20 de marzo de 2025
De cara al Día Mundial del Agua, que se conmemorará el próximo sábado 22 de marzo, la Asociación Chilena de Desalación y Reúso (Acades), en conjunto con Criteria, presentaron un estudio que revela las percepciones ciudadanas sobre la crisis hídrica en Chile, haciendo énfasis en la Región de Coquimbo.
La investigación titulada “Agua, crecimiento y desarrollo: la urgente necesidad de un norte claro”, muestra que el 76% de los coquimbanos considera que en Chile se está acabando el agua, con una percepción superior al 60% que arroja el estudio a nivel nacional.
Además, la escasez de agua para la agricultura, la minería y las industrias es el impacto del cambio climático con mayor percepción de ocurrencia, con un 62% que evaluó con nota 9 y 10 la probabilidad de este posible escenario, por encima del aumento de eventos climáticos extremos (56%) e incendios forestales (55%).
A la hora de ver las soluciones a la crisis hídrica, -según el estudio- el 78% de las personas que viven en la región de Coquimbo opinan que se debe fomentar la instalación de desaladoras en la región para abastecer de agua a ciudades e industrias.
En este contexto, el director ejecutivo de Acades, Rafael Palacios, comentó que “el estudio refleja que la principal preocupación de los habitantes de Coquimbo es la disponibilidad de agua y la falta de infraestructura adecuada”.
“Tener agua no es un problema del mañana, sino la urgencia de hoy para las personas que no tienen cómo abastecerse, para la agricultura que ya ha perdido 40% de sus cultivos y para cualquier industria, que sin agua no funcionan”, agregó.
A su vez, recalcó que “es aquí, donde la sequía no se cuenta, se vive, que las soluciones como la desalación son requeridas por las personas y por eso que es imprescindible que se concrete exitosamente la desaladora multipropósito en Panul”.
CRECIMIENTO DEPENDERÍA DE LA DISPONIBILIDAD DE AGUA
El estudio de Criteria y Acades muestra también que acabar con la escasez de agua mediante nuevas fuentes como el reúso y la desalación es la condición más importante para asegurar el crecimiento de la región (38%), seguida de acelerar la inversión en proyectos mineros (20%).
La región de Coquimbo enfrenta un desafío sin precedente en seguridad hídrica debido a la baja disponibilidad de agua y los embalses en niveles críticos que, a junio de 2024, alcanzaban solo un 6% de su capacidad.
“Coquimbo ya no puede depender de las lluvias y la opinión pública es consciente de ello. Un 62% de los habitantes consultados cree que la solución a la crisis hídrica de la región es instalar plantas desaladoras, privilegiando esta opción por encima del 38% que opta por construir más embalses”, agregó Palacios.
El estudio también recoge las percepciones locales en torno a propuestas presidenciales para el futuro de Chile. En esta línea, el 20% de los encuestados considera que la construcción de plantas desaladoras es la opción priorizada, muy por sobre el 14% que se observa a nivel nacional. Esta preferencia es solo superada por la instalación de centrales de energía solar y eólica (26%) y la expansión de la red de trenes a nivel nacional (21%)”.
DIFUSIÓN: EL PASO QUE FALTA
Por su parte, Alberto Kresse, presidente de Acades, explicó que “hicimos el estudio en tres etapas, la primera fue para conocer la preocupación de las personas en general de la zona centro norte respecto de la escasez hídrica y con satisfacción vimos que muchos tenían conciencia del cambio climático, tienen preocupación y están buscando algún tipo de solución sobre dicha condición”.
“La segunda parte de la encuesta tenía que ver con el conocimiento respecto de la gestión del agua y esto fue quizá lo más sorpresivo porque nos dimos cuenta que mucha gente no conoce respecto de alternativas para enfrentar la crisis hídrica, y respecto de la desalación, solamente la mitad de las personas sabía que habían plantas operando en Chile y solamente un tercio que existen plantas que abastecen a ciudades enteras como Antofagasta, Mejillones o Chañaral”, agregó.
Así, sostuvo que “vimos que existe una sospecha que el agua desalada no sería bebible o de buena calidad, cuando en general, en los sistemas que tienen agua continental o de desaladora, la más saludable es la que proviene del mar”.
“Así que esa parte nos levantó alertas de que debemos trabajar más en difundir el conocimiento y los antecedentes que tenemos de estos procesos en las plantas operando en Chile”, acotó.
Finalmente, explicó que “la tercera parte, tenía que ver con las soluciones que deberían ser prioridades dentro de las políticas públicas en temas ambientales, en donde las personas están más propensas a apoyar proyectos de energías limpias, trenes o baterías a enfrentar la crisis hídrica con infraestructura”.