La grafología es una técnica que estudia las características psicológicas de las personas a través de su escritura. Se sugiere, para este estudio, prestar cuidadosa atención en las letras “I”, “O” y “T”. Algunos consideran que el estudio de la grafología puede incluso determinar el estado de salud de una persona. Por ejemplo, una letra con presión variada puede indicar presión arterial alta, mientras que letras erráticamente inclinadas podrían ser un síntoma de esquizofrenia. Según diversos estudios, si tienes un tamaño de letra grande es probable que seas una persona sociable, valiente y muy segura de ti misma. Por otro lado, si tu letra es mediana, significa que te adaptas fácilmente a las circunstancias y eres abierto al cambio. Por ultimo, si escribes con una letra de tamaño pequeño, tiendes a ser tímido, meticuloso e introvertido. Si el espacio que incluyes entre las letras es amplio, significa que aprecias tu libertad y que no te gusta sentirte abrumado o rodeado por mucha gente. Si es angosto, no te agrada estar solo y prefieres vivir en compañía. Las curvas de las letras también son importantes para determinar tu personalidad: Curva estrecha de la “L”: Podrías estar restringiéndote, lo que podría derivar en sentimientos de tensión. Curva amplia de la “L”: Eres relajado y espontáneo, se te facilita expresar tus emociones. Curva estrecha de la “E”: Sueles ser escéptico, no sueles dejarte llevar por las emociones de los demás. Curva amplia de la “E”: Eres de mente abierta y disfrutas de vivir nuevas experiencias. Según la inclinación de las letras Sin inclinación: No dejas que tus emociones te dominen. Sueles ser lógico y práctico. Inclinación a la derecha: Estás abierto a vivir nuevas experiencias y disfrutas el hecho conocer gente nueva. Inclinación a la izquierda: Tiendes a ser cerrado y en ocasiones muy rebelde. Según la forma de las letras Letras redondas: Significa que eres una persona creativa, imaginativa y artística. Letras puntiagudas: Eres más agresivo, intenso, muy inteligente y curioso. Letras conectadas entre sí: Te guías por la lógica, eres sistemático y tomas decisiones con mucho cuidado. La letra “I” Los puntos sobre las íes dicen más de lo que piensas. Si pones el punto muy alto, significa que tiene una gran imaginación. Si incluyes rayas sobre la letra, tienes poca paciencia, eres demasiado duro contigo mismo y te cuesta aprender de los errores. Por otro lado, si realizas círculos abiertos sobre la letra es probable que seas una persona visionaria; y encima de la letra, significa que eres detallista, organizada y empática. La cruz de la “T” Muy arriba: Eres ambicioso, optimista y tienes autoestima alta. En el medio: Eres seguro y te sientes bien contigo mismo. Cruz larga: Eres determinado y entusiasta, pero tiendes a ser terco. Cruz corta: Tiendes a ser perezoso y a mostrar falta de determinación. Letra “O” Abierta: Eres comunicativo, sociable y no te cuesta expresar tus sentimientos; te cuesta mantener secretos. Cerrada: Eres celoso de tu privacidad, introvertido y compartes poco sobre tu vida personal. Todas estas características se refieren a la forma que le das a las diferentes letras, su inclinación o el espacio que hay entre ellas, pero existen otros factores significantes a la hora de estudiar los rasgos de la personalidad, y son por ejemplo la presión que ejerces al escribir. Si presionas mucho el lápiz, significa que eres una persona comprometida y que se toma las cosas muy en serio. Por el contrario, si escribes suavemente, quiere decir que eres una persona sensible.
Un reciente estudio de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología (NTNU), monitoreó la actividad cerebral en estudiantes que tomaron notas y halló que aquellos que escribían a mano tenían niveles más altos de actividad eléctrica en una amplia gama de regiones cerebrales interconectadas responsables del movimiento, la visión, procesamiento sensorial y memoria. Es que, al tomar notas manuscritas, con frecuencia es imposible escribir “todo lo que dice el profesor”. Entonces los estudiantes tienen que prestar atención activa a la información entrante y procesarla, y esta acción consciente de construir sobre el conocimiento existente puede facilitar mantenerse comprometido y comprender nuevos conceptos. Esta investigación, tomó como base un estudio de 2014 que sugería que “las personas que toman notas por computadora escriben sin pensar”, ya que la información pasa por los oídos y sale por la punta de los dedos, pero no es procesada por el cerebro”. Escribir vs. teclear Para entender las diferencias específicas de la actividad cerebral durante la toma de notas escritas o por teclado, los investigadores de NTNU elaboraron un dispositivo que contenía 256 sensores que registraron la actividad cerebral de 36 estudiantes mientras escribían con un lápiz digital o tecleaban 15 palabras del juego Pictionary que se mostraban en una pantalla. Cuando los estudiantes escribieron las palabras a mano, los sensores detectaron una conectividad generalizada en muchas regiones del cerebro. Sin embargo, al utilizar el teclado, se registró una actividad mínima o nula en las mismas áreas. “Cuando se está tecleando, el movimiento simple de los dedos está involucrado en la producción de cada letra, mientras que cuando se escribe a mano se siente que la sensación corporal de producir una letra “A” es completamente diferente de producir una letra “B, señala Audrey van der Meer, directora del estudio. “Los niños que han aprendido a leer y escribir tocando una tableta digital, a menudo tienen dificultades para distinguir letras que se parecen mucho entre sí o que son imágenes especulares, como sucede con las letras “b” y ”d”, afirma van der Meer. Reforzar la memoria Estos hallazgos se suman a un creciente cuerpo de evidencia que resalta la importancia de enseñar a los niños a escribir a mano palabras y dibujar imágenes. Es que existe un vínculo realmente claro entre la acción motora que se está logrando y el reconocimiento visual y conceptual de lo que se está creando. Al escribir una palabra, se mejora su comprensión perceptiva y se reconoce que se usa el sistema motor para crearlo. Este proceso retroalimenta al sistema visual, donde se procesa nuevamente y se fortalece la conexión entre una acción y las imágenes o palabras asociadas con ella. Es un proceso similar a imaginar algo y luego crearlo: cuando materializas algo de tu imaginación (escribiéndolo, dibujándolo o construyéndolo), se refuerza el concepto imaginado y ayuda a que permanezca en la memoria. Este fenómeno ha sido bien estudiado anteriormente. Una investigación hizo que sujetos memorizaran una lista de verbos, y a un grupo se les indicó que realizaran la acción correspondiente, mientras que al otro grupo se les indicó realizar una acción no relacionada o ninguna. Aquellos que transformaron la información en acción, favorecieron la fijación del concepto a través de las vastas redes neuronales del cerebro, lo que hizo que haya sido mucho más fácil acceder a esa información que al grupo que no “reforzó su memoria”. Escribir a mano para aprender Diferentes estudios han demostrado que los niños parecen aprender mejor cuando se les pide que produzcan letras u otros elementos visuales usando sus dedos y manos de manera coordinada, algo que no se puede replicar tocando una pantalla o presionando un teclado. La escritura a mano mejora el reconocimiento de letras en niños en edad preescolar y los efectos del aprendizaje a través de la escritura, y son más persistentes en el tiempo que otras experiencias de aprendizaje. La importancia de este estudio es que funciona como un disparador para entender la forma en que aprendemos, en cómo cambian las conexiones de la región del cerebro con el tiempo y cuándo estas conexiones son más importantes para el aprendizaje. Si bien la tecnología es considerada una aliada en el aula, las personas suelen delegar cada vez más los procesos de pensamiento a los dispositivos digitales, en lo que se conoce como un proceso de “ descarga cognitiva ”, se utilizan teléfonos inteligentes para recordar tareas o tomar una foto en lugar de memorizar información. Nuestra dependencia de un GPS para transitar por una ciudad es un ejemplo típico de descarga cognitiva: es útil, pero esto significa menos trabajo para el cerebro. Y si no estamos utilizando activamente estas áreas del cerebro, se deteriorarán con el tiempo, ya sea la memoria o las habilidades motoras.
La grafología es una técnica que estudia las características psicológicas de las personas a través de su escritura. Se sugiere, para este estudio, prestar cuidadosa atención en las letras “I”, “O” y “T”. Algunos consideran que el estudio de la grafología puede incluso determinar el estado de salud de una persona. Por ejemplo, una letra con presión variada puede indicar presión arterial alta, mientras que letras erráticamente inclinadas podrían ser un síntoma de esquizofrenia. Según diversos estudios, si tienes un tamaño de letra grande es probable que seas una persona sociable, valiente y muy segura de ti misma. Por otro lado, si tu letra es mediana, significa que te adaptas fácilmente a las circunstancias y eres abierto al cambio. Por ultimo, si escribes con una letra de tamaño pequeño, tiendes a ser tímido, meticuloso e introvertido. Si el espacio que incluyes entre las letras es amplio, significa que aprecias tu libertad y que no te gusta sentirte abrumado o rodeado por mucha gente. Si es angosto, no te agrada estar solo y prefieres vivir en compañía. Las curvas de las letras también son importantes para determinar tu personalidad: Curva estrecha de la “L”: Podrías estar restringiéndote, lo que podría derivar en sentimientos de tensión. Curva amplia de la “L”: Eres relajado y espontáneo, se te facilita expresar tus emociones. Curva estrecha de la “E”: Sueles ser escéptico, no sueles dejarte llevar por las emociones de los demás. Curva amplia de la “E”: Eres de mente abierta y disfrutas de vivir nuevas experiencias. Según la inclinación de las letras Sin inclinación: No dejas que tus emociones te dominen. Sueles ser lógico y práctico. Inclinación a la derecha: Estás abierto a vivir nuevas experiencias y disfrutas el hecho conocer gente nueva. Inclinación a la izquierda: Tiendes a ser cerrado y en ocasiones muy rebelde. Según la forma de las letras Letras redondas: Significa que eres una persona creativa, imaginativa y artística. Letras puntiagudas: Eres más agresivo, intenso, muy inteligente y curioso. Letras conectadas entre sí: Te guías por la lógica, eres sistemático y tomas decisiones con mucho cuidado. La letra “I” Los puntos sobre las íes dicen más de lo que piensas. Si pones el punto muy alto, significa que tiene una gran imaginación. Si incluyes rayas sobre la letra, tienes poca paciencia, eres demasiado duro contigo mismo y te cuesta aprender de los errores. Por otro lado, si realizas círculos abiertos sobre la letra es probable que seas una persona visionaria; y encima de la letra, significa que eres detallista, organizada y empática. La cruz de la “T” Muy arriba: Eres ambicioso, optimista y tienes autoestima alta. En el medio: Eres seguro y te sientes bien contigo mismo. Cruz larga: Eres determinado y entusiasta, pero tiendes a ser terco. Cruz corta: Tiendes a ser perezoso y a mostrar falta de determinación. Letra “O” Abierta: Eres comunicativo, sociable y no te cuesta expresar tus sentimientos; te cuesta mantener secretos. Cerrada: Eres celoso de tu privacidad, introvertido y compartes poco sobre tu vida personal. Todas estas características se refieren a la forma que le das a las diferentes letras, su inclinación o el espacio que hay entre ellas, pero existen otros factores significantes a la hora de estudiar los rasgos de la personalidad, y son por ejemplo la presión que ejerces al escribir. Si presionas mucho el lápiz, significa que eres una persona comprometida y que se toma las cosas muy en serio. Por el contrario, si escribes suavemente, quiere decir que eres una persona sensible.
Un reciente estudio de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología (NTNU), monitoreó la actividad cerebral en estudiantes que tomaron notas y halló que aquellos que escribían a mano tenían niveles más altos de actividad eléctrica en una amplia gama de regiones cerebrales interconectadas responsables del movimiento, la visión, procesamiento sensorial y memoria. Es que, al tomar notas manuscritas, con frecuencia es imposible escribir “todo lo que dice el profesor”. Entonces los estudiantes tienen que prestar atención activa a la información entrante y procesarla, y esta acción consciente de construir sobre el conocimiento existente puede facilitar mantenerse comprometido y comprender nuevos conceptos. Esta investigación, tomó como base un estudio de 2014 que sugería que “las personas que toman notas por computadora escriben sin pensar”, ya que la información pasa por los oídos y sale por la punta de los dedos, pero no es procesada por el cerebro”. Escribir vs. teclear Para entender las diferencias específicas de la actividad cerebral durante la toma de notas escritas o por teclado, los investigadores de NTNU elaboraron un dispositivo que contenía 256 sensores que registraron la actividad cerebral de 36 estudiantes mientras escribían con un lápiz digital o tecleaban 15 palabras del juego Pictionary que se mostraban en una pantalla. Cuando los estudiantes escribieron las palabras a mano, los sensores detectaron una conectividad generalizada en muchas regiones del cerebro. Sin embargo, al utilizar el teclado, se registró una actividad mínima o nula en las mismas áreas. “Cuando se está tecleando, el movimiento simple de los dedos está involucrado en la producción de cada letra, mientras que cuando se escribe a mano se siente que la sensación corporal de producir una letra “A” es completamente diferente de producir una letra “B, señala Audrey van der Meer, directora del estudio. “Los niños que han aprendido a leer y escribir tocando una tableta digital, a menudo tienen dificultades para distinguir letras que se parecen mucho entre sí o que son imágenes especulares, como sucede con las letras “b” y ”d”, afirma van der Meer. Reforzar la memoria Estos hallazgos se suman a un creciente cuerpo de evidencia que resalta la importancia de enseñar a los niños a escribir a mano palabras y dibujar imágenes. Es que existe un vínculo realmente claro entre la acción motora que se está logrando y el reconocimiento visual y conceptual de lo que se está creando. Al escribir una palabra, se mejora su comprensión perceptiva y se reconoce que se usa el sistema motor para crearlo. Este proceso retroalimenta al sistema visual, donde se procesa nuevamente y se fortalece la conexión entre una acción y las imágenes o palabras asociadas con ella. Es un proceso similar a imaginar algo y luego crearlo: cuando materializas algo de tu imaginación (escribiéndolo, dibujándolo o construyéndolo), se refuerza el concepto imaginado y ayuda a que permanezca en la memoria. Este fenómeno ha sido bien estudiado anteriormente. Una investigación hizo que sujetos memorizaran una lista de verbos, y a un grupo se les indicó que realizaran la acción correspondiente, mientras que al otro grupo se les indicó realizar una acción no relacionada o ninguna. Aquellos que transformaron la información en acción, favorecieron la fijación del concepto a través de las vastas redes neuronales del cerebro, lo que hizo que haya sido mucho más fácil acceder a esa información que al grupo que no “reforzó su memoria”. Escribir a mano para aprender Diferentes estudios han demostrado que los niños parecen aprender mejor cuando se les pide que produzcan letras u otros elementos visuales usando sus dedos y manos de manera coordinada, algo que no se puede replicar tocando una pantalla o presionando un teclado. La escritura a mano mejora el reconocimiento de letras en niños en edad preescolar y los efectos del aprendizaje a través de la escritura, y son más persistentes en el tiempo que otras experiencias de aprendizaje. La importancia de este estudio es que funciona como un disparador para entender la forma en que aprendemos, en cómo cambian las conexiones de la región del cerebro con el tiempo y cuándo estas conexiones son más importantes para el aprendizaje. Si bien la tecnología es considerada una aliada en el aula, las personas suelen delegar cada vez más los procesos de pensamiento a los dispositivos digitales, en lo que se conoce como un proceso de “ descarga cognitiva ”, se utilizan teléfonos inteligentes para recordar tareas o tomar una foto en lugar de memorizar información. Nuestra dependencia de un GPS para transitar por una ciudad es un ejemplo típico de descarga cognitiva: es útil, pero esto significa menos trabajo para el cerebro. Y si no estamos utilizando activamente estas áreas del cerebro, se deteriorarán con el tiempo, ya sea la memoria o las habilidades motoras.