Ya sea para asistir a una boda o graduación, para una ocasión especial o hasta para la oficina, existen reglas de vestimenta que se deben respetar, mismas que se conocen como código de vestimenta o dress code y que determinan qué ropa, zapatos y accesorios se pueden usar, pero también cuáles evitar para cada tipo de evento. No se trata de un término nuevo, desde la antigüedad ciertos grupos sociales vestían con determinadas características para cada ocasión, por ejemplo, en la antigua Roma y Grecia, los de alto rango usaban togas y túnicas que los distinguían del resto. En el antiguo Egipto, los faraones se vestían con piezas elaboradas artesanalmente que eran símbolos de estatus. Pero el concepto más moderno del código de vestimenta fue en el siglo XIX con la Revolución Industrial. La clase trabajadora creció y surgieron nuevas profesiones. Así se empezó a determinar la vestimenta para los entornos laborales. “La ropa se convirtió en una forma de expresar la posición social y como medio de comunicación. En el tema social, también empezó a surgir un interés por las normas de etiqueta. Por ejemplo, a finales del siglo XVIII se creó el “Journal des Dames et des Modes (Diario de Damas y Modas), que fue la primera revista de moda femenina que nació en 1797 en París y que se convirtió en una referencia importante para las mujeres de la alta sociedad porque les explicaba los estilos de vestimenta, diseños, tendencias, entre otros aspectos”, explicó la consultora de imagen Rebeca Maccise en una entrevista. Después, en 1853 surgió el famoso “Manual de Carreño”, escrito por el músico, pedagogo y diplomático venezolano Manuel Antonio del Rosario Carreño Muñoz, en el cual se encuentran las principales reglas cívicas y de etiqueta para las diversas situaciones sociales. Posteriormente, en 1867 nació Harper’s Bazar en USA, que con sus ilustraciones aconsejaba a las mujeres cómo usar la ropa y accesorios. Le siguió, en 1892, la revista Vogue. “El código de vestimenta es básicamente un conjunto de reglas que nos dicen sobre cómo debemos ir vestidos para determinadas ocasiones, lugares, eventos y situaciones”, añadió. Existen cuatro códigos de vestimenta y que se consideran como los más comunes: Sport: Incluye jeans y todas las prendas denim, playeras, tenis, sudaderas, flats, pants, piezas oversize, estampados grandes, gorras, collares de fantasía, shorts, leggings, sandalias piso o Crocs. Casual de vestir : Pantalón chino, pantalones culotte o maxi falda con una blusa de manga corta o larga, suéter abierto, blazer de distinto color que pantalón, mocasines, botas, botines, vestido camisero, sandalias o zapatos de tacón bajo. Formal: Traje sastre de pantalón o falda, corbata, vestido negro a la rodilla, zapatos de tacón, zapatos de agujeta para los hombres. Etiqueta: Vestido largo con bolsa de mano “clutch” o smoking para el caballero. La asesora de imagen, refirió que de estos, han surgido muchas variantes como el “casual chic”, “smart casual”,“boho cocktail”, entre otros. “Más que modificado, los códigos se han adaptado a las nuevas necesidades de cada empresa, institución, organización. Los códigos se han relajado”, comentó Maccise. Como parte de lo anterior, retoma el código del “viernes casual”, que algunas empresas implementaron como un protocolo más relajado que permite el uso de jeans y tenis. “Pero la pandemia incrementó la comodidad muchísimo más. Por ejemplo, el traje en algunos corporativos no es obligatorio. No es que vaya a desaparecer el traje y la corbata por completo, pero el código se ha vuelto más flexible para combinar por ejemplo, un pantalón, con una camisa y blazer”, dijo. Añadió que todo radica en adaptar tu estilo al contexto y cómo quieres ser percibido y recomendó responder las preguntas, “¿Qué quieres proyectar?, ¿formalidad o accesibilidad?, mismas que nos ayudarán a elegir los colores, texturas, accesorios. En empresas y en lugares de trabajo, el código de vestimenta mantiene una imagen profesional, coherente y congruente con base en cómo quieren ser percibidos. “Como dicen, viste de negocios para hacer negocios”· En eventos sociales como bodas, ceremonias de gala, u otros acontecimientos, el “ dress code ” mantiene la formalidad y el respeto hacia quien te está invitando y hacia la ocasión. Pero también los códigos de vestimenta se han implementado en importantes eventos de moda o galas cinematográficas, que años atrás han sido de polémica, por los estrictos protocolos que imponen, como en el Festival de Cannes en el que las mujeres tenían que usar obligatoriamente zapatos de tacón o zapatillas, regla que muchas actrices rompieron para defender su comodidad pero sin perder estilo, al respecto opinó: “Por ahí dicen que las reglas se hicieron para romperse. En ese tipo de alfombras rojas como Cannes o los premios Oscar, que son muy mediáticas, hemos visto a celebridades rompiendo los códigos de etiqueta. A algunos les puede parecer polémico, un insulto y a otros algo divertido y en tendencia. De eso trata la moda: es poderosa. La ropa es un medio de expresión”.
La Inteligencia Artificial (IA) se entiende como la capacidad de las máquinas, el software y las tecnologías para establecer conexiones y relacionar la información de manera similar a la inteligencia humana. Esta, ha llegado a causar un grande impacto en la mayoría de los aspectos de nuestras vidas, y ahora lo ha hecho en uno de los sectores que más ha crecido a lo largo de los años, la moda. Desde la llegada de la IA, las personas se han encontrado en un constante interrogante pues no se sabe con certeza si es simplemente una moda pasajera o algo que llegó para quedarse, y de ser así cabe preguntarnos si se encamina a reemplazar labores humanas, por ejemplo, el año pasado, la emblemática marca Levi’s anunció que desde finales del 2023, empezarían a complementar modelos tradicionales de carne y hueso con avatares desarrollados por herramientas de IA. Estos modelos digitales se utilizarían para el catálogo, con el objetivo de “fomentar la diversidad”. A su vez, en Nueva York el pasado 20 y 21 de abril se celebró la primera semana de la moda con IA, llamada “AI Fashion Week”, la cual representó la simbiosis entre el ingenio humano y el potencial que representa la Inteligencia Artificial como herramienta fundamental para la moda. Con el desarrollo de esta inteligencia, se abre un mundo lleno de ideas y herramientas que pueden ser utilizadas para avanzar de manera progresiva en el sector moda y en todas las fases de los productos de moda, desde la invención del diseño, pasando por un software que automatiza las etapas del proceso de fabricación de piezas y gestión de colecciones, la distribución de productos de acuerdo con la demanda del consumidor, así como programas que ayudan a los consumidores durante las compras y más. Dentro de los avances más interesantes que llegan a mejorar por completo el sector moda y son un fiel reflejo de que la IA trae cambios sustanciales, encontramos la creación de plataformas que pueden predecir el comportamiento de los consumidores, realizando una previsibilidad de las tendencias, en el que se reúnen los datos sobre el comportamiento humano, como los de consumo e interés, los cuales, sirven de fundamento para producir colecciones que cada vez son más cercanas a los intereses de compra de los usuarios, lo que inevitablemente conllevaría a un aumento de las ventas y rentabilidad de estas colecciones. El segundo de ellos, se realiza al momento de producción de la prenda, empezando por una automatización industrial en la que máquinas como herramientas de patronaje, corte automatizado y herramientas de corte que pueden utilizar el aprendizaje automático para evitar el desperdicio de producto y así garantizar una producción más sostenible y amigable con el medio ambiente; además de ello, la IA ha contribuido a la dirección de la información y también a la comprensión de patrones como los costos, el tiempo de producción, el gasto por pieza y otras métricas que son necesarias para una buena gestión del producto. Por último, uno de las más interesantes fue presentado en la semana de la moda en Buenos Aires (BAFweek 2023) en la cual se realizó un desfile virtual inmerso en la red social aumentada Spatial y se presentó el Marketplace Metafashion en la que el público pudo probarse la colección desde su celular, iniciativa que, a su vez, mostró el sello de Inditex, por medio de la marca Stradivarius, exhibiendo una campaña por completo creada con IA, desde las prendas hasta sus modelos. Este cambio trascendental, revolucionará por completo la compra virtual de prendas, puesto que muchas personas, al día de hoy, se abstienen de hacerlo por no saber cómo se les ajustara al cuerpo o se verá en ellas sin medirla, pero con el hecho de poder crear un avatar virtual que se ajuste a la persona y que permita medirse una prenda de manera virtua l, será lo necesario para cambiarlo todo. Y lo más increíble es el saber que este será solo uno de los millones de transformaciones que traerá la IA al sector de la moda.
Ya sea para asistir a una boda o graduación, para una ocasión especial o hasta para la oficina, existen reglas de vestimenta que se deben respetar, mismas que se conocen como código de vestimenta o dress code y que determinan qué ropa, zapatos y accesorios se pueden usar, pero también cuáles evitar para cada tipo de evento. No se trata de un término nuevo, desde la antigüedad ciertos grupos sociales vestían con determinadas características para cada ocasión, por ejemplo, en la antigua Roma y Grecia, los de alto rango usaban togas y túnicas que los distinguían del resto. En el antiguo Egipto, los faraones se vestían con piezas elaboradas artesanalmente que eran símbolos de estatus. Pero el concepto más moderno del código de vestimenta fue en el siglo XIX con la Revolución Industrial. La clase trabajadora creció y surgieron nuevas profesiones. Así se empezó a determinar la vestimenta para los entornos laborales. “La ropa se convirtió en una forma de expresar la posición social y como medio de comunicación. En el tema social, también empezó a surgir un interés por las normas de etiqueta. Por ejemplo, a finales del siglo XVIII se creó el “Journal des Dames et des Modes (Diario de Damas y Modas), que fue la primera revista de moda femenina que nació en 1797 en París y que se convirtió en una referencia importante para las mujeres de la alta sociedad porque les explicaba los estilos de vestimenta, diseños, tendencias, entre otros aspectos”, explicó la consultora de imagen Rebeca Maccise en una entrevista. Después, en 1853 surgió el famoso “Manual de Carreño”, escrito por el músico, pedagogo y diplomático venezolano Manuel Antonio del Rosario Carreño Muñoz, en el cual se encuentran las principales reglas cívicas y de etiqueta para las diversas situaciones sociales. Posteriormente, en 1867 nació Harper’s Bazar en USA, que con sus ilustraciones aconsejaba a las mujeres cómo usar la ropa y accesorios. Le siguió, en 1892, la revista Vogue. “El código de vestimenta es básicamente un conjunto de reglas que nos dicen sobre cómo debemos ir vestidos para determinadas ocasiones, lugares, eventos y situaciones”, añadió. Existen cuatro códigos de vestimenta y que se consideran como los más comunes: Sport: Incluye jeans y todas las prendas denim, playeras, tenis, sudaderas, flats, pants, piezas oversize, estampados grandes, gorras, collares de fantasía, shorts, leggings, sandalias piso o Crocs. Casual de vestir : Pantalón chino, pantalones culotte o maxi falda con una blusa de manga corta o larga, suéter abierto, blazer de distinto color que pantalón, mocasines, botas, botines, vestido camisero, sandalias o zapatos de tacón bajo. Formal: Traje sastre de pantalón o falda, corbata, vestido negro a la rodilla, zapatos de tacón, zapatos de agujeta para los hombres. Etiqueta: Vestido largo con bolsa de mano “clutch” o smoking para el caballero. La asesora de imagen, refirió que de estos, han surgido muchas variantes como el “casual chic”, “smart casual”,“boho cocktail”, entre otros. “Más que modificado, los códigos se han adaptado a las nuevas necesidades de cada empresa, institución, organización. Los códigos se han relajado”, comentó Maccise. Como parte de lo anterior, retoma el código del “viernes casual”, que algunas empresas implementaron como un protocolo más relajado que permite el uso de jeans y tenis. “Pero la pandemia incrementó la comodidad muchísimo más. Por ejemplo, el traje en algunos corporativos no es obligatorio. No es que vaya a desaparecer el traje y la corbata por completo, pero el código se ha vuelto más flexible para combinar por ejemplo, un pantalón, con una camisa y blazer”, dijo. Añadió que todo radica en adaptar tu estilo al contexto y cómo quieres ser percibido y recomendó responder las preguntas, “¿Qué quieres proyectar?, ¿formalidad o accesibilidad?, mismas que nos ayudarán a elegir los colores, texturas, accesorios. En empresas y en lugares de trabajo, el código de vestimenta mantiene una imagen profesional, coherente y congruente con base en cómo quieren ser percibidos. “Como dicen, viste de negocios para hacer negocios”· En eventos sociales como bodas, ceremonias de gala, u otros acontecimientos, el “ dress code ” mantiene la formalidad y el respeto hacia quien te está invitando y hacia la ocasión. Pero también los códigos de vestimenta se han implementado en importantes eventos de moda o galas cinematográficas, que años atrás han sido de polémica, por los estrictos protocolos que imponen, como en el Festival de Cannes en el que las mujeres tenían que usar obligatoriamente zapatos de tacón o zapatillas, regla que muchas actrices rompieron para defender su comodidad pero sin perder estilo, al respecto opinó: “Por ahí dicen que las reglas se hicieron para romperse. En ese tipo de alfombras rojas como Cannes o los premios Oscar, que son muy mediáticas, hemos visto a celebridades rompiendo los códigos de etiqueta. A algunos les puede parecer polémico, un insulto y a otros algo divertido y en tendencia. De eso trata la moda: es poderosa. La ropa es un medio de expresión”.
La Inteligencia Artificial (IA) se entiende como la capacidad de las máquinas, el software y las tecnologías para establecer conexiones y relacionar la información de manera similar a la inteligencia humana. Esta, ha llegado a causar un grande impacto en la mayoría de los aspectos de nuestras vidas, y ahora lo ha hecho en uno de los sectores que más ha crecido a lo largo de los años, la moda. Desde la llegada de la IA, las personas se han encontrado en un constante interrogante pues no se sabe con certeza si es simplemente una moda pasajera o algo que llegó para quedarse, y de ser así cabe preguntarnos si se encamina a reemplazar labores humanas, por ejemplo, el año pasado, la emblemática marca Levi’s anunció que desde finales del 2023, empezarían a complementar modelos tradicionales de carne y hueso con avatares desarrollados por herramientas de IA. Estos modelos digitales se utilizarían para el catálogo, con el objetivo de “fomentar la diversidad”. A su vez, en Nueva York el pasado 20 y 21 de abril se celebró la primera semana de la moda con IA, llamada “AI Fashion Week”, la cual representó la simbiosis entre el ingenio humano y el potencial que representa la Inteligencia Artificial como herramienta fundamental para la moda. Con el desarrollo de esta inteligencia, se abre un mundo lleno de ideas y herramientas que pueden ser utilizadas para avanzar de manera progresiva en el sector moda y en todas las fases de los productos de moda, desde la invención del diseño, pasando por un software que automatiza las etapas del proceso de fabricación de piezas y gestión de colecciones, la distribución de productos de acuerdo con la demanda del consumidor, así como programas que ayudan a los consumidores durante las compras y más. Dentro de los avances más interesantes que llegan a mejorar por completo el sector moda y son un fiel reflejo de que la IA trae cambios sustanciales, encontramos la creación de plataformas que pueden predecir el comportamiento de los consumidores, realizando una previsibilidad de las tendencias, en el que se reúnen los datos sobre el comportamiento humano, como los de consumo e interés, los cuales, sirven de fundamento para producir colecciones que cada vez son más cercanas a los intereses de compra de los usuarios, lo que inevitablemente conllevaría a un aumento de las ventas y rentabilidad de estas colecciones. El segundo de ellos, se realiza al momento de producción de la prenda, empezando por una automatización industrial en la que máquinas como herramientas de patronaje, corte automatizado y herramientas de corte que pueden utilizar el aprendizaje automático para evitar el desperdicio de producto y así garantizar una producción más sostenible y amigable con el medio ambiente; además de ello, la IA ha contribuido a la dirección de la información y también a la comprensión de patrones como los costos, el tiempo de producción, el gasto por pieza y otras métricas que son necesarias para una buena gestión del producto. Por último, uno de las más interesantes fue presentado en la semana de la moda en Buenos Aires (BAFweek 2023) en la cual se realizó un desfile virtual inmerso en la red social aumentada Spatial y se presentó el Marketplace Metafashion en la que el público pudo probarse la colección desde su celular, iniciativa que, a su vez, mostró el sello de Inditex, por medio de la marca Stradivarius, exhibiendo una campaña por completo creada con IA, desde las prendas hasta sus modelos. Este cambio trascendental, revolucionará por completo la compra virtual de prendas, puesto que muchas personas, al día de hoy, se abstienen de hacerlo por no saber cómo se les ajustara al cuerpo o se verá en ellas sin medirla, pero con el hecho de poder crear un avatar virtual que se ajuste a la persona y que permita medirse una prenda de manera virtua l, será lo necesario para cambiarlo todo. Y lo más increíble es el saber que este será solo uno de los millones de transformaciones que traerá la IA al sector de la moda.