejo la silla de ruedas y la parte técnica es el karate, la ejecución de sus movimientos”, explica.
Si no fuera por el karate yo no podría estar hablando como lo hago ahora. Por eso el karate para mí ha sido tan importante
— Paula Ulloa
“En esa primera competencia gané y ahí como que descubrí a la Paula competidora, porque la Paula deportista de cierta forma siempre estuvo”, agregó la número uno del orbe, quien no duda en aconsejar a otros compatriotas con discapacidades físicas buscar en el deporte la fuerza para rehabilitarse y convivir con sus padecimientos.
“Si uno no lucha por su sueño y no cree en lo que está haciendo, no va a llegar a ningún lado”, concluyó.