26 de mayo de 2024
Hay tres razones principales que justifican la altitud mínima a la que deben volar los aviones.
En primer lugar la eficiencia del combustible. Y es que, a mayor altitud, el aire es más delgado, lo que reduce la resistencia aerodinámica y permite al avión volar de manera más eficiente, ahorrando combustible.
En segundo lugar los expertos consideran que esta es la altitud ideal para evitar turbulencias. A estas alturas, los aviones pueden evitar gran parte de las turbulencias causada por el clima y las condiciones atmosféricas que se encuentran a niveles más bajos.
Por último, hay que hablar de la seguridad y las rutas de vuelo. Las rutas de vuelo están diseñadas para mantener una separación segura entre los aviones y para optimizar el tráfico aéreo, lo cual es más fácilmente gestionable a estas altitudes.
Es importante destacar que estamos hablando de los aviones de pasajeros en los que todos viajamos. Lógicamente, en los aviones privados o más pequeños y en los militares, las altitudes pueden variar dependiendo del diseño de la aeronave.
Factores que influyen en la altitud de vuelo
Regulaciones y control del tráfico aéreo
La altitud de vuelo también está regulada por las autoridades de control del tráfico aéreo. Estas entidades asignan altitudes específicas para diferentes rutas y aseguran que los aviones mantengan una separación segura. Como es lógico, la altitud de vuelo también puede cambiar durante un viaje, ajustándose para las diferentes fases del vuelo, como el despegue, el crucero y el aterrizaje.