15 de abril de 2025
El estudio, publicado en la revista Nature, se basó en el análisis de datos de personas en Gales, donde la vacuna Zostavax comenzó a administrarse a partir de septiembre de 2013.
Para evaluar su impacto, los investigadores compararon a individuos nacidos justo después del 2 de septiembre de 1933 —quienes fueron elegibles para la vacuna— con aquellos nacidos poco antes de esa fecha, quienes no calificaban para recibirla. Durante los siete años que duró el seguimiento, se diagnosticaron más de 35 mil nuevos casos de demencia entre una muestra de más de 280 mil personas.
Los investigadores observaron que quienes habían recibido la vacuna tenían un 20% menos de probabilidades de desarrollar la enfermedad.
En el caso de las mujeres, esta reducción fue aún más significativa, llegando a una quinta parte. Sin embargo, no se reportaron datos específicos sobre los efectos en hombres.
El doctor Flavio Salazar, inmunólogo y académico de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, explicó en una entrevista con LUN que cada vez hay más evidencia que vincula la respuesta inmune provocada por las vacunas con una posible protección frente a enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson."En el lugar donde se administra la vacuna se genera una respuesta inflamatoria, y esa inflamación podría ofrecer cierto nivel de protección contra el deterioro de las células nerviosas", señaló.
Aunque la vacuna Zostavax ya no se utiliza, su sucesora, Shingrix, fue recientemente aprobada y podría estar disponible en centros de salud privados en Chile.