En los últimos años, el uso de teléfonos inteligentes se incrementó de manera exponencial, lo que genera preocupación entre los especialistas sobre su impacto en la salud mental. Un estudio reciente publicado en BMC Medicine demuestra que reducir el tiempo de pantalla a menos de dos horas diarias puede mejorar significativamente el bienestar psicológico. Un ensayo clínico con resultados contundentes Investigadores liderados por Cristobal Pieh y un equipo multidisciplinario llevaron a cabo un ensayo controlado aleatorio con 125 estudiantes sanos. Durante tres semanas, un grupo de participantes limitó su tiempo de pantalla a un máximo de dos horas por día, mientras que otro grupo continuó con su uso habitual. Los resultados evidenciaron mejoras significativas en diversos indicadores de salud mental. Menor estrés: reducción de los niveles de estrés según la escala PSQ. Disminución de síntomas depresivos: se observó un impacto positivo en la escala PHQ-9. Mejor calidad del sueño: evaluada con la escala ISI, los participantes del grupo de reducción de pantalla reportaron un mejor descanso. Mayor bienestar: medido con la escala WHO-5, los participantes informaron una sensación general de mayor bienestar tras la intervención. ¿Causalidad o simple correlación? Uno de los aspectos más relevantes del estudio es que aporta evidencia sobre la relación causal entre el tiempo frente a la pantalla y la salud mental. A diferencia de estudios previos que sólo mostraban una asociación, este ensayo clínico sugiere que reducir el uso del celular podría ser una estrategia efectiva para mejorar el bienestar emocional. Sin embargo, los investigadores advierten que, tras la intervención, los participantes retomaron sus hábitos previos y el tiempo de pantalla volvió a aumentar. Esto indica que se requieren estrategias a largo plazo para sostener los beneficios obtenidos. El impacto del tiempo de pantalla en la salud mental El debate sobre el impacto del uso del smartphone en la salud mental ha cobrado relevancia en los últimos años. Si bien algunas investigaciones han señalado beneficios, como una mayor conexión social y acceso a entretenimiento, otros estudios han vinculado su uso excesivo con problemas psicológicos. Un estudio previo con más de un millón de adolescentes mostró que el aumento del tiempo de pantalla se asocia con un menor bienestar psicológico. Además, se ha encontrado una correlación entre el uso excesivo de redes sociales y una mayor prevalencia de síntomas depresivos y ansiedad. ¿Cómo reducir el tiempo de pantalla de manera efectiva? Para quienes buscan disminuir su dependencia del celular, los expertos recomiendan: Establecer horarios específicos para el uso del smartphone. Usar aplicaciones de control de tiempo para monitorear el consumo de pantalla. Priorizar actividades offline, como el ejercicio o la lectura. Evitar el uso del celular antes de dormir, ya que la luz azul afecta la calidad del sueño.
Este jueves, el Senado de Brasil aprobó la ley que prohíbe el uso de celulares en los colegios de primaria y secundaria, medida que afectará a estudiantes entre 4 y 17 años. La normativa, respaldada por el 82% de los padres brasileños, establece que los dispositivos estarán prohibidos en todo momento, aunque permite su uso excepcional para fines pedagógicos. Según el texto, para “salvaguardar la salud mental, física y psíquica de los niños y adolescentes”, los celulares quedarán prohibidos en las escuelas, tanto en las aulas como en los momentos de recreo. La norma permite excepcionalmente el uso de aparatos electrónicos que busquen alcanzar mayor porcentaje de accesibilidad en ciertas zonas periféricas del país. Sumado a lo anterior, los recintos educativos también deberán crear estrategias para abordar los problemas en la salud mental asociados al uso de estos dispositivos, debido a las alarmantes cifras entregadas por profesionales del rubro. En tanto, el ministro de Educación, Camilo Santana, se ha mostrado a favor de poner un “límite” a los aparatos celulares en las escuelas. “Las experiencias en el mundo entero han mostrado el prejuicio en un déficit de atención por el uso de aparatos celulares dentro de las aulas”, dijo el personero de Estado a la prensa en noviembre pasado. “El celular acabó con la socialización de las personas. Hace falta un límite”, fustigó el titular de la cartera. En este mismo sentido, un informe de la Unesco en 2023 también respalda esta visión, afirmando que: “Prohibir los teléfonos móviles en los colegios mejora el rendimiento académico, especialmente en el caso del alumnado con bajo rendimiento”. Sin embargo, el organismo a la vez advierte que la medida podría poner en desventaja a los menores diciendo que “proteger al alumnado de las tecnologías nuevas e innovadoras puede ponerlos en desventaja”. Con todo, ahora la ley debe ser autorizada por el presidente Lula da Silva. Este paso marcará un avance significativo en los esfuerzos por salvaguardar la salud mental, física y psíquica de los niños y adolescentes, refrenda el documento legal.
En los últimos años, el uso de teléfonos inteligentes se incrementó de manera exponencial, lo que genera preocupación entre los especialistas sobre su impacto en la salud mental. Un estudio reciente publicado en BMC Medicine demuestra que reducir el tiempo de pantalla a menos de dos horas diarias puede mejorar significativamente el bienestar psicológico. Un ensayo clínico con resultados contundentes Investigadores liderados por Cristobal Pieh y un equipo multidisciplinario llevaron a cabo un ensayo controlado aleatorio con 125 estudiantes sanos. Durante tres semanas, un grupo de participantes limitó su tiempo de pantalla a un máximo de dos horas por día, mientras que otro grupo continuó con su uso habitual. Los resultados evidenciaron mejoras significativas en diversos indicadores de salud mental. Menor estrés: reducción de los niveles de estrés según la escala PSQ. Disminución de síntomas depresivos: se observó un impacto positivo en la escala PHQ-9. Mejor calidad del sueño: evaluada con la escala ISI, los participantes del grupo de reducción de pantalla reportaron un mejor descanso. Mayor bienestar: medido con la escala WHO-5, los participantes informaron una sensación general de mayor bienestar tras la intervención. ¿Causalidad o simple correlación? Uno de los aspectos más relevantes del estudio es que aporta evidencia sobre la relación causal entre el tiempo frente a la pantalla y la salud mental. A diferencia de estudios previos que sólo mostraban una asociación, este ensayo clínico sugiere que reducir el uso del celular podría ser una estrategia efectiva para mejorar el bienestar emocional. Sin embargo, los investigadores advierten que, tras la intervención, los participantes retomaron sus hábitos previos y el tiempo de pantalla volvió a aumentar. Esto indica que se requieren estrategias a largo plazo para sostener los beneficios obtenidos. El impacto del tiempo de pantalla en la salud mental El debate sobre el impacto del uso del smartphone en la salud mental ha cobrado relevancia en los últimos años. Si bien algunas investigaciones han señalado beneficios, como una mayor conexión social y acceso a entretenimiento, otros estudios han vinculado su uso excesivo con problemas psicológicos. Un estudio previo con más de un millón de adolescentes mostró que el aumento del tiempo de pantalla se asocia con un menor bienestar psicológico. Además, se ha encontrado una correlación entre el uso excesivo de redes sociales y una mayor prevalencia de síntomas depresivos y ansiedad. ¿Cómo reducir el tiempo de pantalla de manera efectiva? Para quienes buscan disminuir su dependencia del celular, los expertos recomiendan: Establecer horarios específicos para el uso del smartphone. Usar aplicaciones de control de tiempo para monitorear el consumo de pantalla. Priorizar actividades offline, como el ejercicio o la lectura. Evitar el uso del celular antes de dormir, ya que la luz azul afecta la calidad del sueño.
Este jueves, el Senado de Brasil aprobó la ley que prohíbe el uso de celulares en los colegios de primaria y secundaria, medida que afectará a estudiantes entre 4 y 17 años. La normativa, respaldada por el 82% de los padres brasileños, establece que los dispositivos estarán prohibidos en todo momento, aunque permite su uso excepcional para fines pedagógicos. Según el texto, para “salvaguardar la salud mental, física y psíquica de los niños y adolescentes”, los celulares quedarán prohibidos en las escuelas, tanto en las aulas como en los momentos de recreo. La norma permite excepcionalmente el uso de aparatos electrónicos que busquen alcanzar mayor porcentaje de accesibilidad en ciertas zonas periféricas del país. Sumado a lo anterior, los recintos educativos también deberán crear estrategias para abordar los problemas en la salud mental asociados al uso de estos dispositivos, debido a las alarmantes cifras entregadas por profesionales del rubro. En tanto, el ministro de Educación, Camilo Santana, se ha mostrado a favor de poner un “límite” a los aparatos celulares en las escuelas. “Las experiencias en el mundo entero han mostrado el prejuicio en un déficit de atención por el uso de aparatos celulares dentro de las aulas”, dijo el personero de Estado a la prensa en noviembre pasado. “El celular acabó con la socialización de las personas. Hace falta un límite”, fustigó el titular de la cartera. En este mismo sentido, un informe de la Unesco en 2023 también respalda esta visión, afirmando que: “Prohibir los teléfonos móviles en los colegios mejora el rendimiento académico, especialmente en el caso del alumnado con bajo rendimiento”. Sin embargo, el organismo a la vez advierte que la medida podría poner en desventaja a los menores diciendo que “proteger al alumnado de las tecnologías nuevas e innovadoras puede ponerlos en desventaja”. Con todo, ahora la ley debe ser autorizada por el presidente Lula da Silva. Este paso marcará un avance significativo en los esfuerzos por salvaguardar la salud mental, física y psíquica de los niños y adolescentes, refrenda el documento legal.