4 de septiembre de 2024
Esta mañana se comunicó la sensible pérdida del histórico deportista Luis Ayala, considerado uno de los más grandes tenistas en la historia del país. A los 91 años, Ayala falleció este martes 3 de septiembre en la ciudad de Houston, Estados Unidos, según confirmaron sus familiares. Su partida deja un vacío difícil de llenar en el deporte nacional, donde se destacó por su talento, perseverancia y pasión inquebrantable por el tenis.
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Luis Ayala, conocido cariñosamente como “Lucho”, escribió su nombre con letras doradas en la historia del tenis mundial, siendo una figura clave para el desarrollo del deporte en Chile. Su carrera estuvo marcada por logros excepcionales, entre los que destacan sus títulos en dobles mixtos en Roland Garros 1956 y en el Masters de Roma 1959. Además, fue finalista individual en Roland Garros en dos ocasiones (1958 y 1960), semifinalista en dobles mixtos en Wimbledon (1957) y ganador de una medalla de oro en los Juegos Panamericanos de 1958.
Durante su carrera, Ayala alcanzó el 5° puesto en el ranking mundial en 1958 y se mantuvo en el top ten desde 1958 hasta 1961, un logro que solo los mejores del mundo pueden ostentar. Su desempeño en la cancha le ganó el respeto y admiración de sus pares y fanáticos, quienes siempre lo recordarán por su indiscutible estilo de juego.
El legado de Ayala no solo se limita a sus éxitos como jugador. También fue un pilar fundamental para el equipo chileno de Copa Davis, tanto como jugador entre 1952 y 1960, como en su rol de capitán entre 1973 y 1983. Bajo su dirección, Chile alcanzó la final de la Copa Davis en 1976, enfrentándose a Italia, en un hito que marcó un antes y un después en la historia del tenis chileno. Asimismo, Ayala se convirtió en el tenista con más victorias totales e individuales en la historia del equipo chileno de Copa Davis, un récord que aún se mantiene vigente.
Rodrigo Hernández, periodista especializado en tenis, expresó su pesar por la muerte de Ayala, destacando su relevancia en la historia del deporte chileno: “Fue un jugador extraordinario y el tenis chileno lamentará enormemente su partida”.
Hernández recordó algunos de los momentos más icónicos de la carrera de Ayala, señalando que “imborrables serán sus dos finales de Roland Garros, su título en el mixto, el campeonato de Roma y, ya como entrenador, haber dirigido a Chile en su única final de Copa Davis”. Además, hizo una mención especial al hecho de que en 1959, “Lucho fue el primer sembrado en París, año en que durante un tiempo se le consideró el mejor tenista del mundo”.