La llamada generación Alfa, compuesta por niños y jóvenes nacidos a partir de 2010, es la primera en crecer inmersa en un entorno completamente digital, interactuando desde sus primeros días con tecnologías avanzadas como smartphones, redes sociales e inteligencia artificial, lo que ha influido significativamente en la forma en que aprenden, socializan y perciben el mundo. “La generación Alfa es la primera que desconoce por completo la tecnología analógica como las fuentes de sonido por cinta magnética (cassette) o las películas en formato, experimentado el mundo a través de las pantallas de distintos dispositivos, lo que tiene implicancias sociales”, explica Reinaldo Marfull, asesor de Aprendizaje Digital de Cognita Chile, red internacional que cuenta con 17 colegios a lo largo de nuestro país. El profesional ejemplifica que, para estos niños y jóvenes, las interacciones remotas con otras personas son tan reales como las presenciales. “ Para esta generación, el espacio presencial y el virtual se presentan en un mundo donde se transita fluidamente entre ambos”. Esto porque no tienen que esperar la disponibilidad de otros para comunicarse, pues las interacciones asincrónicas abrieron la posibilidad de conversar cuando cada cual lo desea. “ Esta interacción asincrónica puede girar en torno a grabaciones de voz, audiovisuales, fotografías, entre otros recursos que enriquecen esta comunicación, realidad que permite desarrollar amistades en redes sociales a las cuales nunca podrían haber conocido en persona, junto a códigos de comportamiento en los espacios digitales que escapan de la comprensión de las generaciones previas ”, indica Marfull En este escenario, el modelo de aprendizaje requiere de una intervención de los educadores orientada al logro de experiencias interactivas, colaborativas y creativas, es decir, el concepto clave que emerge espontáneamente es la innovación. Un gran desafío para los padres y los colegios, donde los docentes han debido adaptarse a estas nuevas necesidades y capacitarse en esta mirada holística de la enseñanza. Asimismo, los padres deben habituarse a usar la tecnología de una manera segura, responsable, ética y funcional. “Son los adultos quienes deben ser ejemplo del uso saludable y equilibrado de la tecnología, fomentar actividades al aire libre, e inculcar la conciencia y responsabilidad por el cuidado del planeta, la lectura de libros físicos, interacciones presenciales, e incorporar experiencias que no dependan exclusivamente de la tecnología, a fin de que puedan “conectar” con el mundo real y desarrollar otras destrezas motoras y emocionales, considerando la sobreestimulación y sobreexposición a las pantallas que ha tenido desde que nacieron”, explica Soledad Casal, psicóloga y coordinadora del programa Desarrollando Líderes Inspiradores de la red Cognita. Y es que para “conectar”, como expresa la especialista, la educación actual debe integrar las emociones y otras competencias que moldeen e incidan en su modo de aprender, socializar, conocer y percibir el mundo. “ Los niños, niñas y adolescentes de la generación Alfa deben desarrollar o potenciar habilidades que les permitan manejar eficazmente sus emociones, interactuar de manera efectiva con los demás y adaptarse a distintas situaciones”, complementa Soledad, quien además expresa que es un deber fundamental de las escuelas el integrar la educación emocional y social en el currículo, “a través de programas que promuevan la adaptación a un presente en constante cambio y a un futuro incierto, trabajando en forma conjunta y alineada con las familias”. Para ello, entrega algunos puntos clave en el desarrollo emocional en un mundo digital de la generación Alfa. - Conciencia de sí mismos : reconocer y entender con exactitud sus valores, fortalezas, desafíos y emociones, lo cual les permita ser fieles a su identidad y tomar decisiones que vayan en línea con ella. - Autocontrol : gestionar eficazmente sus emociones, conductas e impulsos ante diversas situaciones, enfrentando de una manera adaptativa el estrés, la ansiedad, la frustración y las presiones del ambiente. - Empatía : entender y compartir los sentimientos de los demás, siendo más comprensivos y solidarios en sus interacciones. - Resiliencia y flexibilidad : adaptarse y salir fortalecido ante la adversidad y el cambio, con optimismo y determinación, en un mundo dinámico e incierto. - Sinergia y trabajo en equipo: interactuar con otros de forma genuina, aportando, compartiendo ideas, valorando y aprovechando las diferencias y estando abiertos a la influencia de los demás, a fin de generar nuevos enfoques de conocimiento y creatividad. - Resolución de conflictos: negociar buscando el beneficio mutuo y dialogar de manera constructiva, desde una escucha empática y comunicación asertiva. - Toma de decisiones responsable: esta habilidad requiere que seamos capaces de prever las consecuencias de nuestras decisiones y acciones, y cómo estas impactan a nivel del bienestar de uno mismo y de los otros.
Algunos, hay que decirlo, no se sentirán parte ni de una o ni de otra, sino una mezcla. Otros se identificarán totalmente. La distinción se sustenta en estudios de universidades y empresas que miden el acceso a la tecnología y al mundo laboral, logrando así la caracterización de cada generación. Es muy fácil para los sociólogos y filósofos de diván especular con definiciones absolutas tales como: “Los millennials son caprichosos, no soportan el compromiso”; “los Centennials exponen su privacidad sin límites. Además, informes sacan conclusiones sobre aspectos de la vida de pareja (los millennials prefieren estar solos, no son románticos, prefieren una mascota o una colección de likes en Facebook), hábitos de consumo y tiempo libre. Lo cierto es que, más allá de cada categorización, es útil pensar cómo los humanos nos adaptamos a nuestro entorno y a sus veloces tecno-modificaciones según nuestra edad. Generación Silent (nacidos entre 1928 y 1948) La generación Silent comprende a los nacidos entre 1928 y 1948 (esta categorización choca en parte con los Boomers). La revista Time fue la primera en acuñar el término en 1951 para referirse a jóvenes que llegaron a la adultez en pleno período de entreguerras y la Gran Depresión en Estados Unidos. Muchos de sus miembros desconocen que son catalogados de esta manera. Constituyen la generación viva con más edad y encabezan la lista con los porcentajes más altos de matrimonio. Según el Instituto de Investigaciones Pew, un 64% de esta generación contrajo matrimonio antes de cumplir los 33 años, una brecha que se acentuó progresivamente en comparación con sus descendientes. Baby Boomers (nacidos entre 1945 y 1964) Nacidos post Segunda Guerra Mundial. El nombre de esta generación refiere al “Baby boom” –repunte en la tasa de natalidad- de esos años. El trabajo como modo de ser y de existir: estable, a largo plazo, adictivo, no necesariamente de lo que aman hacer. No le dedican mucho tiempo al ocio y a la actividad recreativa. Las mujeres de esta generación aún se están incorporando al mercado laboral. Si bien persiste el ideal de familia tradicional, se empiezan a romper estructuras. Generación X (nacidos entre 1965 y 1981) Según un estudio de la Universidad de Michigan, los hombres y mujeres X trabajan mucho pero logran un equilibrio, son felices con sus propias vidas. Son los que vieron el nacimiento de Internet y los avances tecnológicos. Están marcados por grandes cambios sociales. Como son una generación en transición -se les llamó Generación Perdida e incluso Generación Peter Pan- pueden hacer convivir equilibradamente la relación entre tecnología y vida social activa “presencial”: tienen participación dentro de los eventos de su comunidad. Son más propensos a estar empleados (aceptan los órdenes de jerarquía institucional) y equilibran la energía entre el trabajo, los hijos y el tiempo de ocio. Son los padres de los Millennials, hacen esfuerzos adaptativos a la vertiginosidad de la generación que sigue. Generación Y o Millennials (nacidos entre 1982 y 1994) Muy adaptados a la tecnología. La vida virtual es una extensión de la vida real. Aunque conservan algunos códigos de privacidad en relación a lo que exponen o no en Internet (a diferencia de los Centennials, que comparten todo). Son multitasking. No dejan la vida en el trabajo, no son workaholics (quizá observaron que sus padres sí lo fueron, y lo hacen distinto). Son emprendedores y creativos, intentan vivir de lo que aman hacer. Son idealistas. Aficionados a la tecnología del entretenimiento: usuarios de las salas de chat en los ’90 y ahora de redes de citas. Pasaron por todo: SMS, Reproductor de CD, MP3, MP4, DVD. Aman viajar, conocer el mundo, ¡y subir las fotos a las redes! Según estudios, duran en sus trabajos un promedio de dos años, a diferencia de la Generación X y los Baby Boomers (más estables). Es por eso que las empresas enloquecen armando políticas de fidelización. Generación Z o Centennials (nacidos entre 1995 y 2009) Son verdaderamente “nativos digitales” (desde su niñez usan Internet). Autodidactas (aprenden por tutoriales), creativos (incorporan rápido nuevos conocimientos y relacionan bien) y sobreinformados (alta propensión al consumo de información y entretenimiento). Visitan redes que sus padres no. Comparten contenido de su vida privada, aspiran a ser youtubers. Su vida social pasa en un alto porcentaje por las redes. Nada de la tecnología les es ajeno. Pasan mucho de su tiempo “frente a pantallas”. Estudios recientes aseguran que están expuestos un promedio de cuatro veces más tiempo del recomendado a dispositivos. Su éxito se mide en “compartidos” y “likes”. Según un estudio realizado por The Futures Company, son más pragmáticos que los Millennials, buscan innovar con “lo que hay”. Se observa que les preocupa encontrar una vocación acorde a sus gustos, conocerse a sí mismos y aceptar las diferencias, en un mundo cada vez más globalizado. Generación Alfa (nacidos entre 2010 y la actualidad) Nacieron y crecieron en un mundo digital. Las pantallas son su idioma natural. El término “Alfa” fue acuñado por el investigador Mark McCrindle, quien explicó que se ajusta a la nomenclatura científica del alfabeto griego (en lugar del latino) porque no tenía sentido volver a la A, dado que constituyen la primera generación nacida completamente en el siglo XXI y, por tanto, representan el inicio de algo nuevo, no un retorno a lo antiguo. Su entretenimiento va de la mano de videos de youtubers, tiktokers, influencers y gamers y de la interacción por redes sociales. Utilizan gran cantidad de anglicismos en su vocabulario. Son criados en familias que ya no responden a los modelos tradicionales.
El paso del tiempo se ha acelerado rotundamente en las últimas décadas como consecuencia de cambios generacionales más frecuentes inducidos por los avances tecnológicos. Hoy en día, conviven en todo tipo de ambientes sujetos pertenecientes a la Generación X, Baby Boomers, Centennials, Generación Z, Millennials y ahora, ya avanzado el siglo XXI, en pleno 2024, se les suma una nueva generación, la Generación Alfa. ¿Qué es la Generación Alfa? Ante un entorno plenamente digital, los expertos comienzan a plantearse la idea de designar a aquellos nacidos a partir del 2010 como la primera generación nativa digital, una generación para la cual la tecnología es su manera de conocer el mundo. Se matizan porque sus miembros pueden ser bastante solitarios y viven a través de los smartphones y las computadoras. Lo más probable es que vivirán pegados a las redes sociales, los youtubers y los influencers. Hijos de Millennials Por la franja etaria, la Generación Alfa son los hijos de los Millennials, quienes ya habitan un mundo digitalizado, sin embargo, ninguna generación previa será comparable a nivel digital con los Alfa, que, como contraparte, serán la primera a la que le serán ajenos muchos aspectos del mundo analógico. Características de la Generación Alfa La Generación Alfa incluye a aquellas personas nacidas del año 2010 en adelante y que han crecido en un mundo totalmente digital. De hecho, su aparición coincide con el lanzamiento del primer iPad por parte de Apple. Este término fue implementado por Mark McCrindle, fundador de la consultora australiana McCrindle Research. Aunque la Generación Alfa comparte ciertos rasgos con generaciones anteriores, especialmente con la Generación Z, es muy diferente. Mira a continuación algunas de sus características: Hiperconectados: los niños Alfa están permanentemente conectados. Es tal la atención que prestan a las nuevas tecnologías, que se convierte en su estilo de vida. Independientes: lo son a la hora de tomar sus propias decisiones y gestionar sus identidades digitales, además esperan que se tengan en cuenta preferencias individuales. Visuales: el vídeo será su formato preferido. Además, los videojuegos impulsarán sus destrezas visuales, mejorando la capacidad de cambiar de tarea con facilidad. Tecnológicos: al estar hiperconectados se convierten en expertos en el uso de nuevas tecnologías, lo que facilita su aprendizaje digital y les abre un abanico de posibilidades. Diversos: en este caso, la diversidad no solo se refiere a cuestiones demográficas, como la etnia y el género, sino también a gustos, estilos de vida y puntos de vista.
La llamada generación Alfa, compuesta por niños y jóvenes nacidos a partir de 2010, es la primera en crecer inmersa en un entorno completamente digital, interactuando desde sus primeros días con tecnologías avanzadas como smartphones, redes sociales e inteligencia artificial, lo que ha influido significativamente en la forma en que aprenden, socializan y perciben el mundo. “La generación Alfa es la primera que desconoce por completo la tecnología analógica como las fuentes de sonido por cinta magnética (cassette) o las películas en formato, experimentado el mundo a través de las pantallas de distintos dispositivos, lo que tiene implicancias sociales”, explica Reinaldo Marfull, asesor de Aprendizaje Digital de Cognita Chile, red internacional que cuenta con 17 colegios a lo largo de nuestro país. El profesional ejemplifica que, para estos niños y jóvenes, las interacciones remotas con otras personas son tan reales como las presenciales. “ Para esta generación, el espacio presencial y el virtual se presentan en un mundo donde se transita fluidamente entre ambos”. Esto porque no tienen que esperar la disponibilidad de otros para comunicarse, pues las interacciones asincrónicas abrieron la posibilidad de conversar cuando cada cual lo desea. “ Esta interacción asincrónica puede girar en torno a grabaciones de voz, audiovisuales, fotografías, entre otros recursos que enriquecen esta comunicación, realidad que permite desarrollar amistades en redes sociales a las cuales nunca podrían haber conocido en persona, junto a códigos de comportamiento en los espacios digitales que escapan de la comprensión de las generaciones previas ”, indica Marfull En este escenario, el modelo de aprendizaje requiere de una intervención de los educadores orientada al logro de experiencias interactivas, colaborativas y creativas, es decir, el concepto clave que emerge espontáneamente es la innovación. Un gran desafío para los padres y los colegios, donde los docentes han debido adaptarse a estas nuevas necesidades y capacitarse en esta mirada holística de la enseñanza. Asimismo, los padres deben habituarse a usar la tecnología de una manera segura, responsable, ética y funcional. “Son los adultos quienes deben ser ejemplo del uso saludable y equilibrado de la tecnología, fomentar actividades al aire libre, e inculcar la conciencia y responsabilidad por el cuidado del planeta, la lectura de libros físicos, interacciones presenciales, e incorporar experiencias que no dependan exclusivamente de la tecnología, a fin de que puedan “conectar” con el mundo real y desarrollar otras destrezas motoras y emocionales, considerando la sobreestimulación y sobreexposición a las pantallas que ha tenido desde que nacieron”, explica Soledad Casal, psicóloga y coordinadora del programa Desarrollando Líderes Inspiradores de la red Cognita. Y es que para “conectar”, como expresa la especialista, la educación actual debe integrar las emociones y otras competencias que moldeen e incidan en su modo de aprender, socializar, conocer y percibir el mundo. “ Los niños, niñas y adolescentes de la generación Alfa deben desarrollar o potenciar habilidades que les permitan manejar eficazmente sus emociones, interactuar de manera efectiva con los demás y adaptarse a distintas situaciones”, complementa Soledad, quien además expresa que es un deber fundamental de las escuelas el integrar la educación emocional y social en el currículo, “a través de programas que promuevan la adaptación a un presente en constante cambio y a un futuro incierto, trabajando en forma conjunta y alineada con las familias”. Para ello, entrega algunos puntos clave en el desarrollo emocional en un mundo digital de la generación Alfa. - Conciencia de sí mismos : reconocer y entender con exactitud sus valores, fortalezas, desafíos y emociones, lo cual les permita ser fieles a su identidad y tomar decisiones que vayan en línea con ella. - Autocontrol : gestionar eficazmente sus emociones, conductas e impulsos ante diversas situaciones, enfrentando de una manera adaptativa el estrés, la ansiedad, la frustración y las presiones del ambiente. - Empatía : entender y compartir los sentimientos de los demás, siendo más comprensivos y solidarios en sus interacciones. - Resiliencia y flexibilidad : adaptarse y salir fortalecido ante la adversidad y el cambio, con optimismo y determinación, en un mundo dinámico e incierto. - Sinergia y trabajo en equipo: interactuar con otros de forma genuina, aportando, compartiendo ideas, valorando y aprovechando las diferencias y estando abiertos a la influencia de los demás, a fin de generar nuevos enfoques de conocimiento y creatividad. - Resolución de conflictos: negociar buscando el beneficio mutuo y dialogar de manera constructiva, desde una escucha empática y comunicación asertiva. - Toma de decisiones responsable: esta habilidad requiere que seamos capaces de prever las consecuencias de nuestras decisiones y acciones, y cómo estas impactan a nivel del bienestar de uno mismo y de los otros.
Algunos, hay que decirlo, no se sentirán parte ni de una o ni de otra, sino una mezcla. Otros se identificarán totalmente. La distinción se sustenta en estudios de universidades y empresas que miden el acceso a la tecnología y al mundo laboral, logrando así la caracterización de cada generación. Es muy fácil para los sociólogos y filósofos de diván especular con definiciones absolutas tales como: “Los millennials son caprichosos, no soportan el compromiso”; “los Centennials exponen su privacidad sin límites. Además, informes sacan conclusiones sobre aspectos de la vida de pareja (los millennials prefieren estar solos, no son románticos, prefieren una mascota o una colección de likes en Facebook), hábitos de consumo y tiempo libre. Lo cierto es que, más allá de cada categorización, es útil pensar cómo los humanos nos adaptamos a nuestro entorno y a sus veloces tecno-modificaciones según nuestra edad. Generación Silent (nacidos entre 1928 y 1948) La generación Silent comprende a los nacidos entre 1928 y 1948 (esta categorización choca en parte con los Boomers). La revista Time fue la primera en acuñar el término en 1951 para referirse a jóvenes que llegaron a la adultez en pleno período de entreguerras y la Gran Depresión en Estados Unidos. Muchos de sus miembros desconocen que son catalogados de esta manera. Constituyen la generación viva con más edad y encabezan la lista con los porcentajes más altos de matrimonio. Según el Instituto de Investigaciones Pew, un 64% de esta generación contrajo matrimonio antes de cumplir los 33 años, una brecha que se acentuó progresivamente en comparación con sus descendientes. Baby Boomers (nacidos entre 1945 y 1964) Nacidos post Segunda Guerra Mundial. El nombre de esta generación refiere al “Baby boom” –repunte en la tasa de natalidad- de esos años. El trabajo como modo de ser y de existir: estable, a largo plazo, adictivo, no necesariamente de lo que aman hacer. No le dedican mucho tiempo al ocio y a la actividad recreativa. Las mujeres de esta generación aún se están incorporando al mercado laboral. Si bien persiste el ideal de familia tradicional, se empiezan a romper estructuras. Generación X (nacidos entre 1965 y 1981) Según un estudio de la Universidad de Michigan, los hombres y mujeres X trabajan mucho pero logran un equilibrio, son felices con sus propias vidas. Son los que vieron el nacimiento de Internet y los avances tecnológicos. Están marcados por grandes cambios sociales. Como son una generación en transición -se les llamó Generación Perdida e incluso Generación Peter Pan- pueden hacer convivir equilibradamente la relación entre tecnología y vida social activa “presencial”: tienen participación dentro de los eventos de su comunidad. Son más propensos a estar empleados (aceptan los órdenes de jerarquía institucional) y equilibran la energía entre el trabajo, los hijos y el tiempo de ocio. Son los padres de los Millennials, hacen esfuerzos adaptativos a la vertiginosidad de la generación que sigue. Generación Y o Millennials (nacidos entre 1982 y 1994) Muy adaptados a la tecnología. La vida virtual es una extensión de la vida real. Aunque conservan algunos códigos de privacidad en relación a lo que exponen o no en Internet (a diferencia de los Centennials, que comparten todo). Son multitasking. No dejan la vida en el trabajo, no son workaholics (quizá observaron que sus padres sí lo fueron, y lo hacen distinto). Son emprendedores y creativos, intentan vivir de lo que aman hacer. Son idealistas. Aficionados a la tecnología del entretenimiento: usuarios de las salas de chat en los ’90 y ahora de redes de citas. Pasaron por todo: SMS, Reproductor de CD, MP3, MP4, DVD. Aman viajar, conocer el mundo, ¡y subir las fotos a las redes! Según estudios, duran en sus trabajos un promedio de dos años, a diferencia de la Generación X y los Baby Boomers (más estables). Es por eso que las empresas enloquecen armando políticas de fidelización. Generación Z o Centennials (nacidos entre 1995 y 2009) Son verdaderamente “nativos digitales” (desde su niñez usan Internet). Autodidactas (aprenden por tutoriales), creativos (incorporan rápido nuevos conocimientos y relacionan bien) y sobreinformados (alta propensión al consumo de información y entretenimiento). Visitan redes que sus padres no. Comparten contenido de su vida privada, aspiran a ser youtubers. Su vida social pasa en un alto porcentaje por las redes. Nada de la tecnología les es ajeno. Pasan mucho de su tiempo “frente a pantallas”. Estudios recientes aseguran que están expuestos un promedio de cuatro veces más tiempo del recomendado a dispositivos. Su éxito se mide en “compartidos” y “likes”. Según un estudio realizado por The Futures Company, son más pragmáticos que los Millennials, buscan innovar con “lo que hay”. Se observa que les preocupa encontrar una vocación acorde a sus gustos, conocerse a sí mismos y aceptar las diferencias, en un mundo cada vez más globalizado. Generación Alfa (nacidos entre 2010 y la actualidad) Nacieron y crecieron en un mundo digital. Las pantallas son su idioma natural. El término “Alfa” fue acuñado por el investigador Mark McCrindle, quien explicó que se ajusta a la nomenclatura científica del alfabeto griego (en lugar del latino) porque no tenía sentido volver a la A, dado que constituyen la primera generación nacida completamente en el siglo XXI y, por tanto, representan el inicio de algo nuevo, no un retorno a lo antiguo. Su entretenimiento va de la mano de videos de youtubers, tiktokers, influencers y gamers y de la interacción por redes sociales. Utilizan gran cantidad de anglicismos en su vocabulario. Son criados en familias que ya no responden a los modelos tradicionales.
El paso del tiempo se ha acelerado rotundamente en las últimas décadas como consecuencia de cambios generacionales más frecuentes inducidos por los avances tecnológicos. Hoy en día, conviven en todo tipo de ambientes sujetos pertenecientes a la Generación X, Baby Boomers, Centennials, Generación Z, Millennials y ahora, ya avanzado el siglo XXI, en pleno 2024, se les suma una nueva generación, la Generación Alfa. ¿Qué es la Generación Alfa? Ante un entorno plenamente digital, los expertos comienzan a plantearse la idea de designar a aquellos nacidos a partir del 2010 como la primera generación nativa digital, una generación para la cual la tecnología es su manera de conocer el mundo. Se matizan porque sus miembros pueden ser bastante solitarios y viven a través de los smartphones y las computadoras. Lo más probable es que vivirán pegados a las redes sociales, los youtubers y los influencers. Hijos de Millennials Por la franja etaria, la Generación Alfa son los hijos de los Millennials, quienes ya habitan un mundo digitalizado, sin embargo, ninguna generación previa será comparable a nivel digital con los Alfa, que, como contraparte, serán la primera a la que le serán ajenos muchos aspectos del mundo analógico. Características de la Generación Alfa La Generación Alfa incluye a aquellas personas nacidas del año 2010 en adelante y que han crecido en un mundo totalmente digital. De hecho, su aparición coincide con el lanzamiento del primer iPad por parte de Apple. Este término fue implementado por Mark McCrindle, fundador de la consultora australiana McCrindle Research. Aunque la Generación Alfa comparte ciertos rasgos con generaciones anteriores, especialmente con la Generación Z, es muy diferente. Mira a continuación algunas de sus características: Hiperconectados: los niños Alfa están permanentemente conectados. Es tal la atención que prestan a las nuevas tecnologías, que se convierte en su estilo de vida. Independientes: lo son a la hora de tomar sus propias decisiones y gestionar sus identidades digitales, además esperan que se tengan en cuenta preferencias individuales. Visuales: el vídeo será su formato preferido. Además, los videojuegos impulsarán sus destrezas visuales, mejorando la capacidad de cambiar de tarea con facilidad. Tecnológicos: al estar hiperconectados se convierten en expertos en el uso de nuevas tecnologías, lo que facilita su aprendizaje digital y les abre un abanico de posibilidades. Diversos: en este caso, la diversidad no solo se refiere a cuestiones demográficas, como la etnia y el género, sino también a gustos, estilos de vida y puntos de vista.