Pasar demasiadas horas sentado puede tener un impacto negativo en la salud cardiovascular, incluso en personas que practican ejercicio de manera regular, según un estudio reciente. Este estudio vincula más de 10 horas y media de inactividad diaria con un mayor riesgo de insuficiencia cardíaca y muerte relacionada con problemas del corazón, independientemente de la actividad física que se realice. El trabajo, realizado con 89.530 participantes, se ha publicado en JACC (Journal of the American College of Cardiology) y fue presentado durante las sesiones científicas de 2024 de la American Heart Association. Los hallazgos destacan que el tiempo prolongado en posiciones sedentarias, como estar sentado o tumbado, es perjudicial para el corazón. El sedentarismo es reconocido como un factor de riesgo importante para las enfermedades cardiovasculares, como indica el Colegio Americano de Cardiología en un comunicado. Las pautas actuales recomiendan al menos 150 minutos de actividad física moderada a intensa cada semana para mejorar la salud cardíaca. Investigación No obstante, los investigadores subrayan que la cantidad de ejercicio realizado es solo una parte del panorama, ya que las pautas no abordan específicamente el tiempo que se pasa inactivo, que suele representar una porción mucho mayor del día. Este estudio ha analizado cómo el tiempo dedicado al sedentarismo influye en el riesgo de desarrollar enfermedades como fibrilación auricular, insuficiencia cardíaca, infarto de miocardio y muerte cardiovascular, a la vez que examina cómo interactúan estos factores con la actividad física. Los participantes provenían del biobanco del Reino Unido, donde la edad promedio era de 62 años, y el 56,4% eran mujeres. Se utilizó un acelerómetro triaxial de muñeca para monitorear su actividad durante siete días. En promedio, cada participante estuvo sedentario durante 9,4 horas al día. Tras un seguimiento de ocho años, 3.638 personas (4,9%) desarrollaron fibrilación auricular, 1.854 (2,1%) insuficiencia cardíaca, 1.610 (1,8%) sufrieron un infarto y 846 (0,94%) fallecieron. Sedentarismo El impacto del sedentarismo varió según el tipo de problema cardíaco. En el caso de la fibrilación auricular y los infartos de miocardio, el riesgo aumentó de manera continua conforme crecía el tiempo sedentario. Sin embargo, para la insuficiencia cardíaca y la mortalidad cardiovascular, el riesgo permaneció relativamente estable hasta que el tiempo sentado superó las 10,6 horas diarias, momento en el que el riesgo aumentó considerablemente, revelando un efecto de “umbral”. En aquellos que cumplieron con las recomendaciones de actividad física moderada a vigorosa (150 minutos a la semana o más), los efectos negativos del sedentarismo sobre la fibrilación auricular y el infarto de miocardio se redujeron considerablemente, pero el riesgo de insuficiencia cardíaca y muerte cardiovascular siguió siendo elevado, indica EFE. El cardiólogo Shaan Khurshid, del Hospital General de Massachusetts y principal autor del estudio, señala que las futuras recomendaciones y estrategias de salud pública deben centrarse en la reducción del tiempo sedentario. “Evitar más de 10,6 horas al día sentado podría ser un objetivo realista para mejorar la salud del corazón”, afirma Khurshid. En un comentario editorial asociado, Charles Eaton, de la Universidad de Brown, destaca que el uso de acelerómetros ha demostrado que la gente tiende a sobreestimar la cantidad de ejercicio que realiza y subestimar el tiempo que pasa inactiva. Eaton sugiere que reemplazar solo 30 minutos de inactividad diaria con actividad física podría reducir significativamente los riesgos para la salud cardiovascular.
En la agitada vida moderna, es común sentirse abrumado y estresado debido a las múltiples responsabilidades y demandas diarias. El estrés puede tener un impacto negativo en nuestra salud física y mental si no se maneja adecuadamente. Afortunadamente, existen soluciones eficaces para reducir el estrés y recuperar el equilibrio en nuestras vidas. Tomar vitaminas Para vencer el estrés hay que entender que nuestro sistema nervioso está sometido a una actividad permanente, lo que puede provocar una sensación de agotamiento y ansiedad. Aquí es donde las vitaminas juegan un papel crucial en el manejo del estrés. En particular, las vitaminas del complejo B son conocidas por su capacidad para apoyar y calmar el sistema nervioso. Para obtener suficientes vitaminas del complejo B, asegúrate de tener una dieta equilibrada que incluya alimentos como carnes magras, pescado, huevos, nueces y granos enteros. Si sientes que necesitas un impulso adicional, los suplementos de vitamina B Complex pueden ser una opción, pero es esencial consultar a un profesional de la salud previamente. También es muy conveniente que prestes atención a todos los ingredientes, ya que podría haber alérgenos. Incorporar ejercicio regular en tu rutina El ejercicio físico es una herramienta poderosa para reducir el estrés y mejorar la salud en general. Cuando nos movemos, nuestro cuerpo libera endorfinas, sustancias químicas que actúan como analgésicos naturales y que también mejoran nuestro estado de ánimo. No es necesario realizar ejercicios intensos para obtener los beneficios. Actividades como caminar, nadar o practicar yoga pueden ayudar a reducir las tensiones acumuladas en el cuerpo y la mente. Establecer límites y priorizar el autocuidado La falta de límites y la sobrecarga de responsabilidades pueden contribuir significativamente al estrés. Aprender a establecer límites adecuados y aprender a decir no cuando sea necesario es fundamental para proteger nuestra salud mental y emocional. Esto puede resultar difícil en el trabajo o en las actividades diarias, pero es necesario aprender a decir que no en el momento que sea necesario. Existen guías y trucos que pueden ayudar a organizarnos o a comunicarnos correctamente. Evadirse y entretenerse Además, es crucial priorizar el autocuidado y reservar tiempo para actividades que nos relajen y nos hagan sentir bien. Practicar pasatiempos creativos, leer un libro, tomar un baño relajante o compartir tiempo con amigos y familiares puede ayudarnos a reducir el estrés y mejorar nuestro bienestar en general. El estrés es una parte inevitable de la vida, pero podemos manejarlo eficazmente adoptando las diversas estrategias que hemos visto. Hay que recordar la importancia de consultar a un profesional de la salud antes de comenzar cualquier suplementación o cambio significativo en las rutinas. ¡Prioriza tu bienestar y comienza a reducir el estrés hoy mismo!
La música tiene un gran impacto en el cerebro, ya que afecta a varias áreas del mismo, como las responsables de la memoria, el movimiento y el estado de ánimo. La música es, incluso, capaz de estimular la actividad de varias áreas cerebrales al mismo tiempo. Siempre que sea a una intensidad normal y adecuada, ya que la música a gran intensidad puede ser perjudicial para nuestros oídos. Pero no sólo ocurre con la música que escuchamos sino, al cantar o tocar algún instrumento. Estas actividades favorecen la salud de nuestro cerebro, lo estimulan y favorecen la memoria. Áreas del cerebro sobre las que actúa La música actúa sobre diferentes áreas de nuestro cerebro por distintos motivos: A nivel general Hipotálamo Núcleo accumbens Área tegmental vertebral. La tonalidad de la música En el córtex prefrontal Cerebelo Lóbulo temporal Las letras actúan en Área de Wernicke Área de Broca (según el tipo de canción) Córtex visual (imaginando partes de la canción) Córtex motor Respuestas emocionales El ritmo Córtex frontal izquierdo Córtex parietal izquierdo Cerebelo derecho Además activa los centros de recompensa y placer de nuestro cerebro La música estimula Escuchar o tocar música nos ayuda a concentrarnos, favorece la memoria, pero además estimula varias áreas del cerebro y la producción de: Óxido nítrico, una sustancia vasodilatadora. Libera serotonina. Ayuda a reducir los niveles de cortisol, hormona responsable del estrés y la ansiedad. Segregas Prolactina, hormona de la tristeza o que sirve como calmante de la pena. Efectos positivos de la música en el cerebro La música ayuda a mantener tu salud cerebral y presenta efectos muy positivos, siempre que se escuche a una intensidad adecuada: Mejora del rendimiento cognitivo Reducción del estrés Mejora del estado de ánimo Mejora la memoria Además, se utiliza en rehabilitación, debido a que puede ayudar en la recuperación de personas con problemas neurológicos o algunas enfermedades mentales. La música mejora el estado de ánimo e invita a moverse Cuando la música llega a nuestro oídos, las ondas sonoras se convierten en impulsos nerviosos que viajan a varias áreas del cerebro, incluidas las que liberan dopamina. Escuchar música te hace sentir mejor y promueve las interacciones sociales. Las personas que interpretan canciones o cantan sienten menos la soledad y tienen una mejor calidad de vida. Además, la música favorece el movimiento, otro componente clave en la salud cerebral. La música puede ser una manera placentera de hacer ejercicio, ya que hace que parezca más fácil y entretenido. La música como terapia Muchos expertos utilizan la música para ayudar a sus pacientes a recuperarse de enfermedades y lesiones cerebrales, relajarse o aliviar sus síntomas. Por ejemplo, en adultos que sufren Parkinson, la música y el baile les ayuda a fortalecer el movimiento. En personas con demencia, la música la utilizan para evocar recuerdos mediante canciones de la infancia que pueden ayudarles a recordar personas y lugares. También se puede utilizar para tratar la agitación como agresividad, ansiedad, desasosiego, etc. Mejora la salud del cerebro La música aporta grandes beneficios para la salud de nuestro cerebro. Actividades como cantar, escuchar canciones nuevas y conocidas o hacer música con los demás, favorecen la memoria y la actividad cerebral. Tocar un instrumento también es muy beneficioso para el cerebro, ya que requiere del uso de muchas aptitudes cognitivas como la atención y la memoria.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la salud mental como un estado de bienestar mental que permite a las personas hacer frente a los momentos de estrés de la vida, desarrollar todas sus habilidades, poder aprender y trabajar adecuadamente para contribuir a la mejora de su comunidad. Además, es un derecho humano fundamental y un elemento esencial para el desarrollo personal, comunitario y socioeconómico. La exposición a circunstancias sociales, económicas, geopolíticas y ambientales desfavorables, como la pobreza, la violencia, la desigualdad y la degradación del medio ambiente, también aumenta el riesgo de sufrir afecciones de salud mental. Estos riesgos pueden manifestarse en todas las etapas de la vida, pero los que ocurren durante los períodos sensibles del desarrollo, especialmente en la primera infancia, son particularmente perjudiciales. Por ejemplo, indica la OMS, se sabe que la crianza severa y los castigos físicos perjudican la salud infantil y que el acoso escolar es un importante factor de riesgo de las afecciones de salud mental. Importancia de ir al psicólogo “El mundo ha cambiado y la salud mental se constituye en el don más precioso del ser humano. Porque al psicólogo no va la gente que tiene problemas, puesto que todos en mayor o menor medida tenemos problemas. Al psicólogo va la gente que quiere resolver, aliviar y superar sus problemas”. 5 consejos de la Unicef. Descansa lo suficiente. El descanso es necesario para el cuerpo, la mente y las emociones. Recuperar la energía es una tarea diaria y esto solo se logrará durmiendo como mínimo 8 horas seguidas durante la noche y tomando momentos de desconexión y descanso, especialmente de las redes sociales. Mantente en movimiento, realiza actividad física. La actividad física tiene relación con la estabilidad de nuestras emociones. No solo genera sustancias en nuestro cuerpo que nos hacen sentir mejor, estar más concentrados y descansar mejor, sino que también puede hacernos mantener una mejor autopercepción de nuestro cuerpo. Habla sobre salud mental y sobre tu salud mental. Vence los mitos, vence los prejuicios. La salud mental está llena de mitos y prejuicios, como por ejemplo: “la depresión es flojera” o “los psiquiatras y psicólogos son solo para locos”. Todo ello impide abrirnos a compartir nuestras dificultades y estar dispuestos a la búsqueda de ayuda de manera oportuna. Mantén buenas relaciones con tu familia, amigos y comunidad. Sabemos que la convivencia no es fácil, pero las buenas relaciones que mantenemos con nuestros seres queridos y amigos alimentan nuestra autoestima, confianza y estado de bienestar. Acude a los profesionales de la salud mental. Ya sea a través de una línea telefónica o en centros de salud, para recibir orientación para mejorar tu salud mental o identificar algún problema que tengas. Estos profesionales de la salud mental contribuirán a la recuperación de cualquier problema que se presente.
Pasar demasiadas horas sentado puede tener un impacto negativo en la salud cardiovascular, incluso en personas que practican ejercicio de manera regular, según un estudio reciente. Este estudio vincula más de 10 horas y media de inactividad diaria con un mayor riesgo de insuficiencia cardíaca y muerte relacionada con problemas del corazón, independientemente de la actividad física que se realice. El trabajo, realizado con 89.530 participantes, se ha publicado en JACC (Journal of the American College of Cardiology) y fue presentado durante las sesiones científicas de 2024 de la American Heart Association. Los hallazgos destacan que el tiempo prolongado en posiciones sedentarias, como estar sentado o tumbado, es perjudicial para el corazón. El sedentarismo es reconocido como un factor de riesgo importante para las enfermedades cardiovasculares, como indica el Colegio Americano de Cardiología en un comunicado. Las pautas actuales recomiendan al menos 150 minutos de actividad física moderada a intensa cada semana para mejorar la salud cardíaca. Investigación No obstante, los investigadores subrayan que la cantidad de ejercicio realizado es solo una parte del panorama, ya que las pautas no abordan específicamente el tiempo que se pasa inactivo, que suele representar una porción mucho mayor del día. Este estudio ha analizado cómo el tiempo dedicado al sedentarismo influye en el riesgo de desarrollar enfermedades como fibrilación auricular, insuficiencia cardíaca, infarto de miocardio y muerte cardiovascular, a la vez que examina cómo interactúan estos factores con la actividad física. Los participantes provenían del biobanco del Reino Unido, donde la edad promedio era de 62 años, y el 56,4% eran mujeres. Se utilizó un acelerómetro triaxial de muñeca para monitorear su actividad durante siete días. En promedio, cada participante estuvo sedentario durante 9,4 horas al día. Tras un seguimiento de ocho años, 3.638 personas (4,9%) desarrollaron fibrilación auricular, 1.854 (2,1%) insuficiencia cardíaca, 1.610 (1,8%) sufrieron un infarto y 846 (0,94%) fallecieron. Sedentarismo El impacto del sedentarismo varió según el tipo de problema cardíaco. En el caso de la fibrilación auricular y los infartos de miocardio, el riesgo aumentó de manera continua conforme crecía el tiempo sedentario. Sin embargo, para la insuficiencia cardíaca y la mortalidad cardiovascular, el riesgo permaneció relativamente estable hasta que el tiempo sentado superó las 10,6 horas diarias, momento en el que el riesgo aumentó considerablemente, revelando un efecto de “umbral”. En aquellos que cumplieron con las recomendaciones de actividad física moderada a vigorosa (150 minutos a la semana o más), los efectos negativos del sedentarismo sobre la fibrilación auricular y el infarto de miocardio se redujeron considerablemente, pero el riesgo de insuficiencia cardíaca y muerte cardiovascular siguió siendo elevado, indica EFE. El cardiólogo Shaan Khurshid, del Hospital General de Massachusetts y principal autor del estudio, señala que las futuras recomendaciones y estrategias de salud pública deben centrarse en la reducción del tiempo sedentario. “Evitar más de 10,6 horas al día sentado podría ser un objetivo realista para mejorar la salud del corazón”, afirma Khurshid. En un comentario editorial asociado, Charles Eaton, de la Universidad de Brown, destaca que el uso de acelerómetros ha demostrado que la gente tiende a sobreestimar la cantidad de ejercicio que realiza y subestimar el tiempo que pasa inactiva. Eaton sugiere que reemplazar solo 30 minutos de inactividad diaria con actividad física podría reducir significativamente los riesgos para la salud cardiovascular.
En la agitada vida moderna, es común sentirse abrumado y estresado debido a las múltiples responsabilidades y demandas diarias. El estrés puede tener un impacto negativo en nuestra salud física y mental si no se maneja adecuadamente. Afortunadamente, existen soluciones eficaces para reducir el estrés y recuperar el equilibrio en nuestras vidas. Tomar vitaminas Para vencer el estrés hay que entender que nuestro sistema nervioso está sometido a una actividad permanente, lo que puede provocar una sensación de agotamiento y ansiedad. Aquí es donde las vitaminas juegan un papel crucial en el manejo del estrés. En particular, las vitaminas del complejo B son conocidas por su capacidad para apoyar y calmar el sistema nervioso. Para obtener suficientes vitaminas del complejo B, asegúrate de tener una dieta equilibrada que incluya alimentos como carnes magras, pescado, huevos, nueces y granos enteros. Si sientes que necesitas un impulso adicional, los suplementos de vitamina B Complex pueden ser una opción, pero es esencial consultar a un profesional de la salud previamente. También es muy conveniente que prestes atención a todos los ingredientes, ya que podría haber alérgenos. Incorporar ejercicio regular en tu rutina El ejercicio físico es una herramienta poderosa para reducir el estrés y mejorar la salud en general. Cuando nos movemos, nuestro cuerpo libera endorfinas, sustancias químicas que actúan como analgésicos naturales y que también mejoran nuestro estado de ánimo. No es necesario realizar ejercicios intensos para obtener los beneficios. Actividades como caminar, nadar o practicar yoga pueden ayudar a reducir las tensiones acumuladas en el cuerpo y la mente. Establecer límites y priorizar el autocuidado La falta de límites y la sobrecarga de responsabilidades pueden contribuir significativamente al estrés. Aprender a establecer límites adecuados y aprender a decir no cuando sea necesario es fundamental para proteger nuestra salud mental y emocional. Esto puede resultar difícil en el trabajo o en las actividades diarias, pero es necesario aprender a decir que no en el momento que sea necesario. Existen guías y trucos que pueden ayudar a organizarnos o a comunicarnos correctamente. Evadirse y entretenerse Además, es crucial priorizar el autocuidado y reservar tiempo para actividades que nos relajen y nos hagan sentir bien. Practicar pasatiempos creativos, leer un libro, tomar un baño relajante o compartir tiempo con amigos y familiares puede ayudarnos a reducir el estrés y mejorar nuestro bienestar en general. El estrés es una parte inevitable de la vida, pero podemos manejarlo eficazmente adoptando las diversas estrategias que hemos visto. Hay que recordar la importancia de consultar a un profesional de la salud antes de comenzar cualquier suplementación o cambio significativo en las rutinas. ¡Prioriza tu bienestar y comienza a reducir el estrés hoy mismo!
La música tiene un gran impacto en el cerebro, ya que afecta a varias áreas del mismo, como las responsables de la memoria, el movimiento y el estado de ánimo. La música es, incluso, capaz de estimular la actividad de varias áreas cerebrales al mismo tiempo. Siempre que sea a una intensidad normal y adecuada, ya que la música a gran intensidad puede ser perjudicial para nuestros oídos. Pero no sólo ocurre con la música que escuchamos sino, al cantar o tocar algún instrumento. Estas actividades favorecen la salud de nuestro cerebro, lo estimulan y favorecen la memoria. Áreas del cerebro sobre las que actúa La música actúa sobre diferentes áreas de nuestro cerebro por distintos motivos: A nivel general Hipotálamo Núcleo accumbens Área tegmental vertebral. La tonalidad de la música En el córtex prefrontal Cerebelo Lóbulo temporal Las letras actúan en Área de Wernicke Área de Broca (según el tipo de canción) Córtex visual (imaginando partes de la canción) Córtex motor Respuestas emocionales El ritmo Córtex frontal izquierdo Córtex parietal izquierdo Cerebelo derecho Además activa los centros de recompensa y placer de nuestro cerebro La música estimula Escuchar o tocar música nos ayuda a concentrarnos, favorece la memoria, pero además estimula varias áreas del cerebro y la producción de: Óxido nítrico, una sustancia vasodilatadora. Libera serotonina. Ayuda a reducir los niveles de cortisol, hormona responsable del estrés y la ansiedad. Segregas Prolactina, hormona de la tristeza o que sirve como calmante de la pena. Efectos positivos de la música en el cerebro La música ayuda a mantener tu salud cerebral y presenta efectos muy positivos, siempre que se escuche a una intensidad adecuada: Mejora del rendimiento cognitivo Reducción del estrés Mejora del estado de ánimo Mejora la memoria Además, se utiliza en rehabilitación, debido a que puede ayudar en la recuperación de personas con problemas neurológicos o algunas enfermedades mentales. La música mejora el estado de ánimo e invita a moverse Cuando la música llega a nuestro oídos, las ondas sonoras se convierten en impulsos nerviosos que viajan a varias áreas del cerebro, incluidas las que liberan dopamina. Escuchar música te hace sentir mejor y promueve las interacciones sociales. Las personas que interpretan canciones o cantan sienten menos la soledad y tienen una mejor calidad de vida. Además, la música favorece el movimiento, otro componente clave en la salud cerebral. La música puede ser una manera placentera de hacer ejercicio, ya que hace que parezca más fácil y entretenido. La música como terapia Muchos expertos utilizan la música para ayudar a sus pacientes a recuperarse de enfermedades y lesiones cerebrales, relajarse o aliviar sus síntomas. Por ejemplo, en adultos que sufren Parkinson, la música y el baile les ayuda a fortalecer el movimiento. En personas con demencia, la música la utilizan para evocar recuerdos mediante canciones de la infancia que pueden ayudarles a recordar personas y lugares. También se puede utilizar para tratar la agitación como agresividad, ansiedad, desasosiego, etc. Mejora la salud del cerebro La música aporta grandes beneficios para la salud de nuestro cerebro. Actividades como cantar, escuchar canciones nuevas y conocidas o hacer música con los demás, favorecen la memoria y la actividad cerebral. Tocar un instrumento también es muy beneficioso para el cerebro, ya que requiere del uso de muchas aptitudes cognitivas como la atención y la memoria.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la salud mental como un estado de bienestar mental que permite a las personas hacer frente a los momentos de estrés de la vida, desarrollar todas sus habilidades, poder aprender y trabajar adecuadamente para contribuir a la mejora de su comunidad. Además, es un derecho humano fundamental y un elemento esencial para el desarrollo personal, comunitario y socioeconómico. La exposición a circunstancias sociales, económicas, geopolíticas y ambientales desfavorables, como la pobreza, la violencia, la desigualdad y la degradación del medio ambiente, también aumenta el riesgo de sufrir afecciones de salud mental. Estos riesgos pueden manifestarse en todas las etapas de la vida, pero los que ocurren durante los períodos sensibles del desarrollo, especialmente en la primera infancia, son particularmente perjudiciales. Por ejemplo, indica la OMS, se sabe que la crianza severa y los castigos físicos perjudican la salud infantil y que el acoso escolar es un importante factor de riesgo de las afecciones de salud mental. Importancia de ir al psicólogo “El mundo ha cambiado y la salud mental se constituye en el don más precioso del ser humano. Porque al psicólogo no va la gente que tiene problemas, puesto que todos en mayor o menor medida tenemos problemas. Al psicólogo va la gente que quiere resolver, aliviar y superar sus problemas”. 5 consejos de la Unicef. Descansa lo suficiente. El descanso es necesario para el cuerpo, la mente y las emociones. Recuperar la energía es una tarea diaria y esto solo se logrará durmiendo como mínimo 8 horas seguidas durante la noche y tomando momentos de desconexión y descanso, especialmente de las redes sociales. Mantente en movimiento, realiza actividad física. La actividad física tiene relación con la estabilidad de nuestras emociones. No solo genera sustancias en nuestro cuerpo que nos hacen sentir mejor, estar más concentrados y descansar mejor, sino que también puede hacernos mantener una mejor autopercepción de nuestro cuerpo. Habla sobre salud mental y sobre tu salud mental. Vence los mitos, vence los prejuicios. La salud mental está llena de mitos y prejuicios, como por ejemplo: “la depresión es flojera” o “los psiquiatras y psicólogos son solo para locos”. Todo ello impide abrirnos a compartir nuestras dificultades y estar dispuestos a la búsqueda de ayuda de manera oportuna. Mantén buenas relaciones con tu familia, amigos y comunidad. Sabemos que la convivencia no es fácil, pero las buenas relaciones que mantenemos con nuestros seres queridos y amigos alimentan nuestra autoestima, confianza y estado de bienestar. Acude a los profesionales de la salud mental. Ya sea a través de una línea telefónica o en centros de salud, para recibir orientación para mejorar tu salud mental o identificar algún problema que tengas. Estos profesionales de la salud mental contribuirán a la recuperación de cualquier problema que se presente.