Un reciente estudio estableció que, en paralelo a la existencia de los fenómenos El Niño y La Niña, existe un patrón que también estaría influyendo en los climas extremos que vive el mundo. Lo bautizaron como “el nuevo El Niño”. Hace poco recibimos la llegada de un potente fenómeno El Niño. Este fue el responsable de la temporada de lluvias que vivieron algunos países en 2023 y mitad de 2024, como Chile, pero también rompió récords de altas temperaturas alrededor de todo el mundo. El 2023 fue el año más caluroso de la historia y, ahora, se prevé la llegada de su opuesto, el fenómeno La Niña, que promete “equilibrar” el termómetro, pues su efecto suele ser bajar varios grados por sobre la media a la temperatura superficial del mar. Qué es El Niño-Oscilación del Sur y cómo afecta al clima en Chile Estos dos eventos climáticos son parte de El Niño-Oscilación del Sur (ENOS), un fenómeno natural que tiene el poder de cambiar el clima y provocar cambios extremos en él. Sin embargo, todo apunta a que el ENOS no es el único fenómeno entre nosotros que puede afectar al clima del mundo de forma drástica. Un grupo de científicos acaba de encontrar que en el mundo existe un “ nuevo El Niño ”. Esto es lo que se sabe del nuevo fenómeno del clima y cómo podría afectarnos. Qué es el “nuevo El Niño” que descubrió un grupo de científicos Un grupo de investigadores de la Universidad de Reading, en Inglaterra, identificó un nuevo patrón de clima que podría afectar al planeta, al igual que lo hacen el fenómeno La Niña y El Niño. Los científicos lo bautizaron como Southern Hemisphere Circumpolar Wavenumber-4 Pattern (Patrón circumpolar número de onda 4 del hemisferio sur o SST-W4) y, como lo dice su nombre, explicaron que afecta en especial al hemisferio sur del planeta. Según explicaron en Deutsche Welle, este fenómeno comenzaría en las aguas subtropicales cercanas del suroeste del océano Pacífico —cerca de Nueva Zelanda y Australia — y tendría “notables paralelismos” con el fenómeno El Niño. En 2021, los científicos especialistas en clima ya habían identificado que existía un patrón extraño que afectaba las fluctuaciones en la temperatura superficial del mar de esta zona, pero no entendían cómo ni por qué funcionaba así. Ahora, en un estudio que publicaron en la revista Journal of Geophysical Research: Oceans, el grupo de investigación determinó que el SST-W4 tiene un “ impacto considerable ” en los vientos y temperaturas del mar en todo el hemisferio sur (la mayor parte de Sudamérica, Oceanía, una parte de África y Asia). Esto significa que también influye en la temperatura y el clima de todas estas zonas. Pero, a diferencia del fenómeno El Niño que emerge en los trópicos, este patrón se origina en las latitudes medias. ¿ Por qué a los científicos les preocupa este fenómeno climático nuevo y desconocido? “Este descubrimiento significa hallar un nuevo cambio en el clima de la Tierra. Se trata de una nueva demostración de cómo un área relativamente pequeña del océano puede tener efectos de gran alcance en los patrones climáticos y meteorológicos globales”, aseguró en una nota de prensa el científico y autor principal del estudio, Balaji Senapati. El experto, que también es meteorólogo de la Universidad de Reading, describió este hallazgo como “un nuevo interruptor en el clima de la Tierra”. Para ilustrar mejor cómo influye en el clima el SST-W4 (el nuevo “El Niño”), el especialista explicó que este patrón crea cuatro zonas alternas de aire cálido y frío en el hemisferio sur. Se activa por los cambios en las temperaturas del océano en una pequeña región del Pacífico subtropical y es ahí donde comienzan los efectos significativos en el mundo. Según se lee en el estudio, la temporada alta del SST-W4 sería durante el verano austral —es decir, el verano del hemisferio sur que inicia el 21 de diciembre y concluye el 20 de marzo—. Esto quiere decir que los cambios en el clima provocados por este nuevo fenómeno comenzarían entre diciembre y febrero. Además, esto sucedería todos los años. Después de utilizar modelos climáticos capaces de estudiar 300 años, los especialistas detectaron que este patrón se repite anualmente en el hemisferio sur. Un artículo publicado en Science Alert advirtió que este ciclo podría generar “ una intensa inestabilidad climática y fenómenos meteorológicos extremos ”, pero resaltó la importancia de estudiar mejor y conocer a fondo este nuevo fenómeno, para poder predecir a tiempo qué consecuencias puede tener sobre los países afectados y el resto del mundo. La Niña Lo curioso es que este patrón climático, SST-W4, aunque se dice que es un “nuevo fenómeno”, en realidad siempre ha estado ahí, solo que oculto. Los científicos que lo descubrieron admitieron que lleva mucho tiempo influyendo el clima del mundo, solo que nadie lo sabía hasta ahora, que lograron detectarlo. “La comprensión de este nuevo sistema meteorológico podría mejorar enormemente las previsiones meteorológicas y climáticas, especialmente en el hemisferio sur. Podría ayudar a explicar cambios climáticos hasta ahora misteriosos y mejorar nuestra capacidad para predecir fenómenos meteorológicos y climáticos extremos”, resaltó el investigador Senapati. No obstante, no significa que haya que perder de vista a los fenómenos El Niño y La Niña: este nuevo patrón que cambia el clima se establece de forma independiente respecto a otros fenómenos que también tienen la capacidad de influir en las temperaturas y vientos. Algo extraño está pasando en el mar: la preocupación de los científicos por la situación de los océanos Aún así, faltan nuevos estudios e investigaciones para entender cómo conviven todos estos patrones naturales. Quizás, el SST-W4 podría haber estado potenciando algunos efectos del Niño o La Niña todos estos años, pero todavía es muy temprano para saberlo. Lo que sí, es que los investigadores también llaman al SST-W4 como “el nuevo El Niño” porque, en primera instancia, comparten ciertas características, como cambiar las temperaturas del océano. Sin embargo, todavía no hay certidumbre para afirmar cuáles exactamente son los efectos de este recién descubierto patrón climático.
La caza de tiburones ha sido un tema de preocupación global debido a las prácticas intensivas y, a menudo, crueles que la acompañan. Además, la reducción drástica de sus poblaciones tiene graves consecuencias ecológicas. Los tiburones son depredadores tope y juegan un papel crucial en el mantenimiento del equilibrio de los ecosistemas marinos. Por suerte, ya hay en marcha proyectos que buscan revertir esta situación. Es el caso de la ONG ORGCAS, que trata de convertir a los cazadores de esta especie en los principales interesados en que los tiburones sobrevivan. ¿Por qué son cazados los tiburones? El principal motor detrás de la caza de tiburones es la demanda de sus aletas, especialmente en mercados asiáticos donde la sopa de aleta de tiburón es considerada un manjar y símbolo de estatus. Este plato puede alcanzar precios exorbitantes, lo que incentiva a pescadores a cazar tiburones exclusivamente por sus aletas, en un proceso conocido comoaleteo. En este cruel procedimiento, las aletas son cortadas y el cuerpo del tiburón, todavía vivo, es arrojado al mar, donde inevitablemente muere. Con el fin de promover la conservación de los tiburones, esta práctica ha sido prohibida en alrededor del 70 % de los países y territorios de ultramar. Pero las normas que han reducido la frecuencia del cercenamiento de las aletas no han servido realmente para salvar más vidas de tiburones, según informa un equipo internacional de investigación en la revista Science. En varios países de Asia y Oceanía, la piel de tiburón se consume. Sin embargo, según la FAO, el mayor uso de piel de tiburón es para obtener cuero. El cartílago de tiburón se utiliza también como alimento, pero el mercado más grande de este producto es la industria farmacéutica. ¿Por qué es importante la conservación de los tiburones para el medio ambiente? La reducción drástica de las poblaciones de tiburones tiene graves consecuencias ecológicas. Los tiburones son depredadores tope y juegan un papel crucial en el mantenimiento del equilibrio de los ecosistemas marinos, por eso es esencial promover su conservación. Su declive puede desencadenar efectos en cascada que alteran la estructura y función de estos ecosistemas, afectando a otras especies y, en última instancia, a las economías locales dependientes de la pesca. Las capturas mundiales de tiburones notificadas a la FAO se han triplicado desde 1950 y alcanzaron su nivel más elevado de todos los tiempos en el año 2000, con 868 000 toneladas. Desde entonces, la cifra ha ido disminuyendo. Pero fue precisamente, fue en la primera década del siglo XXI cuando la revista Science publicó un artículo que demuestra el efecto en cascada que se produce en las comunidades oceánicas cuando la sobrepesca elimina a los grandes depredadores, como son el tiburón toro, el gran tiburón blanco o el tiburón martillo. Según los investigadores, la población de estas especies había disminuido en un 97 % entre 1970 y 2005, llegando al 99 % en algunos casos en la costa atlántica de Estados Unidos. Y con su desaparición, las rayas y otras especies de las que normalmente se alimentan los tiburones tuvieron una explosión demográfica. Las consecuencias fueron devastadoras. La proliferación de las rayas hizo que estas necesitaran más alimento, aniquilado las poblaciones de bivalvos e impactando directamente en el sector de la pesca tradicional de Carolina del Norte. Además, se pudo comprobar que la calidad del agua disminuyó con la desaparición de los bivalvos, que son organismos que filtran enormes cantidades de agua marina. Los tiburones también mantienen, indirectamente, los hábitats de algas y arrecifes de coral. La pérdida de tiburones ha llevado al declive de los arrecifes de coral, de los lechos de algas y a la pérdida de pesquerías comerciales. Al eliminar la presencia de tiburones en los ecosistemas de arrecifes de coral, otros depredadores como el mero proliferan y se alimentan de herbívoros. Al haber menos herbívoros, las macroalgas se expanden y el coral no puede competir con ellas, por lo que el ecosistema pasa a ser dominado por las algas y se ve afectada la supervivencia del arrecife. ORGCAS: un proyecto pionero en la conservación de tiburones Los Makos son los tiburones más rápidos que existen. Tanto, que son conocidos como los guepardos del océano porque superan los 70 km por hora en un abrir y cerrar los ojos. Estos depredadores, con 3.000 dientes por boca, han sido los compañeros de baño del periodista Amaro Gómez-Pablos en las aguas del mar de Cortés. A día de hoy un cuarto de las especies de tiburón están en peligro de extinción por la sobrepesca. La mayoría de ellas, apenas mantienen un 20 % o 30 % de sus poblaciones. Para revertir esta situación nace el proyecto ORGCAS. Su objetivo principal es que los pescadores tiburoneros se transformen en guías turísticos para proteger lo que ayer capturaban. Es decir, que sean los principales defensores de la conservación de los tiburones. Liderando esta iniciativa está el grupo de mujeres que fundaron la ONG. Son biólogas, comunicadoras, abogadas… Vienen de distintos ámbitos, per comparten una misión: capacitar a estos pescadores para fomentar su conversión profesional. De esta forma, gana el medio ambiente, ganan los pescadores y ganan también los tiburones. Desde su inicio, el proyecto de ORGCAS ha mostrado resultados prometedores en la conservación de los tiburones. Las poblaciones en las áreas monitoreadas han comenzado a recuperarse, y las comunidades locales están cada vez más involucradas y comprometidas con la conservación marina. La combinación de educación, protección, y desarrollo económico sostenible ha creado un modelo replicable que puede aplicarse en otras regiones del mundo. La regeneración de los tiburones es crucial para mantener la salud de los ecosistemas marinos y la prosperidad de las comunidades pesqueras. Proyectos como el de ORGCAS demuestran que, con compromiso, educación y colaboración, es posible revertir el declive de estas especies vitales. A medida que avanzamos hacia un futuro más sostenible, la protección de los tiburones debe ser una prioridad en la agenda de conservación global, asegurando océanos saludables para las generaciones venideras.
Aunque no es tan común como otros tipos de fobias puede afectar significativamente la calidad de vida de quienes la padecen. Es importante buscar ayuda de un psiquiatra que pueda realizar un diagnóstico y establecer el tratamiento o pautas necesarias para superarlo. ¿Qué es? La talasofobia es una fobia específica que se manifiesta como un miedo persistente y abrumador hacia el mar o cuerpos de agua extensos, como océanos, lagos o ríos. Quienes sufren de talasofobia pueden experimentar ansiedad intensa o incluso ataques de pánico cuando se enfrentan a situaciones que involucran el agua, como viajar en barco, nadar en el mar o incluso ver imágenes o videos relacionados con el océano. Los síntomas pueden variar en intensidad de una persona a otra, pero generalmente incluyen: Ansiedad extrema: Las personas con talasofobia pueden experimentar un nivel elevado de ansiedad cuando se enfrentan a situaciones que involucran el mar o el agua, como estar en la playa o viajar en un barco. Ataques de pánico: En casos más severos, la talasofobia puede desencadenar ataques de pánico, caracterizados por síntomas como dificultad para respirar, palpitaciones cardíacas aceleradas, sudoración y temblores. Evitación de situaciones relacionadas con el agua: Para evitar experimentar ansiedad o ataques de pánico, las personas con talasofobia pueden evitar activamente cualquier situación que involucre el mar o cuerpos de agua, lo que puede limitar significativamente su vida diaria y sus actividades recreativas. Causas La talasofobia puede tener múltiples causas, que pueden incluir: Experiencias traumáticas : Experiencias traumáticas relacionadas con el agua, como un accidente de navegación o un incidente de casi ahogamiento, pueden desencadenar el desarrollo de talasofobia en algunas personas. Factores genéticos : Algunos estudios sugieren que la predisposición genética puede desempeñar un papel en el desarrollo de fobias específicas, incluida la talasofobia. Aprendizaje por observación : La talasofobia también puede desarrollarse a través del aprendizaje por observación, especialmente si una persona ha presenciado el miedo o la ansiedad de un ser querido hacia el agua durante su infancia. Tratamiento y Estrategias de Afrontamiento Afortunadamente, la talasofobia es tratable y existen varias estrategias efectivas para superar este miedo irracional. Siempre con ayuda de un profesional en psiquiatría. Algunas opciones de tratamiento incluyen: Terapia cognitivo-conductual (TCC): La TCC es uno de los enfoques terapéuticos más efectivos para tratar las fobias específicas, incluida la talasofobia. Este tipo de terapia ayuda a las personas a identificar y cambiar los pensamientos y comportamientos irracionales que contribuyen a su miedo al mar o al agua. Exposición gradual: La exposición gradual al estímulo temido, en este caso, el mar o el agua, bajo la guía de un terapeuta, puede ayudar a las personas a superar gradualmente su miedo y reducir su ansiedad. Técnicas de relajación: Practicar técnicas de relajación, como la respiración profunda, la meditación o la visualización, puede ayudar a reducir la ansiedad asociada con la talasofobia. Medicación: En algunos casos, los medicamentos ansiolíticos pueden ser recetados temporalmente para ayudar a controlar los síntomas de ansiedad mientras se trabaja en la terapia. La talasofobia es un trastorno de ansiedad que puede tener un impacto significativo en la vida diaria de quienes lo padecen. Sin embargo, con el tratamiento adecuado y el apoyo de profesionales de la salud mental, muchas personas pueden superar su miedo irracional al mar o al agua y recuperar el control sobre sus vidas.
Las consecuencias del cambio climático no sólo se notan en las turbulencias durante los vuelos. La Corriente Circular del Atlántico ( AMOC) podría colapsar hacia mediados de siglo o, potencialmente, en cualquier momento a partir de 2025 si se mantienen las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), lo que tendría graves repercusiones en el clima del Atlántico Norte y del mundo. Un estudio de la Universidad de Copenhague, en Dinamarca, publicado en la revista 'Nature', concluye que es probable que ocurra un colapso entre 2025-2095 con un intervalo de confianza del 95%, señalando el año 2057 como el tiempo crítico para que esto ocurra. Ahora, entre el 35 y el 45% de los modelos de alta calidad que científicos y meteorólogos usan para pronosticar el comportamiento del clima predicen un colapso de la AMOC en la década de 2030. El citado estudio, liderado por el investigador Pedro Ditlevsen, muestra que un colapso en la corriente del Atlántico supone una gran preocupación puesto que es uno de los elementos de inflexión más importantes en el sistema climático de la Tierra. Mientras tanto, la subida de la temperatura del mar también amenaza a los arrecifes de coral. Advierten desde hace ya un tiempo La AMOC es un gran sistema de corrientes oceánicas que transportan agua caliente desde los trópicos hacia el Atlántico Norte. Se caracteriza por ser un flujo hacia el norte de agua cálida y salada en las capas superiores del Atlántico, y un flujo hacia el sur de aguas más frías y profundas que forman parte de la circulación termohalina. La parada de la AMOC -que no descartan que pueda ser parcial- puede tener consecuencias muy graves para el clima de la Tierra, por ejemplo, al cambiar la forma en que el calor y las precipitaciones se distribuyen globalmente. Antonio Turiel, investigador del Instituto de Ciencias del Mar del CSIC, señaló en la red social X que quizá deberíamos comenzar a tomarnos en serio lo de nuestra supervivencia. Una investigación dirigida por Tianle Yuan, de la Universidad de Maryland (EEUU), subraya que la temperatura media global en la superficie de la Tierra repuntará 0,16ºC en siete años. Se trata de un gran aumento y del mismo margen por el que 2023 batió el récord de temperatura en comparación con el año más cálido anterior. El estudio, sugiere que el aclaramiento de las nubes marinas, que consiste en añadir aerosoles a las nubes marinas bajas para hacerlas más brillantes y enfriar temporalmente el clima, podría ser una solución de geoingeniería viable. La ciencia cree que la AMOC ha sufrido un debilitamiento excepcional en los últimos 150 años en comparación con los 1.500 años anteriores. En concreto, se apunta a un debilitamiento de alrededor del 15% desde mediados del siglo XX. Desaceleración de las corrientes atlánticas Por otra parte, un nuevo estudio ha documentado por primera vez una desaceleración significativa de un sistema crucial de corrientes oceánicas que desempeña un papel en la regulación de la Tierra. La AMOC, que incluye la Corriente del Golfo, transporta agua cálida hacia latitudes más altas, liberando calor a la atmósfera y llevando aguas frías a los trópicos. Esto forma un circuito continuo que redistribuye el calor a través del océano. Si la AMOC se ralentiza, el intercambio de calor se reducirá, lo que a su vez afectará al clima, haciendo que las zonas cálidas se calienten más y las frías se enfríen, dijo Mishonov en un comunicado. Esto podría provocar cambios climáticos globales, aumento del nivel del mar, impacto en los ecosistemas marinos y otras reacciones climáticas. Los autores planean explorar otras regiones del océano global para buscar patrones similares en la variabilidad de la temperatura y la salinidad a largo plazo.
Un reciente estudio estableció que, en paralelo a la existencia de los fenómenos El Niño y La Niña, existe un patrón que también estaría influyendo en los climas extremos que vive el mundo. Lo bautizaron como “el nuevo El Niño”. Hace poco recibimos la llegada de un potente fenómeno El Niño. Este fue el responsable de la temporada de lluvias que vivieron algunos países en 2023 y mitad de 2024, como Chile, pero también rompió récords de altas temperaturas alrededor de todo el mundo. El 2023 fue el año más caluroso de la historia y, ahora, se prevé la llegada de su opuesto, el fenómeno La Niña, que promete “equilibrar” el termómetro, pues su efecto suele ser bajar varios grados por sobre la media a la temperatura superficial del mar. Qué es El Niño-Oscilación del Sur y cómo afecta al clima en Chile Estos dos eventos climáticos son parte de El Niño-Oscilación del Sur (ENOS), un fenómeno natural que tiene el poder de cambiar el clima y provocar cambios extremos en él. Sin embargo, todo apunta a que el ENOS no es el único fenómeno entre nosotros que puede afectar al clima del mundo de forma drástica. Un grupo de científicos acaba de encontrar que en el mundo existe un “ nuevo El Niño ”. Esto es lo que se sabe del nuevo fenómeno del clima y cómo podría afectarnos. Qué es el “nuevo El Niño” que descubrió un grupo de científicos Un grupo de investigadores de la Universidad de Reading, en Inglaterra, identificó un nuevo patrón de clima que podría afectar al planeta, al igual que lo hacen el fenómeno La Niña y El Niño. Los científicos lo bautizaron como Southern Hemisphere Circumpolar Wavenumber-4 Pattern (Patrón circumpolar número de onda 4 del hemisferio sur o SST-W4) y, como lo dice su nombre, explicaron que afecta en especial al hemisferio sur del planeta. Según explicaron en Deutsche Welle, este fenómeno comenzaría en las aguas subtropicales cercanas del suroeste del océano Pacífico —cerca de Nueva Zelanda y Australia — y tendría “notables paralelismos” con el fenómeno El Niño. En 2021, los científicos especialistas en clima ya habían identificado que existía un patrón extraño que afectaba las fluctuaciones en la temperatura superficial del mar de esta zona, pero no entendían cómo ni por qué funcionaba así. Ahora, en un estudio que publicaron en la revista Journal of Geophysical Research: Oceans, el grupo de investigación determinó que el SST-W4 tiene un “ impacto considerable ” en los vientos y temperaturas del mar en todo el hemisferio sur (la mayor parte de Sudamérica, Oceanía, una parte de África y Asia). Esto significa que también influye en la temperatura y el clima de todas estas zonas. Pero, a diferencia del fenómeno El Niño que emerge en los trópicos, este patrón se origina en las latitudes medias. ¿ Por qué a los científicos les preocupa este fenómeno climático nuevo y desconocido? “Este descubrimiento significa hallar un nuevo cambio en el clima de la Tierra. Se trata de una nueva demostración de cómo un área relativamente pequeña del océano puede tener efectos de gran alcance en los patrones climáticos y meteorológicos globales”, aseguró en una nota de prensa el científico y autor principal del estudio, Balaji Senapati. El experto, que también es meteorólogo de la Universidad de Reading, describió este hallazgo como “un nuevo interruptor en el clima de la Tierra”. Para ilustrar mejor cómo influye en el clima el SST-W4 (el nuevo “El Niño”), el especialista explicó que este patrón crea cuatro zonas alternas de aire cálido y frío en el hemisferio sur. Se activa por los cambios en las temperaturas del océano en una pequeña región del Pacífico subtropical y es ahí donde comienzan los efectos significativos en el mundo. Según se lee en el estudio, la temporada alta del SST-W4 sería durante el verano austral —es decir, el verano del hemisferio sur que inicia el 21 de diciembre y concluye el 20 de marzo—. Esto quiere decir que los cambios en el clima provocados por este nuevo fenómeno comenzarían entre diciembre y febrero. Además, esto sucedería todos los años. Después de utilizar modelos climáticos capaces de estudiar 300 años, los especialistas detectaron que este patrón se repite anualmente en el hemisferio sur. Un artículo publicado en Science Alert advirtió que este ciclo podría generar “ una intensa inestabilidad climática y fenómenos meteorológicos extremos ”, pero resaltó la importancia de estudiar mejor y conocer a fondo este nuevo fenómeno, para poder predecir a tiempo qué consecuencias puede tener sobre los países afectados y el resto del mundo. La Niña Lo curioso es que este patrón climático, SST-W4, aunque se dice que es un “nuevo fenómeno”, en realidad siempre ha estado ahí, solo que oculto. Los científicos que lo descubrieron admitieron que lleva mucho tiempo influyendo el clima del mundo, solo que nadie lo sabía hasta ahora, que lograron detectarlo. “La comprensión de este nuevo sistema meteorológico podría mejorar enormemente las previsiones meteorológicas y climáticas, especialmente en el hemisferio sur. Podría ayudar a explicar cambios climáticos hasta ahora misteriosos y mejorar nuestra capacidad para predecir fenómenos meteorológicos y climáticos extremos”, resaltó el investigador Senapati. No obstante, no significa que haya que perder de vista a los fenómenos El Niño y La Niña: este nuevo patrón que cambia el clima se establece de forma independiente respecto a otros fenómenos que también tienen la capacidad de influir en las temperaturas y vientos. Algo extraño está pasando en el mar: la preocupación de los científicos por la situación de los océanos Aún así, faltan nuevos estudios e investigaciones para entender cómo conviven todos estos patrones naturales. Quizás, el SST-W4 podría haber estado potenciando algunos efectos del Niño o La Niña todos estos años, pero todavía es muy temprano para saberlo. Lo que sí, es que los investigadores también llaman al SST-W4 como “el nuevo El Niño” porque, en primera instancia, comparten ciertas características, como cambiar las temperaturas del océano. Sin embargo, todavía no hay certidumbre para afirmar cuáles exactamente son los efectos de este recién descubierto patrón climático.
La caza de tiburones ha sido un tema de preocupación global debido a las prácticas intensivas y, a menudo, crueles que la acompañan. Además, la reducción drástica de sus poblaciones tiene graves consecuencias ecológicas. Los tiburones son depredadores tope y juegan un papel crucial en el mantenimiento del equilibrio de los ecosistemas marinos. Por suerte, ya hay en marcha proyectos que buscan revertir esta situación. Es el caso de la ONG ORGCAS, que trata de convertir a los cazadores de esta especie en los principales interesados en que los tiburones sobrevivan. ¿Por qué son cazados los tiburones? El principal motor detrás de la caza de tiburones es la demanda de sus aletas, especialmente en mercados asiáticos donde la sopa de aleta de tiburón es considerada un manjar y símbolo de estatus. Este plato puede alcanzar precios exorbitantes, lo que incentiva a pescadores a cazar tiburones exclusivamente por sus aletas, en un proceso conocido comoaleteo. En este cruel procedimiento, las aletas son cortadas y el cuerpo del tiburón, todavía vivo, es arrojado al mar, donde inevitablemente muere. Con el fin de promover la conservación de los tiburones, esta práctica ha sido prohibida en alrededor del 70 % de los países y territorios de ultramar. Pero las normas que han reducido la frecuencia del cercenamiento de las aletas no han servido realmente para salvar más vidas de tiburones, según informa un equipo internacional de investigación en la revista Science. En varios países de Asia y Oceanía, la piel de tiburón se consume. Sin embargo, según la FAO, el mayor uso de piel de tiburón es para obtener cuero. El cartílago de tiburón se utiliza también como alimento, pero el mercado más grande de este producto es la industria farmacéutica. ¿Por qué es importante la conservación de los tiburones para el medio ambiente? La reducción drástica de las poblaciones de tiburones tiene graves consecuencias ecológicas. Los tiburones son depredadores tope y juegan un papel crucial en el mantenimiento del equilibrio de los ecosistemas marinos, por eso es esencial promover su conservación. Su declive puede desencadenar efectos en cascada que alteran la estructura y función de estos ecosistemas, afectando a otras especies y, en última instancia, a las economías locales dependientes de la pesca. Las capturas mundiales de tiburones notificadas a la FAO se han triplicado desde 1950 y alcanzaron su nivel más elevado de todos los tiempos en el año 2000, con 868 000 toneladas. Desde entonces, la cifra ha ido disminuyendo. Pero fue precisamente, fue en la primera década del siglo XXI cuando la revista Science publicó un artículo que demuestra el efecto en cascada que se produce en las comunidades oceánicas cuando la sobrepesca elimina a los grandes depredadores, como son el tiburón toro, el gran tiburón blanco o el tiburón martillo. Según los investigadores, la población de estas especies había disminuido en un 97 % entre 1970 y 2005, llegando al 99 % en algunos casos en la costa atlántica de Estados Unidos. Y con su desaparición, las rayas y otras especies de las que normalmente se alimentan los tiburones tuvieron una explosión demográfica. Las consecuencias fueron devastadoras. La proliferación de las rayas hizo que estas necesitaran más alimento, aniquilado las poblaciones de bivalvos e impactando directamente en el sector de la pesca tradicional de Carolina del Norte. Además, se pudo comprobar que la calidad del agua disminuyó con la desaparición de los bivalvos, que son organismos que filtran enormes cantidades de agua marina. Los tiburones también mantienen, indirectamente, los hábitats de algas y arrecifes de coral. La pérdida de tiburones ha llevado al declive de los arrecifes de coral, de los lechos de algas y a la pérdida de pesquerías comerciales. Al eliminar la presencia de tiburones en los ecosistemas de arrecifes de coral, otros depredadores como el mero proliferan y se alimentan de herbívoros. Al haber menos herbívoros, las macroalgas se expanden y el coral no puede competir con ellas, por lo que el ecosistema pasa a ser dominado por las algas y se ve afectada la supervivencia del arrecife. ORGCAS: un proyecto pionero en la conservación de tiburones Los Makos son los tiburones más rápidos que existen. Tanto, que son conocidos como los guepardos del océano porque superan los 70 km por hora en un abrir y cerrar los ojos. Estos depredadores, con 3.000 dientes por boca, han sido los compañeros de baño del periodista Amaro Gómez-Pablos en las aguas del mar de Cortés. A día de hoy un cuarto de las especies de tiburón están en peligro de extinción por la sobrepesca. La mayoría de ellas, apenas mantienen un 20 % o 30 % de sus poblaciones. Para revertir esta situación nace el proyecto ORGCAS. Su objetivo principal es que los pescadores tiburoneros se transformen en guías turísticos para proteger lo que ayer capturaban. Es decir, que sean los principales defensores de la conservación de los tiburones. Liderando esta iniciativa está el grupo de mujeres que fundaron la ONG. Son biólogas, comunicadoras, abogadas… Vienen de distintos ámbitos, per comparten una misión: capacitar a estos pescadores para fomentar su conversión profesional. De esta forma, gana el medio ambiente, ganan los pescadores y ganan también los tiburones. Desde su inicio, el proyecto de ORGCAS ha mostrado resultados prometedores en la conservación de los tiburones. Las poblaciones en las áreas monitoreadas han comenzado a recuperarse, y las comunidades locales están cada vez más involucradas y comprometidas con la conservación marina. La combinación de educación, protección, y desarrollo económico sostenible ha creado un modelo replicable que puede aplicarse en otras regiones del mundo. La regeneración de los tiburones es crucial para mantener la salud de los ecosistemas marinos y la prosperidad de las comunidades pesqueras. Proyectos como el de ORGCAS demuestran que, con compromiso, educación y colaboración, es posible revertir el declive de estas especies vitales. A medida que avanzamos hacia un futuro más sostenible, la protección de los tiburones debe ser una prioridad en la agenda de conservación global, asegurando océanos saludables para las generaciones venideras.
Aunque no es tan común como otros tipos de fobias puede afectar significativamente la calidad de vida de quienes la padecen. Es importante buscar ayuda de un psiquiatra que pueda realizar un diagnóstico y establecer el tratamiento o pautas necesarias para superarlo. ¿Qué es? La talasofobia es una fobia específica que se manifiesta como un miedo persistente y abrumador hacia el mar o cuerpos de agua extensos, como océanos, lagos o ríos. Quienes sufren de talasofobia pueden experimentar ansiedad intensa o incluso ataques de pánico cuando se enfrentan a situaciones que involucran el agua, como viajar en barco, nadar en el mar o incluso ver imágenes o videos relacionados con el océano. Los síntomas pueden variar en intensidad de una persona a otra, pero generalmente incluyen: Ansiedad extrema: Las personas con talasofobia pueden experimentar un nivel elevado de ansiedad cuando se enfrentan a situaciones que involucran el mar o el agua, como estar en la playa o viajar en un barco. Ataques de pánico: En casos más severos, la talasofobia puede desencadenar ataques de pánico, caracterizados por síntomas como dificultad para respirar, palpitaciones cardíacas aceleradas, sudoración y temblores. Evitación de situaciones relacionadas con el agua: Para evitar experimentar ansiedad o ataques de pánico, las personas con talasofobia pueden evitar activamente cualquier situación que involucre el mar o cuerpos de agua, lo que puede limitar significativamente su vida diaria y sus actividades recreativas. Causas La talasofobia puede tener múltiples causas, que pueden incluir: Experiencias traumáticas : Experiencias traumáticas relacionadas con el agua, como un accidente de navegación o un incidente de casi ahogamiento, pueden desencadenar el desarrollo de talasofobia en algunas personas. Factores genéticos : Algunos estudios sugieren que la predisposición genética puede desempeñar un papel en el desarrollo de fobias específicas, incluida la talasofobia. Aprendizaje por observación : La talasofobia también puede desarrollarse a través del aprendizaje por observación, especialmente si una persona ha presenciado el miedo o la ansiedad de un ser querido hacia el agua durante su infancia. Tratamiento y Estrategias de Afrontamiento Afortunadamente, la talasofobia es tratable y existen varias estrategias efectivas para superar este miedo irracional. Siempre con ayuda de un profesional en psiquiatría. Algunas opciones de tratamiento incluyen: Terapia cognitivo-conductual (TCC): La TCC es uno de los enfoques terapéuticos más efectivos para tratar las fobias específicas, incluida la talasofobia. Este tipo de terapia ayuda a las personas a identificar y cambiar los pensamientos y comportamientos irracionales que contribuyen a su miedo al mar o al agua. Exposición gradual: La exposición gradual al estímulo temido, en este caso, el mar o el agua, bajo la guía de un terapeuta, puede ayudar a las personas a superar gradualmente su miedo y reducir su ansiedad. Técnicas de relajación: Practicar técnicas de relajación, como la respiración profunda, la meditación o la visualización, puede ayudar a reducir la ansiedad asociada con la talasofobia. Medicación: En algunos casos, los medicamentos ansiolíticos pueden ser recetados temporalmente para ayudar a controlar los síntomas de ansiedad mientras se trabaja en la terapia. La talasofobia es un trastorno de ansiedad que puede tener un impacto significativo en la vida diaria de quienes lo padecen. Sin embargo, con el tratamiento adecuado y el apoyo de profesionales de la salud mental, muchas personas pueden superar su miedo irracional al mar o al agua y recuperar el control sobre sus vidas.
Las consecuencias del cambio climático no sólo se notan en las turbulencias durante los vuelos. La Corriente Circular del Atlántico ( AMOC) podría colapsar hacia mediados de siglo o, potencialmente, en cualquier momento a partir de 2025 si se mantienen las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), lo que tendría graves repercusiones en el clima del Atlántico Norte y del mundo. Un estudio de la Universidad de Copenhague, en Dinamarca, publicado en la revista 'Nature', concluye que es probable que ocurra un colapso entre 2025-2095 con un intervalo de confianza del 95%, señalando el año 2057 como el tiempo crítico para que esto ocurra. Ahora, entre el 35 y el 45% de los modelos de alta calidad que científicos y meteorólogos usan para pronosticar el comportamiento del clima predicen un colapso de la AMOC en la década de 2030. El citado estudio, liderado por el investigador Pedro Ditlevsen, muestra que un colapso en la corriente del Atlántico supone una gran preocupación puesto que es uno de los elementos de inflexión más importantes en el sistema climático de la Tierra. Mientras tanto, la subida de la temperatura del mar también amenaza a los arrecifes de coral. Advierten desde hace ya un tiempo La AMOC es un gran sistema de corrientes oceánicas que transportan agua caliente desde los trópicos hacia el Atlántico Norte. Se caracteriza por ser un flujo hacia el norte de agua cálida y salada en las capas superiores del Atlántico, y un flujo hacia el sur de aguas más frías y profundas que forman parte de la circulación termohalina. La parada de la AMOC -que no descartan que pueda ser parcial- puede tener consecuencias muy graves para el clima de la Tierra, por ejemplo, al cambiar la forma en que el calor y las precipitaciones se distribuyen globalmente. Antonio Turiel, investigador del Instituto de Ciencias del Mar del CSIC, señaló en la red social X que quizá deberíamos comenzar a tomarnos en serio lo de nuestra supervivencia. Una investigación dirigida por Tianle Yuan, de la Universidad de Maryland (EEUU), subraya que la temperatura media global en la superficie de la Tierra repuntará 0,16ºC en siete años. Se trata de un gran aumento y del mismo margen por el que 2023 batió el récord de temperatura en comparación con el año más cálido anterior. El estudio, sugiere que el aclaramiento de las nubes marinas, que consiste en añadir aerosoles a las nubes marinas bajas para hacerlas más brillantes y enfriar temporalmente el clima, podría ser una solución de geoingeniería viable. La ciencia cree que la AMOC ha sufrido un debilitamiento excepcional en los últimos 150 años en comparación con los 1.500 años anteriores. En concreto, se apunta a un debilitamiento de alrededor del 15% desde mediados del siglo XX. Desaceleración de las corrientes atlánticas Por otra parte, un nuevo estudio ha documentado por primera vez una desaceleración significativa de un sistema crucial de corrientes oceánicas que desempeña un papel en la regulación de la Tierra. La AMOC, que incluye la Corriente del Golfo, transporta agua cálida hacia latitudes más altas, liberando calor a la atmósfera y llevando aguas frías a los trópicos. Esto forma un circuito continuo que redistribuye el calor a través del océano. Si la AMOC se ralentiza, el intercambio de calor se reducirá, lo que a su vez afectará al clima, haciendo que las zonas cálidas se calienten más y las frías se enfríen, dijo Mishonov en un comunicado. Esto podría provocar cambios climáticos globales, aumento del nivel del mar, impacto en los ecosistemas marinos y otras reacciones climáticas. Los autores planean explorar otras regiones del océano global para buscar patrones similares en la variabilidad de la temperatura y la salinidad a largo plazo.