1 de octubre de 2024
Diosa del cine francés que tocó el cielo de la pantalla grande más allá de sus fronteras gracias a 49 películas –como Y Dios creó a la mujer, Viva María! y Shalako, entre otras-, Brigitte Bardot cruzó hace algunas horas el umbral de los 90 años ahora perpetuada en la fama por su nueva vida, consagrada a la protección de los animales.
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Luego de copar dos décadas con su belleza y talento frente a las cámaras, marcada entonces por el rótulo hoy proscrito de “símbolo sexual”, BB cerró esa puerta de su éxito para encontrarse con una vocación que la acompaña para siempre: “Mi paso por la vida no habrá sido en vano. Dí mi juventud y mi belleza a los hombres. He dado mi experiencia y lo mejor de mí misma a los animales. Mi defensa de los animales justifica toda mi vida”, reseña como parte de su libro de memorias “Larmes de combat” (Lágrimas de combate).
Después del cine y el canto así como de incontables romances y matrimonios fallidos, puso toda su energía para crear la Fundación Brigitte Bardot con tres centros en Francia que albergan cerca de seis mil animales, cuenta con un centenar de empleados y recibe donaciones permanentes de más de 75.000 personas.
Ella administra la obra animalista desde su granja La Madrague, cerca de Saint Tropez, donde reside junto a su cuarto marido, Bernard d’Ormale, empresario y exasesor del político derechista Jean-Marie Le Pen. Incluso, revela que su herencia patrimonial tendrá esa prioridad: “Hice todo lo que estaba en mi poder para asegurarme de que la fundación, que seguirá siendo la Fundación Brigitte Bardot, tuviera los medios para sobrevivirme. Entonces, pase lo que pase, seguirá existiendo”.
La legendaria BB justificó su decisión en una entrevista reciente, argumentando que “nunca ha sido el amor de un hombre lo que me ha hecho querer vivir. Es la angustia que experimentan los animales lo que me empuja y me da ganas de continuar esta lucha”.
Admirada incluso por los intelectuales franceses
“Estoy muy contenta de haber llegado a una edad tan canónica”, confiesa ahora BB a “Sudoest” sobre sus 90, acaso más valorada que cuando era una estrella.
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“Una vida nadada a contracorriente han hecho de Brigitte Bardot una figura aparte”, sostiene sobre su personaje el historiador y crítico de cine, Antoine De Baecque. Incluso resalta la admiración de la intelectualidad francesa por su figura: “Marguerite Duras y Simone de Beauvoir escribieron sobre ella. Beauvoir, en un artículo en la revista estadounidense Esquire de 1958, elogiaba a Bardot por considerar que representaba una libertad sexual que desafiaba al patriarcado”, señala, confirmando su transversalidad.
La Bardot ya no tiene tiempo para eufemismos. “¡No me importa la vejez! Ni siquiera la vi venir”. Pero ¡estoy harta de este cumpleaños, prefiero tener 20!”, expresó al mismo periódico.
Tampoco le importa su condición de mito viviente. “La verdad es que no pienso en ello. Para mí, cada día es igual... Me lo tomo con la misma tranquilidad que antes. ¡Veo pasar el tiempo y pienso que va muy bien!”, señala.
Al fin identificada con su nuevo rol de animalista, la eterna BB reconoce que “el mayor regalo que habría podido recibir, después de 50 años de suplicar a gobiernos y presidentes, es la abolición de la hipofagia. Cuando dejé el cine, fue lo primero que pedí. Que ya no se mataran ni se comieran caballos en Francia. ¡Y no tengo nada! Habría sido un regalo maravilloso para mí”, se lamenta.