Las emociones son estados por los cuales pasamos todos los seres humanos, y su regulación es una tarea fundamental para el desarrollo pleno de cualquier persona, lo que ha sido abordado desde diferentes ámbitos. Un ejemplo reciente y que ha traído esto a la palestra es la popular película Intensamente, que este año tuvo éxito en taquilla con su segunda entrega y que nos muestra la importancia de las emociones y su control en nuestra vida. PUBLICIDAD La psicóloga Irma Briceño Martínez, Coordinadora Académica de la Licenciatura en Psicología de la Universidad La Salle Bajío, explica que la emoción ha sido descrita como “un estado que se caracteriza por una estimulación fisiológica, cambios en la expresión facial, gestos, postura y sensaciones subjetivas”. En ese sentido, comenta en entrevista que las emociones pueden tener efectos positivos o negativos en la persona, dependiendo del tipo de emoción que se trate, y que algunos especialistas concuerdan en que existen ocho emociones básicas o primarias: miedo, sorpresa, desagrado, ira, tristeza, anticipación, confianza y alegría, y que pueden tener variaciones. “Se sabe que las emociones pueden mezclarse y dar lugar a otra emoción más compleja. Las emociones mandan señales a las personas, quienes entonces responden con conductas adaptativas. Todos los sistemas del sujeto se ponen en activo para dar la respuesta correspondiente”, precisa la psicóloga. Se conocen cuatro componentes de las emociones: deben presentar un evento psicológico relevante, que puede ser externo o interno; hay también un elemento cognitivo, que es la valoración o percepción que la persona realiza de él; se desencadena una respuesta fisiológica; y aparece una tendencia a la acción. El cambio fisiológico es provocado por la segregación de hormonas que estimulan al cuerpo y lo ponen en alerta, generando respuestas específicas interna y externamente. Cabe señalar que las emociones pueden ser positivas o negativas y las personas pueden sentir ambas al mismo tiempo, ya que las emociones positivas son procesadas en el hemisferio izquierdo y las negativas en el derecho. PUBLICIDAD “Internamente hay respuestas involuntarias como alteraciones de la frecuencia cardíaca o la presión de la sangre. Pasado el estado de alerta, el organismo regresa a los sistemas y órganos internos a su funcionamiento habitual. Algunos de los cambios externos que se observan dependen de la emoción”, agrega Irma Briceño Martínez. Es decir, las reacciones o respuestas fisiológicas ligadas a la emoción son producto de la actividad del sistema nervioso, que reacciona o prepara al cuerpo para responder a diferentes situaciones. “Es la forma sencilla de explicar la respuesta emocional desde la perspectiva fisiológica”, precisa. No obstante, advierte que es importante que las personas aprendan a realizar un manejo adecuado de sus emociones, lo cual les permitirá mejores procesos adaptativos y de desarrollo personal. “Es necesario implementar estrategias para lidiar mejor con el cúmulo de emociones de la vida cotidiana. Todos vivimos momentos de dolor, frustración, enojo, miedo y otras sensaciones que deben ser manejadas adecuadamente para lograr un desarrollo armónico y optimizar la convivencia social”, elabora la especialista. Lo anterior, concluye la psicóloga, requiere que las personas aprendan a reconocer las emociones que viven – reacciones innatas personales ante eventos relevantes – y que tengan una adecuada interpretación de ellas, de manera que pueda dar respuestas moduladas y acordes a la experiencia. Es importante identificarlas El Doctor Francisco Bustamante, psiquiatra de la Clínica Universidad de los Andes, en Chile, comenta que “las emociones son buenas cuando actúan coordinadamente y ninguna asume el control sobre otra”. En ese sentido, asevera que es importante identificarlas y lograr un comportamiento o manejo más sabio e integrado de nuestra personalidad. El especialista explica que “todas las emociones nos acompañan a lo largo de la vida”. La clave está en distinguir entre una emoción sana y una patológica, ya que esta última alcanza una intensidad tan alta y constante que nos puede llevar a perder el control. Agrega que la ansiedad es central en la vida personal, y que tal vez sea la emoción más estudiada después del amor, dado que está ligada al sentido de la existencia. Así mismo, enfatiza que no debemos evadir las emociones, incluyendo las displacenteras, ya que todas nos ayudan a diseñar una parte vital de nuestra personalidad. Más que evitarlas u ocultarlas, debemos escucharlas, aceptarlas y regularlas. Finalmente, comparte seis consejos para un equilibrio emocional y una buena salud mental : dormir bien; pausas durante el día y vacaciones; una alimentación sana; actividad física; buenas relaciones sociales; actividades placenteras o recreacionales. Metro World News habló con la Doctora Nelly Cecilia Capetillo Ventura, Psiquiatra del Centro Médico ABC, para saber más. P: ¿Cuál es la diferencia entre una emoción y un sentimiento? —Las emociones son respuestas químicas y neuronales que se generan en nuestro cerebro en respuesta a un estímulo emocionalmente relevante. Los sentimientos son el resultado de la evaluación consciente de las respuestas emocionales. Las emociones pueden ser inconscientes y automáticas. Los sentimientos son conscientes y requieren de una reflexión y evaluación consciente. Las emociones son temporales y su duración puede variar dependiendo de la situación. Los sentimientos pueden ser más duraderos y pueden o no ser congruentes con nuestra conducta. Podemos ocultar o disfrazar nuestros sentimientos, mientras que las emociones son más difíciles de controlar. P: ¿Por qué es importante prestar atención al manejo de nuestras emociones? —Cuando las emociones no se gestionan de forma adecuada pueden afectar la salud mental y las relaciones interpersonales. Hablar de nuestras emociones nos ayuda a vivir con ellas. No es que sean buenas ni malas. Es importante saber que existen y que tienen una función, que son respuestas temporales a diferentes situaciones. Las emociones y los sentimientos pueden influir en la forma en que percibimos el mundo que nos rodea, además de que pueden influir en cómo interpretamos los comportamientos y las acciones de los demás. Por otra parte, nuestras emociones y sentimientos también influyen en nuestras decisiones y comportamientos, y pueden influir en nuestras interacciones sociales. P: ¿Cuál es la importancia de la educación emocional? — Dado el impacto significativo que las emociones y los sentimientos tienen en nuestra vida, es importante desarrollar habilidades de educación emocional, la cual nos ayuda a comprender y gestionar nuestras emociones y sentimientos de manera saludable y constructiva. A través de la educación emocional, podemos aprender a reconocer nuestras emociones, comprender su origen y expresarlas de manera adecuada. También podemos aprender a manejar el estrés y regular nuestras emociones para tomar decisiones más informadas y tener relaciones saludables. Falta mucho por aprender respecto a temas de emociones y educación emocional. Considero que es necesario normalizar que todos los seres humanos tenemos emociones y reconocer que son pasajeras.
En la década de los 90, los psicólogos estadounidenses Elaine y Arthur Aron acuñaron el término persona altamente sensible o persona con alta sensibilidad (PAS) para hacer referencia a un rasgo que, según afirmaban, hacía a su portador especialmente sensible a los estímulos sensoriales y emocionales. Desde entonces, la idea no ha recibido un apoyo unánime en la comunidad científica. Si bien sí es cierto que ha habido profesionales que la han adoptado, muchos otros han criticado sus postulados, argumentando además que no existe ninguna prueba fácilmente replicable y verificable que sirva para identificar claramente a las personas con este supuesto rasgo. Rasgos y trastornos Los criterios postulados por los Aron son, cuanto menos, algo vagos. Las personas con alta sensibilidad procesaríancon mayor profundidad la información, serían altamente empáticas, o se identificarían con ideas abstractas como la paz o el amor. Según los autores, entre un 15 y un 20% de la población podría portar este rasgo. Como se hace evidente, en la actualidad no existen procedimientos empíricos para comprobar este tipo de criterios, por lo que la identificación del rasgo depende enteramente de la evaluación de un profesional (incluso, ciertas instituciones ofrecen en sus páginas web test que podrían complementar esta evaluación, como es el caso del Instituto de Profesionales de la Alta Sensibilidad). Esta es la principal razón por la que el concepto está en cuarentena por una gran parte de los psicólogos, psiquiatras y neurólogos. Eso sí, probablemente los propios Aron eran conscientes de las reticencias que sus teorías podían despertar entre sus colegas. Pero, como dicen los anglosajones, el diablo está en los detalles: ambos autores insisten en que la alta sensibilidad no es un trastorno ni una enfermedad, sino un rasgo de la personalidad. Este matiz despoja a la Alta Sensibilidad de la categoría de diagnóstico médico, lo que a su vez rebaja los requerimientos para la aceptación legal del concepto. El nacimiento de una industria En principio, podría parecer que la idea de la alta sensibilidad sirve simplemente como herramienta teórica para describir un tipo de personalidades o rasgos en el contexto de la psicología. El problema es que a menudo se convierte en más que eso. Desde que los Aron formularan el concepto, se han publicado innumerables libros que enseñan a ' vivir como una persona altamente sensible '. Se ha generado una cierta industria a su alrededor, completa con formaciones 'certificadas' por las organizaciones creadas en torno a la idea, 'coaching', expertos, cursos... Así, la idea de PAS exige un cierto análisis crítico. No se trata del primer concepto de dudoso valor científico que se convierte en una excusa para que determinadas personas o autores se lucren a costa de personas desinformadas que buscan solución a diversos sufrimientos que sí son reales. Por ello, conviene siempre atenernos a la evidencia científica y recordar el lugar y el calado de los términos y etiquetas, sin olvidar nunca que el cuidado de la salud mental, en última instancia, pertenece al ámbito sanitario y debe regirse siempre por estrictos estándares científicos.
El olfato está íntimamente ligado a la memoria y a las emociones. Por este motivo, los negocios se están interesando cada vez más en utilizar el sentido del olfato a su favor, con el objetivo de incrementar las ventas y mejorar la experiencia de sus clientes. Qué es la memoria olfativa La memoria olfativa consiste en asociar un aroma a una sensación, emoción o vivencia. Esta sensación puede ser agradable o desagradable. Por ejemplo, podemos asociar el olor del protector solar a los días de vacaciones, felices y sin preocupaciones. Al oler ese aroma, se despiertan emociones de alegría y parece que uno se traslada a ese instante de nuevo. El caso opuesto también es muy común. Por ejemplo, si tuvimos una mala experiencia con una persona que solía usar siempre el mismo perfume, cuando volvemos a oler esa fragancia es muy habitual volver a sentir cierto malestar. Cómo funciona la memoria olfativa Es indudable el poder que tienen los aroma s para conectar con nuestros recuerdos y revivir sensaciones, pero, ¿cuál es la explicación? Cómo el olfato conecta con diversas estructuras cerebrales y sus funciones básicas. Los aromas se desplazan desde la nariz hasta el bulbo olfatorio. De allí, la información va directa hacia la amígdala, encargada de procesar las emociones, y al hipocampo, la estructura más implicada en el aprendizaje y la memoria. Pues bien, la información que transmite el aroma no se guarda de forma aislada, sino que se complementa con la vivencia y las emociones que se están sintiendo en ese momento. De esta manera, el aroma queda asociado a unas sensaciones en concreto. La conexión es mayor cuanto más fuerte es la emoción o cuantas más veces se repite la asociación entre ambas. Así, el cerebro es capaz de anticipar estados y actuar en consecuencia. Por ejemplo, si siente un aroma que está asociado al bienestar, le envía señales al cuerpo relacionadas con esta sensación, haciendo que los músculos se relajen y que la respiración se calme, porque percibe que todo está bien. Si el aroma estuviera relacionado con una emoción desagradable, el cuerpo se activaría para huir o atacar en caso de que fuera necesario. Así es como los aromas son capaces de provocar reacciones en nuestro comportamiento. Reacciones que, aunque queramos, no podemos controlar: se trata de un mecanismo automático que nos ha servido a lo largo de millones de años para sobrevivir y socializarnos. Relación entre memoria olfativa, marketing y ventas Tras ver que el gran poder que tiene el olfato para desencadenar emociones, ¿por qué no aprovechar esta valiosa información a través del marketing olfativo? Las ventajas de asociar tu marca con un aroma agradable y único son múltiples. Te contamos las principales a continuación: Un aroma atractivo favorece que los clientes entren al establecimiento y permanezcan allí más tiempo. Eso da como resultado más ventas. Si la experiencia en la tienda ha sido agradable, asociarán el aroma del establecimiento a sensaciones positivas. Así, es posible mejorar la percepción de la marca y reactivar esas emociones cuando vuelvan. Un aroma adecuado es capaz de estimular la decisión de compra, porque puede despertar deseos e intensificarlos. Con el marketing olfativo se actúa especialmente en las emociones que desencadenan procesos de compra. Tener un aroma único, que se asocie de forma exclusiva al establecimiento, mejora la fidelización de los clientes. Éstos reconocerán el aroma y lo identificarán rápidamente con la marca. Permanecer en su recuerdo es clave para que vuelvan a comprar. Pero no sirve cualquier aroma. Debe tratarse de una fragancia única, que se relacione de forma exclusiva con la marca. Y por supuesto, para que sea efectiva, tiene que ser coherente con su personalidad y la de sus clientes, generando las emociones que interese despertar. Existen aromas con carácter alegre, otros que evocan mayor serenidad, otros más elegantes y sofisticados… Cada marca es única, así como el aroma que la representa. Los profesionales del marketing olfativo son especialistas capaces de desarrollar una fragancia que comunique exactamente lo que la marca desea. El olfato y su relación con la memoria Los olores pueden servirnos de referencia para saber en qué lugar nos encontramos, por ejemplo, si estamos cerca de la playa. También nos indican qué comida se está haciendo cerca, si un lugar se ha limpiado recientemente o si alguien querido ha venido a visitarnos, incluso antes de verlo o escuchar su voz. Esto se debe a que los olores están estrechamente vinculados a la memoria. Cuando un niño nace comienza a recibir estímulos del exterior por medio del oído y del olfato, principalmente. Por eso, el olor de su madre le resulta tranquilizador. Al pasar el tiempo, el resto de los sentidos también se irán desarrollando. Sin embargo, según diversos estudios, un adulto tal solo recordará un 1% de lo que toca, un 2% de lo que oye, un 5% de lo que ve y un 35% de lo que huele. Además, el olor permanece almacenado en la memoria hasta siete veces más tiempo que otro recuerdo. ¿Por qué se recuerdan especialmente las cosas que olemos? El conjunto de órganos implicados en la recepción e interpretación de los olores forma parte del sistema límbico. Este también es el encargado de crear respuestas a los estímulos, convirtiéndolos en emociones. Estas sensaciones se quedan mejor grabadas que los simples datos, ya que las emociones tienen mejor aceptación y son más fáciles de memorizar para nuestro cerebro, por todo lo que implican. Algunos de los órganos que intervienen en este proceso son la amígdala cerebral, que procesa las emociones y el hipocampo, que crea recuerdos y los archiva a corto o largo plazo. Los dos están unidos al bulbo olfativo, lugar al que llegan los olores que provienen del exterior. Esta es la razón por la que uno no se olvida del olor que tiene nuestro bebé nada más nacer o la marca de la colonia con la que nos atiborraba nuestra madre para ir todas las mañanas al colegio. Ese olor nos persigue por el resto de nuestras vidas y cuando lo percibimos, nos vienen un montón de recuerdos, como la habitación en la que nos peinaba y cómo abrochaba los botones de nuestra camisa justo antes de salir de casa, mientras murmuraba que nos portásemos bien, por ejemplo.
Las personas inteligentes suelen demostrar una serie de rasgos característicos que reflejan su capacidad intelectual y su forma de enfrentarse al mundo”, apunta la IA. A continuación, resalta “cinco rasgos comunes de las personas inteligentes”: 1. Curiosidad insaciable Para ChatGPT, “la curiosidad es un motor impulsor de la inteligencia”. Señala que las personas inteligentes “tienen una sed constante de conocimiento y una disposición para explorar el mundo que les rodea”. Además, añade que estas personas buscan comprender cómo funcionan las cosas, hacen preguntas y están abiertas a nuevas experiencias. “Esta curiosidad les lleva a aprender de forma continua y a mantenerse al día con los avances en diferentes áreas”, asegura. En 2017, un equipo de investigadores de la Universidad George Mason planteó en la revista Journal of Research in Personality un modelo de cinco dimensiones de la curiosidad: sensibilidad a la falta de conocimiento, gusto por la exploración, curiosidad social, tolerancia al estrés y búsqueda de emociones para adquirir experiencias diferentes o complejas. 2. Capacidad para resolver problemas Una característica fundamental de las personas inteligentes es su habilidad para enfrentar y resolver problemas de manera efectiva. En palabras de la IA, “utilizan el pensamiento crítico y analítico para descomponer problemas complejos en componentes más simples, identificar soluciones potenciales y evaluar las consecuencias de cada opción”. Además, agrega: “su enfoque sistemático les permite abordar desafíos de manera creativa y encontrar soluciones innovadoras”. Precisamente esta destreza está siendo una de las que ha adquirido la IA. A la luz de los nuevos hallazgos, esta potente herramienta ya está siendo capaz de “jugar a videojuegos, resolver laberintos e incluso hacer caminar a un robot simulado”, entre otras funciones. 3. Adaptabilidad La inteligencia incluye la capacidad de adaptarse a diferentes situaciones y entornos. “Las personas inteligentes son flexibles y pueden ajustarse rápidamente a los cambios. Son capaces de enfrentar nuevos desafíos con confianza y eficacia, aprovechando sus habilidades para aprender y desarrollarse en contextos diversos”, afirma ChatGPT. “La adaptabilidad les permite prosperar en entornos dinámicos y responder de manera efectiva a los desafíos emergentes”, añade. En los últimos años, los avances en esta disciplina han demostrado en base al aprendizaje por refuerzo y aprendizaje profundo (deep-learning), que los robots controlados por inteligencia artificial también son capaces de aprender y mejorar su rendimiento a medida que interactúan con su entorno. 4. Pensamiento crítico El pensamiento crítico es una habilidad central de las personas inteligentes, según la inteligencia artificial. “Son capaces de analizar información de manera objetiva, cuestionar suposiciones y evaluar evidencia de manera rigurosa. Utilizan el razonamiento lógico y la reflexión cuidadosa para llegar a conclusiones fundamentadas y tomar decisiones informadas”, subraya la IA de OpenAI. “Esta capacidad les permite resolver problemas complejos y abordar situaciones ambiguas con claridad y perspicacia”, anota. Aunque las IA son capaces de realizar tareas específicas y resolver problemas dentro de sus áreas de especialización, su capacidad para el pensamiento crítico todavía es uno de sus puntos débiles, y bastante limitada en comparación con la de los seres humanos. 5. Empatía y habilidades Sociales “La inteligencia emocional es una dimensión importante de la inteligencia. Las personas inteligentes son conscientes de sus propias emociones y de las emociones de los demás. Tienen habilidades sociales desarrolladas que les permiten establecer relaciones interpersonales sólidas y trabajar de manera efectiva en equipo”, asegura ChatGPT. En efecto, al contrario de lo que marcan algunos clichés, estas personas muestran empatía hacia los demás y son capaces de comunicarse de manera clara y persuasiva, lo que les ayuda a construir lazos importancias y a influir positivamente en su entorno.
Las emociones son estados por los cuales pasamos todos los seres humanos, y su regulación es una tarea fundamental para el desarrollo pleno de cualquier persona, lo que ha sido abordado desde diferentes ámbitos. Un ejemplo reciente y que ha traído esto a la palestra es la popular película Intensamente, que este año tuvo éxito en taquilla con su segunda entrega y que nos muestra la importancia de las emociones y su control en nuestra vida. PUBLICIDAD La psicóloga Irma Briceño Martínez, Coordinadora Académica de la Licenciatura en Psicología de la Universidad La Salle Bajío, explica que la emoción ha sido descrita como “un estado que se caracteriza por una estimulación fisiológica, cambios en la expresión facial, gestos, postura y sensaciones subjetivas”. En ese sentido, comenta en entrevista que las emociones pueden tener efectos positivos o negativos en la persona, dependiendo del tipo de emoción que se trate, y que algunos especialistas concuerdan en que existen ocho emociones básicas o primarias: miedo, sorpresa, desagrado, ira, tristeza, anticipación, confianza y alegría, y que pueden tener variaciones. “Se sabe que las emociones pueden mezclarse y dar lugar a otra emoción más compleja. Las emociones mandan señales a las personas, quienes entonces responden con conductas adaptativas. Todos los sistemas del sujeto se ponen en activo para dar la respuesta correspondiente”, precisa la psicóloga. Se conocen cuatro componentes de las emociones: deben presentar un evento psicológico relevante, que puede ser externo o interno; hay también un elemento cognitivo, que es la valoración o percepción que la persona realiza de él; se desencadena una respuesta fisiológica; y aparece una tendencia a la acción. El cambio fisiológico es provocado por la segregación de hormonas que estimulan al cuerpo y lo ponen en alerta, generando respuestas específicas interna y externamente. Cabe señalar que las emociones pueden ser positivas o negativas y las personas pueden sentir ambas al mismo tiempo, ya que las emociones positivas son procesadas en el hemisferio izquierdo y las negativas en el derecho. PUBLICIDAD “Internamente hay respuestas involuntarias como alteraciones de la frecuencia cardíaca o la presión de la sangre. Pasado el estado de alerta, el organismo regresa a los sistemas y órganos internos a su funcionamiento habitual. Algunos de los cambios externos que se observan dependen de la emoción”, agrega Irma Briceño Martínez. Es decir, las reacciones o respuestas fisiológicas ligadas a la emoción son producto de la actividad del sistema nervioso, que reacciona o prepara al cuerpo para responder a diferentes situaciones. “Es la forma sencilla de explicar la respuesta emocional desde la perspectiva fisiológica”, precisa. No obstante, advierte que es importante que las personas aprendan a realizar un manejo adecuado de sus emociones, lo cual les permitirá mejores procesos adaptativos y de desarrollo personal. “Es necesario implementar estrategias para lidiar mejor con el cúmulo de emociones de la vida cotidiana. Todos vivimos momentos de dolor, frustración, enojo, miedo y otras sensaciones que deben ser manejadas adecuadamente para lograr un desarrollo armónico y optimizar la convivencia social”, elabora la especialista. Lo anterior, concluye la psicóloga, requiere que las personas aprendan a reconocer las emociones que viven – reacciones innatas personales ante eventos relevantes – y que tengan una adecuada interpretación de ellas, de manera que pueda dar respuestas moduladas y acordes a la experiencia. Es importante identificarlas El Doctor Francisco Bustamante, psiquiatra de la Clínica Universidad de los Andes, en Chile, comenta que “las emociones son buenas cuando actúan coordinadamente y ninguna asume el control sobre otra”. En ese sentido, asevera que es importante identificarlas y lograr un comportamiento o manejo más sabio e integrado de nuestra personalidad. El especialista explica que “todas las emociones nos acompañan a lo largo de la vida”. La clave está en distinguir entre una emoción sana y una patológica, ya que esta última alcanza una intensidad tan alta y constante que nos puede llevar a perder el control. Agrega que la ansiedad es central en la vida personal, y que tal vez sea la emoción más estudiada después del amor, dado que está ligada al sentido de la existencia. Así mismo, enfatiza que no debemos evadir las emociones, incluyendo las displacenteras, ya que todas nos ayudan a diseñar una parte vital de nuestra personalidad. Más que evitarlas u ocultarlas, debemos escucharlas, aceptarlas y regularlas. Finalmente, comparte seis consejos para un equilibrio emocional y una buena salud mental : dormir bien; pausas durante el día y vacaciones; una alimentación sana; actividad física; buenas relaciones sociales; actividades placenteras o recreacionales. Metro World News habló con la Doctora Nelly Cecilia Capetillo Ventura, Psiquiatra del Centro Médico ABC, para saber más. P: ¿Cuál es la diferencia entre una emoción y un sentimiento? —Las emociones son respuestas químicas y neuronales que se generan en nuestro cerebro en respuesta a un estímulo emocionalmente relevante. Los sentimientos son el resultado de la evaluación consciente de las respuestas emocionales. Las emociones pueden ser inconscientes y automáticas. Los sentimientos son conscientes y requieren de una reflexión y evaluación consciente. Las emociones son temporales y su duración puede variar dependiendo de la situación. Los sentimientos pueden ser más duraderos y pueden o no ser congruentes con nuestra conducta. Podemos ocultar o disfrazar nuestros sentimientos, mientras que las emociones son más difíciles de controlar. P: ¿Por qué es importante prestar atención al manejo de nuestras emociones? —Cuando las emociones no se gestionan de forma adecuada pueden afectar la salud mental y las relaciones interpersonales. Hablar de nuestras emociones nos ayuda a vivir con ellas. No es que sean buenas ni malas. Es importante saber que existen y que tienen una función, que son respuestas temporales a diferentes situaciones. Las emociones y los sentimientos pueden influir en la forma en que percibimos el mundo que nos rodea, además de que pueden influir en cómo interpretamos los comportamientos y las acciones de los demás. Por otra parte, nuestras emociones y sentimientos también influyen en nuestras decisiones y comportamientos, y pueden influir en nuestras interacciones sociales. P: ¿Cuál es la importancia de la educación emocional? — Dado el impacto significativo que las emociones y los sentimientos tienen en nuestra vida, es importante desarrollar habilidades de educación emocional, la cual nos ayuda a comprender y gestionar nuestras emociones y sentimientos de manera saludable y constructiva. A través de la educación emocional, podemos aprender a reconocer nuestras emociones, comprender su origen y expresarlas de manera adecuada. También podemos aprender a manejar el estrés y regular nuestras emociones para tomar decisiones más informadas y tener relaciones saludables. Falta mucho por aprender respecto a temas de emociones y educación emocional. Considero que es necesario normalizar que todos los seres humanos tenemos emociones y reconocer que son pasajeras.
En la década de los 90, los psicólogos estadounidenses Elaine y Arthur Aron acuñaron el término persona altamente sensible o persona con alta sensibilidad (PAS) para hacer referencia a un rasgo que, según afirmaban, hacía a su portador especialmente sensible a los estímulos sensoriales y emocionales. Desde entonces, la idea no ha recibido un apoyo unánime en la comunidad científica. Si bien sí es cierto que ha habido profesionales que la han adoptado, muchos otros han criticado sus postulados, argumentando además que no existe ninguna prueba fácilmente replicable y verificable que sirva para identificar claramente a las personas con este supuesto rasgo. Rasgos y trastornos Los criterios postulados por los Aron son, cuanto menos, algo vagos. Las personas con alta sensibilidad procesaríancon mayor profundidad la información, serían altamente empáticas, o se identificarían con ideas abstractas como la paz o el amor. Según los autores, entre un 15 y un 20% de la población podría portar este rasgo. Como se hace evidente, en la actualidad no existen procedimientos empíricos para comprobar este tipo de criterios, por lo que la identificación del rasgo depende enteramente de la evaluación de un profesional (incluso, ciertas instituciones ofrecen en sus páginas web test que podrían complementar esta evaluación, como es el caso del Instituto de Profesionales de la Alta Sensibilidad). Esta es la principal razón por la que el concepto está en cuarentena por una gran parte de los psicólogos, psiquiatras y neurólogos. Eso sí, probablemente los propios Aron eran conscientes de las reticencias que sus teorías podían despertar entre sus colegas. Pero, como dicen los anglosajones, el diablo está en los detalles: ambos autores insisten en que la alta sensibilidad no es un trastorno ni una enfermedad, sino un rasgo de la personalidad. Este matiz despoja a la Alta Sensibilidad de la categoría de diagnóstico médico, lo que a su vez rebaja los requerimientos para la aceptación legal del concepto. El nacimiento de una industria En principio, podría parecer que la idea de la alta sensibilidad sirve simplemente como herramienta teórica para describir un tipo de personalidades o rasgos en el contexto de la psicología. El problema es que a menudo se convierte en más que eso. Desde que los Aron formularan el concepto, se han publicado innumerables libros que enseñan a ' vivir como una persona altamente sensible '. Se ha generado una cierta industria a su alrededor, completa con formaciones 'certificadas' por las organizaciones creadas en torno a la idea, 'coaching', expertos, cursos... Así, la idea de PAS exige un cierto análisis crítico. No se trata del primer concepto de dudoso valor científico que se convierte en una excusa para que determinadas personas o autores se lucren a costa de personas desinformadas que buscan solución a diversos sufrimientos que sí son reales. Por ello, conviene siempre atenernos a la evidencia científica y recordar el lugar y el calado de los términos y etiquetas, sin olvidar nunca que el cuidado de la salud mental, en última instancia, pertenece al ámbito sanitario y debe regirse siempre por estrictos estándares científicos.
El olfato está íntimamente ligado a la memoria y a las emociones. Por este motivo, los negocios se están interesando cada vez más en utilizar el sentido del olfato a su favor, con el objetivo de incrementar las ventas y mejorar la experiencia de sus clientes. Qué es la memoria olfativa La memoria olfativa consiste en asociar un aroma a una sensación, emoción o vivencia. Esta sensación puede ser agradable o desagradable. Por ejemplo, podemos asociar el olor del protector solar a los días de vacaciones, felices y sin preocupaciones. Al oler ese aroma, se despiertan emociones de alegría y parece que uno se traslada a ese instante de nuevo. El caso opuesto también es muy común. Por ejemplo, si tuvimos una mala experiencia con una persona que solía usar siempre el mismo perfume, cuando volvemos a oler esa fragancia es muy habitual volver a sentir cierto malestar. Cómo funciona la memoria olfativa Es indudable el poder que tienen los aroma s para conectar con nuestros recuerdos y revivir sensaciones, pero, ¿cuál es la explicación? Cómo el olfato conecta con diversas estructuras cerebrales y sus funciones básicas. Los aromas se desplazan desde la nariz hasta el bulbo olfatorio. De allí, la información va directa hacia la amígdala, encargada de procesar las emociones, y al hipocampo, la estructura más implicada en el aprendizaje y la memoria. Pues bien, la información que transmite el aroma no se guarda de forma aislada, sino que se complementa con la vivencia y las emociones que se están sintiendo en ese momento. De esta manera, el aroma queda asociado a unas sensaciones en concreto. La conexión es mayor cuanto más fuerte es la emoción o cuantas más veces se repite la asociación entre ambas. Así, el cerebro es capaz de anticipar estados y actuar en consecuencia. Por ejemplo, si siente un aroma que está asociado al bienestar, le envía señales al cuerpo relacionadas con esta sensación, haciendo que los músculos se relajen y que la respiración se calme, porque percibe que todo está bien. Si el aroma estuviera relacionado con una emoción desagradable, el cuerpo se activaría para huir o atacar en caso de que fuera necesario. Así es como los aromas son capaces de provocar reacciones en nuestro comportamiento. Reacciones que, aunque queramos, no podemos controlar: se trata de un mecanismo automático que nos ha servido a lo largo de millones de años para sobrevivir y socializarnos. Relación entre memoria olfativa, marketing y ventas Tras ver que el gran poder que tiene el olfato para desencadenar emociones, ¿por qué no aprovechar esta valiosa información a través del marketing olfativo? Las ventajas de asociar tu marca con un aroma agradable y único son múltiples. Te contamos las principales a continuación: Un aroma atractivo favorece que los clientes entren al establecimiento y permanezcan allí más tiempo. Eso da como resultado más ventas. Si la experiencia en la tienda ha sido agradable, asociarán el aroma del establecimiento a sensaciones positivas. Así, es posible mejorar la percepción de la marca y reactivar esas emociones cuando vuelvan. Un aroma adecuado es capaz de estimular la decisión de compra, porque puede despertar deseos e intensificarlos. Con el marketing olfativo se actúa especialmente en las emociones que desencadenan procesos de compra. Tener un aroma único, que se asocie de forma exclusiva al establecimiento, mejora la fidelización de los clientes. Éstos reconocerán el aroma y lo identificarán rápidamente con la marca. Permanecer en su recuerdo es clave para que vuelvan a comprar. Pero no sirve cualquier aroma. Debe tratarse de una fragancia única, que se relacione de forma exclusiva con la marca. Y por supuesto, para que sea efectiva, tiene que ser coherente con su personalidad y la de sus clientes, generando las emociones que interese despertar. Existen aromas con carácter alegre, otros que evocan mayor serenidad, otros más elegantes y sofisticados… Cada marca es única, así como el aroma que la representa. Los profesionales del marketing olfativo son especialistas capaces de desarrollar una fragancia que comunique exactamente lo que la marca desea. El olfato y su relación con la memoria Los olores pueden servirnos de referencia para saber en qué lugar nos encontramos, por ejemplo, si estamos cerca de la playa. También nos indican qué comida se está haciendo cerca, si un lugar se ha limpiado recientemente o si alguien querido ha venido a visitarnos, incluso antes de verlo o escuchar su voz. Esto se debe a que los olores están estrechamente vinculados a la memoria. Cuando un niño nace comienza a recibir estímulos del exterior por medio del oído y del olfato, principalmente. Por eso, el olor de su madre le resulta tranquilizador. Al pasar el tiempo, el resto de los sentidos también se irán desarrollando. Sin embargo, según diversos estudios, un adulto tal solo recordará un 1% de lo que toca, un 2% de lo que oye, un 5% de lo que ve y un 35% de lo que huele. Además, el olor permanece almacenado en la memoria hasta siete veces más tiempo que otro recuerdo. ¿Por qué se recuerdan especialmente las cosas que olemos? El conjunto de órganos implicados en la recepción e interpretación de los olores forma parte del sistema límbico. Este también es el encargado de crear respuestas a los estímulos, convirtiéndolos en emociones. Estas sensaciones se quedan mejor grabadas que los simples datos, ya que las emociones tienen mejor aceptación y son más fáciles de memorizar para nuestro cerebro, por todo lo que implican. Algunos de los órganos que intervienen en este proceso son la amígdala cerebral, que procesa las emociones y el hipocampo, que crea recuerdos y los archiva a corto o largo plazo. Los dos están unidos al bulbo olfativo, lugar al que llegan los olores que provienen del exterior. Esta es la razón por la que uno no se olvida del olor que tiene nuestro bebé nada más nacer o la marca de la colonia con la que nos atiborraba nuestra madre para ir todas las mañanas al colegio. Ese olor nos persigue por el resto de nuestras vidas y cuando lo percibimos, nos vienen un montón de recuerdos, como la habitación en la que nos peinaba y cómo abrochaba los botones de nuestra camisa justo antes de salir de casa, mientras murmuraba que nos portásemos bien, por ejemplo.
Las personas inteligentes suelen demostrar una serie de rasgos característicos que reflejan su capacidad intelectual y su forma de enfrentarse al mundo”, apunta la IA. A continuación, resalta “cinco rasgos comunes de las personas inteligentes”: 1. Curiosidad insaciable Para ChatGPT, “la curiosidad es un motor impulsor de la inteligencia”. Señala que las personas inteligentes “tienen una sed constante de conocimiento y una disposición para explorar el mundo que les rodea”. Además, añade que estas personas buscan comprender cómo funcionan las cosas, hacen preguntas y están abiertas a nuevas experiencias. “Esta curiosidad les lleva a aprender de forma continua y a mantenerse al día con los avances en diferentes áreas”, asegura. En 2017, un equipo de investigadores de la Universidad George Mason planteó en la revista Journal of Research in Personality un modelo de cinco dimensiones de la curiosidad: sensibilidad a la falta de conocimiento, gusto por la exploración, curiosidad social, tolerancia al estrés y búsqueda de emociones para adquirir experiencias diferentes o complejas. 2. Capacidad para resolver problemas Una característica fundamental de las personas inteligentes es su habilidad para enfrentar y resolver problemas de manera efectiva. En palabras de la IA, “utilizan el pensamiento crítico y analítico para descomponer problemas complejos en componentes más simples, identificar soluciones potenciales y evaluar las consecuencias de cada opción”. Además, agrega: “su enfoque sistemático les permite abordar desafíos de manera creativa y encontrar soluciones innovadoras”. Precisamente esta destreza está siendo una de las que ha adquirido la IA. A la luz de los nuevos hallazgos, esta potente herramienta ya está siendo capaz de “jugar a videojuegos, resolver laberintos e incluso hacer caminar a un robot simulado”, entre otras funciones. 3. Adaptabilidad La inteligencia incluye la capacidad de adaptarse a diferentes situaciones y entornos. “Las personas inteligentes son flexibles y pueden ajustarse rápidamente a los cambios. Son capaces de enfrentar nuevos desafíos con confianza y eficacia, aprovechando sus habilidades para aprender y desarrollarse en contextos diversos”, afirma ChatGPT. “La adaptabilidad les permite prosperar en entornos dinámicos y responder de manera efectiva a los desafíos emergentes”, añade. En los últimos años, los avances en esta disciplina han demostrado en base al aprendizaje por refuerzo y aprendizaje profundo (deep-learning), que los robots controlados por inteligencia artificial también son capaces de aprender y mejorar su rendimiento a medida que interactúan con su entorno. 4. Pensamiento crítico El pensamiento crítico es una habilidad central de las personas inteligentes, según la inteligencia artificial. “Son capaces de analizar información de manera objetiva, cuestionar suposiciones y evaluar evidencia de manera rigurosa. Utilizan el razonamiento lógico y la reflexión cuidadosa para llegar a conclusiones fundamentadas y tomar decisiones informadas”, subraya la IA de OpenAI. “Esta capacidad les permite resolver problemas complejos y abordar situaciones ambiguas con claridad y perspicacia”, anota. Aunque las IA son capaces de realizar tareas específicas y resolver problemas dentro de sus áreas de especialización, su capacidad para el pensamiento crítico todavía es uno de sus puntos débiles, y bastante limitada en comparación con la de los seres humanos. 5. Empatía y habilidades Sociales “La inteligencia emocional es una dimensión importante de la inteligencia. Las personas inteligentes son conscientes de sus propias emociones y de las emociones de los demás. Tienen habilidades sociales desarrolladas que les permiten establecer relaciones interpersonales sólidas y trabajar de manera efectiva en equipo”, asegura ChatGPT. En efecto, al contrario de lo que marcan algunos clichés, estas personas muestran empatía hacia los demás y son capaces de comunicarse de manera clara y persuasiva, lo que les ayuda a construir lazos importancias y a influir positivamente en su entorno.