El magnate Elon Musk, que en Estados Unidos está al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), afirmó que el presidente estadounidense, Donald Trump, le ha encargado que se asegure de que Fort Knox, el legendario depósito de reservas de oro en Kentucky, sigue conservando esa riqueza. “Es el oro del público. Es su oro. Entonces, creo que tienen derecho a verlo, a hacer un ‘tour’. Creo que se debería hacer un recorrido”, dijo en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC, en inglés), un foro que se celebra hasta el sábado en las afueras de Washington. El también dueño de X -y consejero delegado de Tesla y SpaceX- añadió que le encantaría verlo. El miércoles, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, ya había confirmado que Fort Knox sigue conservando ese oro. “Realizamos una auditoría cada año. Todo el oro está presente y contabilizado”, dijo en una entrevista. Lee también... No, gracias: Elon Musk ofreció millones por empresa tras el ChatGPT y Sam Altman le dio un portazo Según la Casa de la Moneda de Estados Unidos , el organismo encargado de producir la divisa que está actualmente en circulación en el país , hay 147.3 millones onzas . Fort Knox guarda aproximadamente la mitad del oro almacenado por el Tesoro . Ese mismo organismo precisa que la mayor cantidad llegó albergar fue en 1941 , con total 649.6 millones onzas . Simplemente quiero verlo concluyó Musk . Fuente: BioBioChile
Pocos nombres resuenan tanto en el panorama empresarial y tecnológico como el de Elon Musk. Desde su liderazgo en Tesla y SpaceX hasta sus incursiones en la inteligencia artificial, las comunicaciones espaciales, las redes sociales, y ahora el gobierno de los Estados Unidos (con gestos polémicos incluidos que nos recuerdan a otros tiempos). Musk es un ejemplo de determinación, visión y, según muchos, una ética de trabajo incomparable. Sin embargo, una de las revelaciones más interesantes sobre su éxito proviene de una persona que lo conoció de cerca durante muchos años: su primera esposa, la escritora Justine Musk. Hace más de una década, Justine compartió en una charla pública algunas reflexiones sobre lo que, a su juicio, convirtió a su exmarido en uno de los hombres más ricos e influyentes del mundo. Aunque su matrimonio terminó hace años, las observaciones de Justine siguen siendo un testimonio fascinante sobre las cualidades que distinguen a Musk de otros líderes empresariales. En la conferencia, disponible en YouTube como parte de una serie de charlas TEDx, Justine Musk destacó una característica clave de su exmarido: su capacidad para decir no. Aunque a primera vista pueda parecer una habilidad menor, algo sin importancia, ella explicó que este hábito fue crucial para que Elon pudiera canalizar toda su energía en sus objetivos personales y profesionales. “Él trabajaba más duro que la mayoría, pero lo que realmente lo diferenciaba era su habilidad para proteger su tiempo, su atención y su energía”, señaló Justine. “Elon decía no a muchas cosas: a personas, compromisos y distracciones. No lo hacía por egoísmo, sino porque sabía que esos recursos eran limitados y los necesitaba para canalizarlos hacia sus metas”. Para Justine, el secreto de Elon Musk radica en lo que ella denomina el “sí profundo”. Según explicó, cada vez que decía no a algo o alguien, Musk en realidad estaba afirmando con más fuerza su compromiso con sus propios proyectos y prioridades. “Es una línea clara que traza el límite entre lo que importa y lo que no, entre dónde termina uno mismo y dónde comienzan las demandas externas”, afirmó. Este principio, que parece sencillo, es en realidad un gran reto en un mundo donde constantemente se nos presiona para aceptar más responsabilidades, compromisos sociales y tarea s. “Cuando somos niños, decimos no de forma instintiva para proteger lo que queremos o necesitamos. Pero a medida que crecemos, ese no se va diluyendo, y dejamos de proteger lo que verdaderamente importa”, reflexionó Justine. Para Musk, el éxito no es solo una cuestión de talento o esfuerzo, sino también de claridad en las prioridades. Según su exesposa, él siempre tuvo una visión muy claro de lo que quería lograr y fue capaz de enfocar sus recursos hacia esos objetivos, evitando cualquier distracción que pudiera desviar su atención. Este enfoque le permitió enfrentarse a retos titánicos, como revolucionar la industria automotriz con Tesla, enviar cohetes al espacio con SpaceX o transformar la forma en que nos comunicamos con Starlink. Justine subrayó que esta habilidad de decir que no, no es una barrera, sino una herramienta que permite a las personas comprometerse con sus metas de manera más plena. “Es una manera de priorizar lo esencial, de cuidar los propios recursos internos para poder alcanzar el máximo potencial”, dijo. El caso de Elon Musk demuestra que, a menudo, el éxito no solo depende de trabajar duro, sino también de trabajar inteligentemente. Saber elegir dónde poner la energía y dónde no hacerlo puede marcar la diferencia entre una vida productiva y una vida dispersa. Así, el mensaje de Justine Musk trasciende su relación personal con Elon y del propio Elon. Se trata de un recordatorio valioso para todos: aprender a decir no, de forma estratégica y consciente, es una forma de decir un sí más profundo a nuestras aspiraciones personales. Hoy en día estamos rodeados de distracciones y las demandas externas parecen no tener fin, el enfoque de Musk puede ser una lección para quienes buscan no solo cumplir sus objetivos, sino llegar a tener un impacto significativo en su campo. Parece que todos los objetivos que se propone los logra. De alguna u otra manera Elon Musk termina alcanzado lo que quiere, demostrando que en el tema de los negocios no tiene techo y que sus sueños futuristas los puede hacer realidad. El 2020 fue quizás su año más redondo, donde figuró en segundo lugar en la lista de los multimillonarios, lanzó un cohete al espacio, desafió a la pandemia y se convirtió en padre junto a su novia, la cantante Grimes. Primer hijo de ambos y sexto para él. Y arrancó el 2021 posicionándose en lo más alto de aquel listado, superando al fundador de Amazon, Jeff Bezos, con un patrimonio que asciende hasta los 194.800 millones de dólares, según indicó El País. De esta manera, el excéntrico emprendedor se convirtió en el hombre más rico del mundo, de acuerdo al índice de multimillonarios de Bloomberg, gracias a los buenos resultados de Tesla, su compañía de automóviles eléctricos. SpaceX Más que el dinero, a Elon Musk lo mueve su ambición por revolucionar los transportes tanto en la tierra como en el espacio. Y es que SpaceX, firma de la cual es director ejecutivo, se convirtió en la primera empresa privada en enviar astronautas a la Estación Espacial Internacional en sus cohetes Crew Dragon. Fue el primer lanzamiento espacial tripulado desde suelo estadounidense desde 2011. La empresa, fundada en 2002 por Musk, nació precisamente con el objetivo de reducir los costos de viajar al espacio y así lograr la colonización de Marte. El propio mandamás entregó más detalles a BBC Mundo, donde confesó que se sentía frustrado porque el programa espacial estadounidense no era ambicioso, lo que precipitó la creación de SpaceX. Hoy la empresa continúa trabajando en el desarrollo de nuevos cohetes con la vista siempre puesta en el planeta rojo.
Un verdadero hito para la ingeniería espacial. Poco antes de las 7.30 hora local del domingo (12.30 GMT), desde la plataforma de lanzamiento de Boca Chica (Texas), SpaceX lanzó el Starship en el quinto vuelo de prueba. El megacohete logró poner en órbita el módulo principal con la ayuda de los 39 motores Raptor de su primera fase, que, en un hecho sin precedentes, regresó desde la estratosfera, realizó una desaceleración controlada y se posó en la misma plataforma de lanzamiento. Luego, los ‘chopsticks’ (palillos) atraparon esa parte de la nave para volver a usarla. Esta quinta prueba del Starship, que pesa unas 5.000 toneladas, consiguió poner en órbita el módulo y probar un sistema que usa el sistema de comunicación Starlink para, por vez primera, mantener comunicación con el módulo orbital en la fase de reentrada, algo que hasta ahora ningún vuelo espacial ha conseguido. El módulo orbital consiguió sobrevivir a las presiones y las temperaturas extremas de la reentrada y amerizó de manera controlada y «suave» en un punto predefinido en el océano Índico una hora después del lanzamiento, aunque explotó, algo que estaba previsto. Un paso más para la carrera espacial El Starship quiere convertirse en el primer servicio privado que llegue a la Luna y Marte y establezca presencias permanentes y colonias en esos planetas, una visión repetida y considerada viable por su fundador, el magnate Elon Musk. El proceso por el que el «booster» o propulsor de Starship consiguió aterrizar este domingo por primera vez es similar al del cohete Falcon 9, también de SpaceX, un sistema comercial de puesta en órbita mucho más pequeño y pensado, en general, para misiones en órbita terrestre con una ratio de éxito de más del 95 %.
El magnate Elon Musk, que en Estados Unidos está al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), afirmó que el presidente estadounidense, Donald Trump, le ha encargado que se asegure de que Fort Knox, el legendario depósito de reservas de oro en Kentucky, sigue conservando esa riqueza. “Es el oro del público. Es su oro. Entonces, creo que tienen derecho a verlo, a hacer un ‘tour’. Creo que se debería hacer un recorrido”, dijo en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC, en inglés), un foro que se celebra hasta el sábado en las afueras de Washington. El también dueño de X -y consejero delegado de Tesla y SpaceX- añadió que le encantaría verlo. El miércoles, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, ya había confirmado que Fort Knox sigue conservando ese oro. “Realizamos una auditoría cada año. Todo el oro está presente y contabilizado”, dijo en una entrevista. Lee también... No, gracias: Elon Musk ofreció millones por empresa tras el ChatGPT y Sam Altman le dio un portazo Según la Casa de la Moneda de Estados Unidos , el organismo encargado de producir la divisa que está actualmente en circulación en el país , hay 147.3 millones onzas . Fort Knox guarda aproximadamente la mitad del oro almacenado por el Tesoro . Ese mismo organismo precisa que la mayor cantidad llegó albergar fue en 1941 , con total 649.6 millones onzas . Simplemente quiero verlo concluyó Musk . Fuente: BioBioChile
Pocos nombres resuenan tanto en el panorama empresarial y tecnológico como el de Elon Musk. Desde su liderazgo en Tesla y SpaceX hasta sus incursiones en la inteligencia artificial, las comunicaciones espaciales, las redes sociales, y ahora el gobierno de los Estados Unidos (con gestos polémicos incluidos que nos recuerdan a otros tiempos). Musk es un ejemplo de determinación, visión y, según muchos, una ética de trabajo incomparable. Sin embargo, una de las revelaciones más interesantes sobre su éxito proviene de una persona que lo conoció de cerca durante muchos años: su primera esposa, la escritora Justine Musk. Hace más de una década, Justine compartió en una charla pública algunas reflexiones sobre lo que, a su juicio, convirtió a su exmarido en uno de los hombres más ricos e influyentes del mundo. Aunque su matrimonio terminó hace años, las observaciones de Justine siguen siendo un testimonio fascinante sobre las cualidades que distinguen a Musk de otros líderes empresariales. En la conferencia, disponible en YouTube como parte de una serie de charlas TEDx, Justine Musk destacó una característica clave de su exmarido: su capacidad para decir no. Aunque a primera vista pueda parecer una habilidad menor, algo sin importancia, ella explicó que este hábito fue crucial para que Elon pudiera canalizar toda su energía en sus objetivos personales y profesionales. “Él trabajaba más duro que la mayoría, pero lo que realmente lo diferenciaba era su habilidad para proteger su tiempo, su atención y su energía”, señaló Justine. “Elon decía no a muchas cosas: a personas, compromisos y distracciones. No lo hacía por egoísmo, sino porque sabía que esos recursos eran limitados y los necesitaba para canalizarlos hacia sus metas”. Para Justine, el secreto de Elon Musk radica en lo que ella denomina el “sí profundo”. Según explicó, cada vez que decía no a algo o alguien, Musk en realidad estaba afirmando con más fuerza su compromiso con sus propios proyectos y prioridades. “Es una línea clara que traza el límite entre lo que importa y lo que no, entre dónde termina uno mismo y dónde comienzan las demandas externas”, afirmó. Este principio, que parece sencillo, es en realidad un gran reto en un mundo donde constantemente se nos presiona para aceptar más responsabilidades, compromisos sociales y tarea s. “Cuando somos niños, decimos no de forma instintiva para proteger lo que queremos o necesitamos. Pero a medida que crecemos, ese no se va diluyendo, y dejamos de proteger lo que verdaderamente importa”, reflexionó Justine. Para Musk, el éxito no es solo una cuestión de talento o esfuerzo, sino también de claridad en las prioridades. Según su exesposa, él siempre tuvo una visión muy claro de lo que quería lograr y fue capaz de enfocar sus recursos hacia esos objetivos, evitando cualquier distracción que pudiera desviar su atención. Este enfoque le permitió enfrentarse a retos titánicos, como revolucionar la industria automotriz con Tesla, enviar cohetes al espacio con SpaceX o transformar la forma en que nos comunicamos con Starlink. Justine subrayó que esta habilidad de decir que no, no es una barrera, sino una herramienta que permite a las personas comprometerse con sus metas de manera más plena. “Es una manera de priorizar lo esencial, de cuidar los propios recursos internos para poder alcanzar el máximo potencial”, dijo. El caso de Elon Musk demuestra que, a menudo, el éxito no solo depende de trabajar duro, sino también de trabajar inteligentemente. Saber elegir dónde poner la energía y dónde no hacerlo puede marcar la diferencia entre una vida productiva y una vida dispersa. Así, el mensaje de Justine Musk trasciende su relación personal con Elon y del propio Elon. Se trata de un recordatorio valioso para todos: aprender a decir no, de forma estratégica y consciente, es una forma de decir un sí más profundo a nuestras aspiraciones personales. Hoy en día estamos rodeados de distracciones y las demandas externas parecen no tener fin, el enfoque de Musk puede ser una lección para quienes buscan no solo cumplir sus objetivos, sino llegar a tener un impacto significativo en su campo. Parece que todos los objetivos que se propone los logra. De alguna u otra manera Elon Musk termina alcanzado lo que quiere, demostrando que en el tema de los negocios no tiene techo y que sus sueños futuristas los puede hacer realidad. El 2020 fue quizás su año más redondo, donde figuró en segundo lugar en la lista de los multimillonarios, lanzó un cohete al espacio, desafió a la pandemia y se convirtió en padre junto a su novia, la cantante Grimes. Primer hijo de ambos y sexto para él. Y arrancó el 2021 posicionándose en lo más alto de aquel listado, superando al fundador de Amazon, Jeff Bezos, con un patrimonio que asciende hasta los 194.800 millones de dólares, según indicó El País. De esta manera, el excéntrico emprendedor se convirtió en el hombre más rico del mundo, de acuerdo al índice de multimillonarios de Bloomberg, gracias a los buenos resultados de Tesla, su compañía de automóviles eléctricos. SpaceX Más que el dinero, a Elon Musk lo mueve su ambición por revolucionar los transportes tanto en la tierra como en el espacio. Y es que SpaceX, firma de la cual es director ejecutivo, se convirtió en la primera empresa privada en enviar astronautas a la Estación Espacial Internacional en sus cohetes Crew Dragon. Fue el primer lanzamiento espacial tripulado desde suelo estadounidense desde 2011. La empresa, fundada en 2002 por Musk, nació precisamente con el objetivo de reducir los costos de viajar al espacio y así lograr la colonización de Marte. El propio mandamás entregó más detalles a BBC Mundo, donde confesó que se sentía frustrado porque el programa espacial estadounidense no era ambicioso, lo que precipitó la creación de SpaceX. Hoy la empresa continúa trabajando en el desarrollo de nuevos cohetes con la vista siempre puesta en el planeta rojo.
Un verdadero hito para la ingeniería espacial. Poco antes de las 7.30 hora local del domingo (12.30 GMT), desde la plataforma de lanzamiento de Boca Chica (Texas), SpaceX lanzó el Starship en el quinto vuelo de prueba. El megacohete logró poner en órbita el módulo principal con la ayuda de los 39 motores Raptor de su primera fase, que, en un hecho sin precedentes, regresó desde la estratosfera, realizó una desaceleración controlada y se posó en la misma plataforma de lanzamiento. Luego, los ‘chopsticks’ (palillos) atraparon esa parte de la nave para volver a usarla. Esta quinta prueba del Starship, que pesa unas 5.000 toneladas, consiguió poner en órbita el módulo y probar un sistema que usa el sistema de comunicación Starlink para, por vez primera, mantener comunicación con el módulo orbital en la fase de reentrada, algo que hasta ahora ningún vuelo espacial ha conseguido. El módulo orbital consiguió sobrevivir a las presiones y las temperaturas extremas de la reentrada y amerizó de manera controlada y «suave» en un punto predefinido en el océano Índico una hora después del lanzamiento, aunque explotó, algo que estaba previsto. Un paso más para la carrera espacial El Starship quiere convertirse en el primer servicio privado que llegue a la Luna y Marte y establezca presencias permanentes y colonias en esos planetas, una visión repetida y considerada viable por su fundador, el magnate Elon Musk. El proceso por el que el «booster» o propulsor de Starship consiguió aterrizar este domingo por primera vez es similar al del cohete Falcon 9, también de SpaceX, un sistema comercial de puesta en órbita mucho más pequeño y pensado, en general, para misiones en órbita terrestre con una ratio de éxito de más del 95 %.