Papayas de la región podrían obtener sello de origen

En la Región de Coquimbo existen una serie de productos que pueden denominarse típicos de la zona, como el pisco o el queso de cabra, o la papaya.

Es por esto que las autoridades han querido dar un paso más allá y trabajar para que estos productos tengan un sello propio de origen.

Si bien con el pisco se ha avanzado bastante, hoy es el turno de la papaya, todo un símbolo de identidad y tradición para la región, y en especial, para La Serena y el valle de Elqui. 

Es por esto que se quiere avanzar en su reconocimiento como patrimonio local, pues hoy se carece de un sello de origen que certifique su procedencia y calidad única.

Pero esto podría quedar en el pasado gracias al proyecto denominado “Investigación de la valorización del papayo, un cultivo con identidad”, ejecutado por el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) Intihuasi y financiado por el Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC-R) del gobierno regional de Coquimbo.

El objetivo de esta iniciativa es  demostrar científicamente que las condiciones edafoclimáticas de la región —es decir, las características del suelo y el clima— otorgan a la papaya de Coquimbo atributos diferenciadores que la distinguen de las producidas en otras zonas del país. 

Según datos del INIA, en los últimos años se han perdido alrededor de 100 hectáreas de cultivo, principalmente debido a la presión inmobiliaria, un factor que incluso ha superado a la sequía en su impacto.

Al respecto, Christian Álvarez, seremi de Agricultura, destacó la importancia de este proyecto afirmando que  “es relevante saber que, si bien en la actualidad, y por años se ha identificado a la papaya como un producto con identidad regional, no existe un sello de origen, que proteja y garantice su producción local. Es bajo este escenario, que el INIA Intihuasi está enfocado en recopilar datos y antecedentes que demuestren una diferenciación de la producción, a través de la caracterización local con respecto a otras zonas de producción en nuestro país, además de la obtención de antecedentes necesarios, para acreditar la existencia de una tradición papayera regional”, aseveró la autoridad. 

En ese contexto, Álvarez explica que se busca como resultado, una Denominación de Origen, otorgada por la INAPI, y que debe ser actualizada cada año, demostrando que las condiciones climáticas son especiales para el cultivo de papaya. 

“Todo lo mencionado debe ser respaldado en un informe técnico, que debe ir acompañado de un reglamento de uso y control, además de antecedentes históricos, los que están plasmados en el libro ‘Tradición Papayera, Recopilación Histórica en la Región de Coquimbo’, que fue lanzado recientemente”, señaló el director regional de la cartera. 

Así, una vez que se cuente con toda esta información, se ingresará la solicitud al INAPI. Por el momento, relata Álvarez, se está avanzando en la construcción del informe técnico, para su pronto ingreso y acreditación por parte del comité de administración de dicho organismo.

Pero el proyecto no solo se enfoca en la protección del cultivo, sino también en su valorización. Es así que los estudios preliminares han revelado que la papaya de Coquimbo posee un alto contenido de antioxidantes, lo que la distingue de otras variedades. 

Al respecto, Carlos Furche, director nacional del INIA y exministro de Agricultura, en su reciente visita a la zona resaltó la importancia cultural y económica de esta iniciativa. “La papaya es un producto distintivo de La Serena. Este proyecto no solo protege su tradición, sino que también agrega valor y abre la puerta a una Denominación de Origen que la resguarde de la presión urbanística”.

Para el gobernador regional, Cristóbal Juliá, el otorgar el sello de origen a la papaya es una manera de proteger y valorar un producto que forma parte de nuestra historia y tradición agrícola.

“Esta iniciativa no solo garantizaría la calidad y autenticidad de las papayas cultivadas en nuestra región, sino que también fortalecería nuestra identidad como una región productora. Además, abriría nuevas oportunidades de mercado, fomentaría el desarrollo económico local y el turismo, y permitiría que nuestra papaya sea reconocida como un producto único a nivel nacional e internacional”, aseveró Juliá.

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Fuente: DiarioElDia Región