9 de junio de 2024
Una nueva investigación revela que la adicción a internet puede inducir cambios significativos en la química cerebral de los adolescentes, contribuyendo a comportamientos más adictivos y afectando su desarrollo mental y físico.
El estudio, publicado en PLOS Mental Health, analiza cómo la adicción a internet altera la conectividad funcional en los cerebros de los jóvenes, y plantea preocupaciones sobre su impacto a largo plazo en la salud mental y el bienestar.
El equipo de investigación, liderado por el estudiante de maestría Max Chang del Instituto de Salud Infantil Great Ormond Street (GOS ICH) de la UCL, revisó 12 estudios que abarcaban una década y que involucraron a 237 jóvenes diagnosticados con adicción a internet. Los resultados muestran que esta adicción afecta a varias redes neuronales, resultando en una mayor actividad cerebral durante el reposo, pero una disminución en la conectividad funcional en la red de control ejecutivo del cerebro, que es crucial para la memoria y la toma de decisiones.
Un cerebro en desequilibrio
Según explicaron los expertos detrás del estudio a The Guardian, la adolescencia es una fase crítica en la que el cerebro experimenta significativos cambios biológicos y cognitivos.
Los adolescentes afectados por la adicción a internet pueden mostrar dificultades para mantener relaciones sociales, mentir sobre su tiempo en línea, y experimentar patrones de alimentación irregulares y sueño interrumpido. Estos síntomas reflejan los profundos cambios en la conectividad cerebral, afectando su capacidad intelectual y coordinación física.
Los investigadores sugieren que la detección temprana y la intervención son cruciales. Chang propone que los clínicos deberían considerar tratamientos dirigidos a regiones específicas del cerebro afectadas por la adicción a internet, así como opciones como la psicoterapia o la terapia familiar para abordar los síntomas clave.
La educación parental también juega un papel fundamental en la prevención de la adicción a internet. “Los padres informados pueden manejar mejor el tiempo de pantalla de sus hijos y minimizar los factores de riesgo asociados con la adicción a internet“, concluye Chang.
Esto incluye enseñar a los jóvenes a establecer límites sensatos para el uso diario de internet y ser conscientes de las posibles implicaciones psicológicas y sociales de su tiempo en línea.