Un científico ha propuesto una idea innovadora para una prisión futurista que promete acelerar la rehabilitación de los criminales en cuestión de minutos en lugar de años o décadas. Llamado Cognify, este sistema implicaría implantar memorias sintéticas del crimen en el cerebro del individuo, pero desde la perspectiva de la víctima. Utilizaría un dispositivo tipo realidad virtual para mostrar imágenes del delito generadas por inteligencia artificial (IA), junto con un implante cerebral que induciría emociones como remordimiento o arrepentimiento, sentimientos que algunos individuos podrían no experimentar naturalmente. El concepto desarrollado por Hashem Al-Ghaili asegura que los efectos terapéuticos sean duraderos al hacer que estas memorias sean permanentes. A diferencia de la idea tradicional de que la prisión disuade a los delincuentes de reincidir, Al-Ghaili propone una prisión del futuro que ayudaría a los criminales a reflexionar sobre su pasado y aprender de él. Según él, Cognify podría crear y implantar recuerdos artificiales directamente en el cerebro del prisionero, lo que alteraría la percepción del tiempo y haría que vivieran experiencias que parecerían años dentro de su mente, aunque en realidad solo pasaran minutos. El sistema adapta los recuerdos según la gravedad del delito y la sentencia del sujeto, utilizando escáneres cerebrales para mapear las vías neuronales y dirigir la terapia hacia áreas específicas del cerebro relacionadas con la memoria y el razonamiento. Además de los impactantes efectos visuales, la tecnología puede estimular respuestas físicas para que los delincuentes sientan el dolor y el sufrimiento de sus víctimas, diseñados para provocar consecuencias emocionales y traumas. Este innovador enfoque podría transformar el sistema de justicia penal al reducir la necesidad de encarcelamiento prolongado y sus costos asociados, según se expone en el video conceptual de Al-Ghaili.
Un científico ha propuesto una idea innovadora para una prisión futurista que promete acelerar la rehabilitación de los criminales en cuestión de minutos en lugar de años o décadas. Llamado Cognify, este sistema implicaría implantar memorias sintéticas del crimen en el cerebro del individuo, pero desde la perspectiva de la víctima. Utilizaría un dispositivo tipo realidad virtual para mostrar imágenes del delito generadas por inteligencia artificial (IA), junto con un implante cerebral que induciría emociones como remordimiento o arrepentimiento, sentimientos que algunos individuos podrían no experimentar naturalmente. El concepto desarrollado por Hashem Al-Ghaili asegura que los efectos terapéuticos sean duraderos al hacer que estas memorias sean permanentes. A diferencia de la idea tradicional de que la prisión disuade a los delincuentes de reincidir, Al-Ghaili propone una prisión del futuro que ayudaría a los criminales a reflexionar sobre su pasado y aprender de él. Según él, Cognify podría crear y implantar recuerdos artificiales directamente en el cerebro del prisionero, lo que alteraría la percepción del tiempo y haría que vivieran experiencias que parecerían años dentro de su mente, aunque en realidad solo pasaran minutos. El sistema adapta los recuerdos según la gravedad del delito y la sentencia del sujeto, utilizando escáneres cerebrales para mapear las vías neuronales y dirigir la terapia hacia áreas específicas del cerebro relacionadas con la memoria y el razonamiento. Además de los impactantes efectos visuales, la tecnología puede estimular respuestas físicas para que los delincuentes sientan el dolor y el sufrimiento de sus víctimas, diseñados para provocar consecuencias emocionales y traumas. Este innovador enfoque podría transformar el sistema de justicia penal al reducir la necesidad de encarcelamiento prolongado y sus costos asociados, según se expone en el video conceptual de Al-Ghaili.