19 de agosto de 2024
Una VPN (red privada virtual) es un software sencillo diseñado para proteger tu privacidad en Internet y hacerles la vida más difícil a los hackers manteniendo en el anonimato tu tráfico y ubicación. Sin embargo, también puedes usarla para muchos otros fines, como navegar de forma rápida y segura y mucho más.
Esta sencilla guía te enseñará todo lo que debes saber para comenzar a usar una VPN.
¿Cómo puede ayudarme una VPN?
Una VPN puede ayudarte a protegerte de varias maneras:
Cuando estás conectado a un servidor VPN, todo tu tráfico de Internet está cifrado. Por tanto, nadie puede ver lo que haces en Internet, ni siquiera tu proveedor de servicios de Internet (ISP). Eso también significa que tu ISP tampoco puede limitar tu velocidad.
El cifrado evita que los hackers vean los datos confidenciales que introduces en las webs, como por ejemplo tus contraseñas. Esto resulta más importante todavía si usas redes Wi-Fi públicas, ya que en ese caso es más fácil que los cibercriminales monitoricen tu conexión. Sin embargo, una VPN garantiza que, incluso si alguien roba tus datos, no podrá descifrarlos ni entenderlos.
Las webs y los servicios de Internet utilizan tu dirección IP para determinar tu ubicación. Cuando te conectas a un servidor VPN, tu dirección IP no será visible.
Como ya no podrán ver tu dirección IP real, tampoco podrán ver dónde estás.
Las webs maliciosas pueden descargar malware y rastreadores en tu dispositivo sin que te des cuenta. Las VPN con protección integrada ayudan a prevenir infecciones bloqueando estos sitios y agregándolos a una lista negra antes de que puedan causar daños.
Algunas VPN también bloquean anuncios y ventanas emergentes, y así evitan que los anuncios maliciosos infecten tu dispositivo con malware.
¿Cómo funcionan las VPN?
Tu VPN redirige todo tu tráfico de Internet a través de uno de sus servidores, donde quedará cifrado. Por ejemplo, puedes estar en España y conectarte a un servidor de EE. UU. La VPN enviará tu tráfico totalmente cifrado desde España a EE. UU. Como tu tráfico está cifrado, tu ISP ya no podrá ver lo que haces en Internet, rastrearte ni saber de dónde has venido.
A partir de ahí, tu servidor VPN redirige tu tráfico a la web que estás visitando. En lugar de ver tu dispositivo como el origen de tu tráfico, la web verá el servidor VPN. Siguiendo la misma lógica, también verá la dirección IP de la VPN en lugar de la tuya. Las mejores VPN utilizan miles de servidores y actualizan sus direcciones IP con frecuencia, por lo que a las webs no les da tiempo de bloquearlas. Por lo tanto, podrás mantenerte en el anonimato y ser totalmente indetectable.