Aunque no lo parezca, la Generación Z (que actualmente rondan el margen entre los 18 y los 25 años de edad) son el único grupo etario que están usando redes sociales significativamente menos que antes. Sus mayores, en cambio, se están volviendo cada vez más dependientes de las distintas plataformas. Por supuesto, tienen sus favoritas como TikTok y YouTube y siguen siendo quienes más utilizan estas plataformas, pero la tendencia general va a la baja mientras la de sus mayores van al alza. A este resultado llegó un estudio del Pew Research Center, tras analizar las tendencias de los usuarios desde 2005 al 2021, mientras que otras encuestas independientes, como la de Piper Sandler -una firma cuyo foco es servir de guía para inversores-, la Generación Z se está alejando cada vez más de casi todas las redes sociales, salvo de TikTok. Sí, tal vez por eso te hayas encontrado con más de algún joven diciendo que Facebook es una red para “viejos”. Así, en vez de prestar su atención -que es, básicamente, lo que se disputan estas plataformas- a Facebook, Instagram, X (ex-Twitter) o incluso WhatsApp, prefieren acudir a Discord para mensajería, a Twitch para transmisiones en vivo de distintos tipos de contenido, a BeReal para publicar breves actualizaciones personales cuando la plataforma lo requiere, y a Poparazzi para fotos con amigos. Una plataforma que se está salvando es YouTube, según el mismo centro Pew, el cual registró que la plataforma de videos es la más usada por los Gen-Z más jóvenes, de entre 13 y 17 años. Según Axios, mucho tiene que ver con la percepción de “toxicidad” que históricamente ha rondado en las redes sociales. De acuerdo con dicho sitio, ello habría llevado a que, por ejemplo, TikTok evite describirse como una y en vez de eso afirme ser una “plataforma de entretenimiento”, BeReal directamente que “no somos otra red social”, e incluso que Meta prefiera llamarse una compañía del “Metaverso”. Y Google no escapa de la tendencia tampoco, constata NBC. Según el vicepresidente senior Prabhakar Raghavan, dicha plataforma ha detectado que los jóvenes están acudiendo más a Instagram y TikTok que al buscador de Google para consultas de información, o incluso que a Maps para ubicaciones.
Acurrucados entre las mantas de la cama, con un snack favorito en el velador y la televisión encendida. Ese parece ser el panorama favorito de las personas hoy, mientras que hace varios años, probablemente preferían estar en una fiesta con luces despampanantes, música alta y conociendo a gente interesante. ¿Qué pasó con las fiestas? ¿Se volvieron aburridas, o es la sociedad la que está cambiando? Estas preguntas se las hicieron desde el Washington Post : las personas, al menos en Estados Unidos, creen que “el ambiente está apagado”. Todo habría comenzado en la pandemia. Después de estar encerrados, pareciera que muchos le agarraron “el gusto” de quedarse en casa. Ahora, más emocionante que salir con amigos, es recibir un mensaje de que los planes se cancelaron a último minuto. Esta realidad, está traduciéndose en el cierre de lugares icónicos de la vida nocturna en grandes ciudades como Nueva York y Londres. ¿Qué está pasando con las fiestas alrededor del mundo? Por qué las personas ya no tienen ganas de salir a fiestas Según explicaron desde CNN , las ventas de bebidas alcohólicas como el champán se están desplomando. Y tiendas de souvenirs para celebraciones —como sombreros temáticos, servilletas, bombillas y cotillón— están cerrando. Y es que la demanda ya no es la misma. Para James St. James, un “legendario chico de discoteca” de Nueva York, el problema está en que “estamos divididos, tribalizados. No quiero estar en una habitación con cien hombres gays, como tampoco quiero estar en una habitación con cien dentistas”. El hombre aseguró que en los 80, las fiestas se caracterizaban por mezclar a todo tipo de personas, como “jóvenes y viejos, ricos y pobres, famosos, aspirantes, traficantes, drag queens y chicas de moda”, algo que ahora ya no sucede. Por eso, sus días de fiesta quedaron atrás: “Lo único que detesto cuando salgo, cuando veo las discotecas ahora, es el ruido que hay. Ahora soy una especie de ermitaño. Me encanta aislarme”. Michael Vosters, un DJ radicado en Nueva York piensa lo mismo, pero añadió que, desde la pandemia, no solo se perdieron las ganas de salir, sino también la capacidad económica que demanda una noche de diversión nocturna. “La gente simplemente no tiene dinero para pagar el servicio de botella, que fue lo que mantuvo a flote a muchos clubes a principios de la década de 2000”. Además, percibió que los millennials ya no quieren estar “rodeados de veinteañeros”, que son el público predominante en las fiestas actuales. Discotecas que cierran temprano y bares sin alcohol: la solución para los treintañeros Desde las 5 de la tarde hasta las 10 de la noche, un sábado, con artistas invitados y pizza gratis. Este panorama de fiesta resonó entre un grupo numeroso de personas en Nueva York que encontró prudente el horario. El DJ Vosters había planteado organizar una fiesta así como broma, no obstante, terminó siendo una realidad que los asistentes adoraron: “Al final de la fiesta, todos decían: ‘Tiene que seguir así, fue la mejor noche”, aseguró en conversación con el Washington Post. El costo de la entrada era 33 dólares (33.000 pesos chilenos aproximadamente) y, entre otras actividades divertidas, pudieron ver bailarines de breakdance y drag queens interpretando a Britney Spears y Christina Aguilera. Todo esto, con tiempo de sobra para llegar a casa y acurrucarse con sus mascotas a ver una serie o dormir, sin sentir el cansancio de haber trasnochado la noche anterior. ¿Y qué pasa con la resaca o “caña”, como se conoce en Chile? El protagonismo de este nuevo concepto de fiestas también está en los locales que cada vez más ofrecen bebidas sin alcohol. Salir de noche y socializar suele estar asociado al alcohol, pero muchas personas han encontrado que su deseo de tomar ha disminuido. Así le pasó a Sam Bail, una consultora de 39 años que se dio cuenta que cada vez que salía, incluso a cenar o a un evento laboral, terminaba tomando alcohol y, al día siguiente, su cuerpo le pasaba la cuenta con una fulminante resaca. “Nos faltan terceros espacios que abran hasta tarde y que no giren en torno al alcohol”, le dijo al Washington Post. Fue así cómo decidió fundar Third Place Bar (bar de tercer espacio) donde organizan fiestas sin alcohol. Ya tienen casi 14.000 seguidores leales en Instagram. “El 75 % de quienes asisten a mis eventos siguen bebiendo ocasionalmente. Simplemente están muy emocionados de tener por fin una alternativa”. Entre los eventos, suele organizar noches de trivia, noches para solteros y hasta clases de cocina. Y es que considera importante socializar y aprender a hacer amistades de verdad.
La estética, las modas y la historia misma están en constante cambio. La cultura, con sus matices, va desarrollando ideas y prácticas que las comunidades adoptan; mientras unas se van desechando, otras irrumpen para convertirse en tendencia: es el caso del bigote femenino. Diversos medios y contenidos en internet o redes sociales dan cuenta de que este movimiento, sobre todo en España, donde importantes medios como ABC, Marca o El Universal, dan cuenta de que es algo que está cobrando fuerza. Una de sus representantes es la influencer Joanna Kelly , que tiene como una de sus banderas la visibilidad de lo que, hasta ahora, se conoce como las imperfecciones. Como tantas otras personas, crecí creyendo que el vello facial visible era antihigiénico, poco atractivo y masculino. Esto es algo que debemos desaprender colectivamente como sociedad, explica la joven en su cuenta de Instagram, donde tiene más de 110 mil seguidores. El bigote femenino, una tendencia al alza La misma joven explica que su lucha es porla elección personal libre de juicios. Sin embargo, este movimiento está lejos de ser algo de nicho: incluso grandes marcas deportivas, como Nike, han tomado cartas en el asunto y han generado campañas en donde los vellos en las mujeres cobran protagonismo, como en el caso de la cantante de soul Annahstasia Enuke. En redes sociales es común encontrar a usuarios comentando al respecto. Lo cierto es que el tema genera debate y, aunque es algo natural, la hegemonía del pensamiento de una mujer sin vellos en la cara o en las axilas como en la citada campaña, está sufriendo cuestionamientos desde distintos grupos sociales.
La octava versión del estudio “Radiografía Digital de Niños, Niñas y Adolescentes 2025” , reveló que los menores reciben su primer celular a los 10 años. Por otro lado, más de la mitad de los encuestados contó que pasa cerca de cuatro horas en Internet. Si bien se ha comprobado que la adicción a las pantallas y a las redes sociales en la niñez y adolescencia puede afectar su desarrollo, poco se ha pensado en los efectos a futuro. El profesor del Departamento de Psicología de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, Mauricio López, señala que “hay cierto acuerdo en que el uso –sobre todo de redes sociales– puede ser problemático y, por lo tanto, en general la recomendación sería r etrasar al máximo la utilización de este tipo de plataformas, en particular en niños, niñas y adolescentes “. La actual generación El psiquiatra jefe de la Unidad de Adicciones de la Clínica Psiquiátrica de la Universidad de Chile, Carlos Ibáñez, plantea que la actual generación de adultos mayores no presenta un problema de adicción a redes sociales o a Internet. “El gran problema de los adultos mayores es la soledad y el aislamiento. Entonces, en ese sentido, el uso de redes sociales no es necesariamente negativo. De hecho, hay varios esfuerzos por ocupar estas herramientas online para facilitar el contacto y el mantenerse vinculados”, aclara. Ibáñez, afirma que “ no es tan claro como en la población menor, en los niños y adolescentes, que sea un problema el uso de redes sociales en los adultos mayores. Diría que hay un margen de incluso beneficios para algunos. No ocuparía la misma aproximación que se ocupa al analizar este tema en los menores”. “Los grandes problemas de los adultos mayores tienen que ver con el aislamiento y la soledad. Entonces, si es que son bien ocupadas las redes sociales y el Internet van a tener mayor conexión. Puede ser con familiares, con otros adultos mayores”, destaca. Adultos mayores usando celulares ¿Y los adultos del futuro? Si bien las redes sociales y el uso de pantallas no parece ser un problema para la actual generación de adultos mayores, el panorama cambia cuando comenzamos a pensar en el futuro. En ese sentido, Ibáñez es enfático en señalar que “hay un montón de problemas. Está súper claro que las redes sociales están más asociadas a síntomas depresivos, a problemas de sociabilización. En el fondo, está muy claro que se debe evitar el acceso a estos smartphones a los adolescentes, ahí no hay ninguna discusión, es muy claro que es dañino. Evidentemente, todos esos daños son de consecuencias largas ”. “ Si ahora tiene un uso adictivo, con alta probabilidad va a tener un uso adictivo por harto tiempo más. No sería ninguna sorpresa que en generaciones posteriores, que se criaron con estas tecnologías, sí se generen conductas adictivas y sí sea un problema, que es distinto a lo que ocurre ahora ”, finaliza.
Tras el extenso apagón dejó a gran parte de Chile sin electricidad durante el pasado martes, millones de personas fueron afectadas y quedaron incomunicadas. Todo cortesía de que el servicio de las antenas de telecomunicaciones e internet colapsó completamente. En ese escenario, y ante la falta de información en tiempo real, usuarios en redes sociales comenzaron a destacar la importancia de contar con radios a pilas para acceder a noticias en emergencias como, por ejemplo, la decisión de decretar toque de queda. “¿Tendremos que volver a los teléfonos con alambre de cobre? En la emergencia se ‘murieron’ los celulares. Las explicaciones no sirven frente a un episodio grave. Terremoto, maremoto, inundación, o corte de luz como ayer. Totalmente incomunicados. Solo la radio a pilas funcionó “, remarcó el reconocido periodista, y voz radiofónica, Sergio Campos. Asimismo, muchos recordaron que este dispositivo ha sido clave durante terremotos y otros desastres en el país, aunque también no faltaron los chistes. Pregunta seria: ¿en serio todos tienen radio a pilas?“, consultó una usuaria de la plataforma X. ”Siempre es bueno tener. Mi suegra tiene una y está súper vieja, pero sirve. Y la radio también“, bromeó el comediante Luis Slimming. Aunque algunos usuarios admitieron no tener una radio funcional en casa, dejando entrever que previamente no lo consideraron necesario por lo anticuado de la tecnología, otros usuarios reforzaron la importancia de contar con uno de estos confiables dispositivos que permiten mantenerse comunicados. Por lo mismo también se destacó el trabajo de las radioemisoras que siguieron funcionando durante la emergencia. Y no faltaron los palos en contra de las compañías telefónicas y la masificación de smartphones que carecen de Radio FM integrada. Quiero brindar unos aplausos a las radioemisoras chilenas. Estaríamos todavía dando vueltas en círculos si no fuera porque siguieron transmitiendo e informando lo que estaba pasando. En todas las casas chilenas debería existir una radio que funcione con pilas “, escribió @satoruswft. Solo queda remarcar que Chile ha enfrentado históricamente eventos naturales que interrumpen servicios básicos, pero la dependencia actual de internet y teléfonos celulares ha generado una brecha en la preparación ante apagones. Así que téngalo claro: una radio a pila sigue siendo un bien de primera necesidad ante emergencias.
Aunque no lo parezca, la Generación Z (que actualmente rondan el margen entre los 18 y los 25 años de edad) son el único grupo etario que están usando redes sociales significativamente menos que antes. Sus mayores, en cambio, se están volviendo cada vez más dependientes de las distintas plataformas. Por supuesto, tienen sus favoritas como TikTok y YouTube y siguen siendo quienes más utilizan estas plataformas, pero la tendencia general va a la baja mientras la de sus mayores van al alza. A este resultado llegó un estudio del Pew Research Center, tras analizar las tendencias de los usuarios desde 2005 al 2021, mientras que otras encuestas independientes, como la de Piper Sandler -una firma cuyo foco es servir de guía para inversores-, la Generación Z se está alejando cada vez más de casi todas las redes sociales, salvo de TikTok. Sí, tal vez por eso te hayas encontrado con más de algún joven diciendo que Facebook es una red para “viejos”. Así, en vez de prestar su atención -que es, básicamente, lo que se disputan estas plataformas- a Facebook, Instagram, X (ex-Twitter) o incluso WhatsApp, prefieren acudir a Discord para mensajería, a Twitch para transmisiones en vivo de distintos tipos de contenido, a BeReal para publicar breves actualizaciones personales cuando la plataforma lo requiere, y a Poparazzi para fotos con amigos. Una plataforma que se está salvando es YouTube, según el mismo centro Pew, el cual registró que la plataforma de videos es la más usada por los Gen-Z más jóvenes, de entre 13 y 17 años. Según Axios, mucho tiene que ver con la percepción de “toxicidad” que históricamente ha rondado en las redes sociales. De acuerdo con dicho sitio, ello habría llevado a que, por ejemplo, TikTok evite describirse como una y en vez de eso afirme ser una “plataforma de entretenimiento”, BeReal directamente que “no somos otra red social”, e incluso que Meta prefiera llamarse una compañía del “Metaverso”. Y Google no escapa de la tendencia tampoco, constata NBC. Según el vicepresidente senior Prabhakar Raghavan, dicha plataforma ha detectado que los jóvenes están acudiendo más a Instagram y TikTok que al buscador de Google para consultas de información, o incluso que a Maps para ubicaciones.
Acurrucados entre las mantas de la cama, con un snack favorito en el velador y la televisión encendida. Ese parece ser el panorama favorito de las personas hoy, mientras que hace varios años, probablemente preferían estar en una fiesta con luces despampanantes, música alta y conociendo a gente interesante. ¿Qué pasó con las fiestas? ¿Se volvieron aburridas, o es la sociedad la que está cambiando? Estas preguntas se las hicieron desde el Washington Post : las personas, al menos en Estados Unidos, creen que “el ambiente está apagado”. Todo habría comenzado en la pandemia. Después de estar encerrados, pareciera que muchos le agarraron “el gusto” de quedarse en casa. Ahora, más emocionante que salir con amigos, es recibir un mensaje de que los planes se cancelaron a último minuto. Esta realidad, está traduciéndose en el cierre de lugares icónicos de la vida nocturna en grandes ciudades como Nueva York y Londres. ¿Qué está pasando con las fiestas alrededor del mundo? Por qué las personas ya no tienen ganas de salir a fiestas Según explicaron desde CNN , las ventas de bebidas alcohólicas como el champán se están desplomando. Y tiendas de souvenirs para celebraciones —como sombreros temáticos, servilletas, bombillas y cotillón— están cerrando. Y es que la demanda ya no es la misma. Para James St. James, un “legendario chico de discoteca” de Nueva York, el problema está en que “estamos divididos, tribalizados. No quiero estar en una habitación con cien hombres gays, como tampoco quiero estar en una habitación con cien dentistas”. El hombre aseguró que en los 80, las fiestas se caracterizaban por mezclar a todo tipo de personas, como “jóvenes y viejos, ricos y pobres, famosos, aspirantes, traficantes, drag queens y chicas de moda”, algo que ahora ya no sucede. Por eso, sus días de fiesta quedaron atrás: “Lo único que detesto cuando salgo, cuando veo las discotecas ahora, es el ruido que hay. Ahora soy una especie de ermitaño. Me encanta aislarme”. Michael Vosters, un DJ radicado en Nueva York piensa lo mismo, pero añadió que, desde la pandemia, no solo se perdieron las ganas de salir, sino también la capacidad económica que demanda una noche de diversión nocturna. “La gente simplemente no tiene dinero para pagar el servicio de botella, que fue lo que mantuvo a flote a muchos clubes a principios de la década de 2000”. Además, percibió que los millennials ya no quieren estar “rodeados de veinteañeros”, que son el público predominante en las fiestas actuales. Discotecas que cierran temprano y bares sin alcohol: la solución para los treintañeros Desde las 5 de la tarde hasta las 10 de la noche, un sábado, con artistas invitados y pizza gratis. Este panorama de fiesta resonó entre un grupo numeroso de personas en Nueva York que encontró prudente el horario. El DJ Vosters había planteado organizar una fiesta así como broma, no obstante, terminó siendo una realidad que los asistentes adoraron: “Al final de la fiesta, todos decían: ‘Tiene que seguir así, fue la mejor noche”, aseguró en conversación con el Washington Post. El costo de la entrada era 33 dólares (33.000 pesos chilenos aproximadamente) y, entre otras actividades divertidas, pudieron ver bailarines de breakdance y drag queens interpretando a Britney Spears y Christina Aguilera. Todo esto, con tiempo de sobra para llegar a casa y acurrucarse con sus mascotas a ver una serie o dormir, sin sentir el cansancio de haber trasnochado la noche anterior. ¿Y qué pasa con la resaca o “caña”, como se conoce en Chile? El protagonismo de este nuevo concepto de fiestas también está en los locales que cada vez más ofrecen bebidas sin alcohol. Salir de noche y socializar suele estar asociado al alcohol, pero muchas personas han encontrado que su deseo de tomar ha disminuido. Así le pasó a Sam Bail, una consultora de 39 años que se dio cuenta que cada vez que salía, incluso a cenar o a un evento laboral, terminaba tomando alcohol y, al día siguiente, su cuerpo le pasaba la cuenta con una fulminante resaca. “Nos faltan terceros espacios que abran hasta tarde y que no giren en torno al alcohol”, le dijo al Washington Post. Fue así cómo decidió fundar Third Place Bar (bar de tercer espacio) donde organizan fiestas sin alcohol. Ya tienen casi 14.000 seguidores leales en Instagram. “El 75 % de quienes asisten a mis eventos siguen bebiendo ocasionalmente. Simplemente están muy emocionados de tener por fin una alternativa”. Entre los eventos, suele organizar noches de trivia, noches para solteros y hasta clases de cocina. Y es que considera importante socializar y aprender a hacer amistades de verdad.
La estética, las modas y la historia misma están en constante cambio. La cultura, con sus matices, va desarrollando ideas y prácticas que las comunidades adoptan; mientras unas se van desechando, otras irrumpen para convertirse en tendencia: es el caso del bigote femenino. Diversos medios y contenidos en internet o redes sociales dan cuenta de que este movimiento, sobre todo en España, donde importantes medios como ABC, Marca o El Universal, dan cuenta de que es algo que está cobrando fuerza. Una de sus representantes es la influencer Joanna Kelly , que tiene como una de sus banderas la visibilidad de lo que, hasta ahora, se conoce como las imperfecciones. Como tantas otras personas, crecí creyendo que el vello facial visible era antihigiénico, poco atractivo y masculino. Esto es algo que debemos desaprender colectivamente como sociedad, explica la joven en su cuenta de Instagram, donde tiene más de 110 mil seguidores. El bigote femenino, una tendencia al alza La misma joven explica que su lucha es porla elección personal libre de juicios. Sin embargo, este movimiento está lejos de ser algo de nicho: incluso grandes marcas deportivas, como Nike, han tomado cartas en el asunto y han generado campañas en donde los vellos en las mujeres cobran protagonismo, como en el caso de la cantante de soul Annahstasia Enuke. En redes sociales es común encontrar a usuarios comentando al respecto. Lo cierto es que el tema genera debate y, aunque es algo natural, la hegemonía del pensamiento de una mujer sin vellos en la cara o en las axilas como en la citada campaña, está sufriendo cuestionamientos desde distintos grupos sociales.
La octava versión del estudio “Radiografía Digital de Niños, Niñas y Adolescentes 2025” , reveló que los menores reciben su primer celular a los 10 años. Por otro lado, más de la mitad de los encuestados contó que pasa cerca de cuatro horas en Internet. Si bien se ha comprobado que la adicción a las pantallas y a las redes sociales en la niñez y adolescencia puede afectar su desarrollo, poco se ha pensado en los efectos a futuro. El profesor del Departamento de Psicología de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, Mauricio López, señala que “hay cierto acuerdo en que el uso –sobre todo de redes sociales– puede ser problemático y, por lo tanto, en general la recomendación sería r etrasar al máximo la utilización de este tipo de plataformas, en particular en niños, niñas y adolescentes “. La actual generación El psiquiatra jefe de la Unidad de Adicciones de la Clínica Psiquiátrica de la Universidad de Chile, Carlos Ibáñez, plantea que la actual generación de adultos mayores no presenta un problema de adicción a redes sociales o a Internet. “El gran problema de los adultos mayores es la soledad y el aislamiento. Entonces, en ese sentido, el uso de redes sociales no es necesariamente negativo. De hecho, hay varios esfuerzos por ocupar estas herramientas online para facilitar el contacto y el mantenerse vinculados”, aclara. Ibáñez, afirma que “ no es tan claro como en la población menor, en los niños y adolescentes, que sea un problema el uso de redes sociales en los adultos mayores. Diría que hay un margen de incluso beneficios para algunos. No ocuparía la misma aproximación que se ocupa al analizar este tema en los menores”. “Los grandes problemas de los adultos mayores tienen que ver con el aislamiento y la soledad. Entonces, si es que son bien ocupadas las redes sociales y el Internet van a tener mayor conexión. Puede ser con familiares, con otros adultos mayores”, destaca. Adultos mayores usando celulares ¿Y los adultos del futuro? Si bien las redes sociales y el uso de pantallas no parece ser un problema para la actual generación de adultos mayores, el panorama cambia cuando comenzamos a pensar en el futuro. En ese sentido, Ibáñez es enfático en señalar que “hay un montón de problemas. Está súper claro que las redes sociales están más asociadas a síntomas depresivos, a problemas de sociabilización. En el fondo, está muy claro que se debe evitar el acceso a estos smartphones a los adolescentes, ahí no hay ninguna discusión, es muy claro que es dañino. Evidentemente, todos esos daños son de consecuencias largas ”. “ Si ahora tiene un uso adictivo, con alta probabilidad va a tener un uso adictivo por harto tiempo más. No sería ninguna sorpresa que en generaciones posteriores, que se criaron con estas tecnologías, sí se generen conductas adictivas y sí sea un problema, que es distinto a lo que ocurre ahora ”, finaliza.
Tras el extenso apagón dejó a gran parte de Chile sin electricidad durante el pasado martes, millones de personas fueron afectadas y quedaron incomunicadas. Todo cortesía de que el servicio de las antenas de telecomunicaciones e internet colapsó completamente. En ese escenario, y ante la falta de información en tiempo real, usuarios en redes sociales comenzaron a destacar la importancia de contar con radios a pilas para acceder a noticias en emergencias como, por ejemplo, la decisión de decretar toque de queda. “¿Tendremos que volver a los teléfonos con alambre de cobre? En la emergencia se ‘murieron’ los celulares. Las explicaciones no sirven frente a un episodio grave. Terremoto, maremoto, inundación, o corte de luz como ayer. Totalmente incomunicados. Solo la radio a pilas funcionó “, remarcó el reconocido periodista, y voz radiofónica, Sergio Campos. Asimismo, muchos recordaron que este dispositivo ha sido clave durante terremotos y otros desastres en el país, aunque también no faltaron los chistes. Pregunta seria: ¿en serio todos tienen radio a pilas?“, consultó una usuaria de la plataforma X. ”Siempre es bueno tener. Mi suegra tiene una y está súper vieja, pero sirve. Y la radio también“, bromeó el comediante Luis Slimming. Aunque algunos usuarios admitieron no tener una radio funcional en casa, dejando entrever que previamente no lo consideraron necesario por lo anticuado de la tecnología, otros usuarios reforzaron la importancia de contar con uno de estos confiables dispositivos que permiten mantenerse comunicados. Por lo mismo también se destacó el trabajo de las radioemisoras que siguieron funcionando durante la emergencia. Y no faltaron los palos en contra de las compañías telefónicas y la masificación de smartphones que carecen de Radio FM integrada. Quiero brindar unos aplausos a las radioemisoras chilenas. Estaríamos todavía dando vueltas en círculos si no fuera porque siguieron transmitiendo e informando lo que estaba pasando. En todas las casas chilenas debería existir una radio que funcione con pilas “, escribió @satoruswft. Solo queda remarcar que Chile ha enfrentado históricamente eventos naturales que interrumpen servicios básicos, pero la dependencia actual de internet y teléfonos celulares ha generado una brecha en la preparación ante apagones. Así que téngalo claro: una radio a pila sigue siendo un bien de primera necesidad ante emergencias.