8 de marzo de 2025
Fue uno de los momentos más estremecedores del tenis femenino en el último tiempo. Las lágrimas que paralizaron a la tenista británica Emma Raducanu en su partido de primera ronda en el abierto de Dubai luego de ver en la cancha donde jugaba ante la checa Karolina Muchkova a su acosador.
Un hombre que el día anterior a su debut en el torneo asiático la había hostigado en una zona mixta del recinto deportivo, y que tras el episodio incluso fue detenido por las autoridades locales y posteriormente liberado luego que la propia Raducanu desistiera de seguir una acción penal en contra de su agresor.
Algo de lo que pasadas varias semanas recordó la afectada, quien en la previa a su participación en Indian Wells reconoció el trauma que le significó tal episodio.
“Lógicamente estaba muy angustiada. Le vi en el primer juego del partido y pensé: ‘No sé cómo voy a terminar’. Literalmente, no podía ver la pelota entre las lágrimas. Apenas podía respirar. Me dije: ‘Tengo que tomarme un respiro’. Fue un momento muy intenso”, contó a mediados de esta semana.
“Después del partido rompí a llorar, pero no necesariamente por haber perdido. Había mucha emoción en las últimas semanas por los acontecimientos y necesitaba esa semana libre para tomarme un respiro y venir aquí”, agregó la tenista, quien reveló que para evitar nuevos hostigamientos de parte de desconocidos “siempre estoy con alguien que pueda dar la alarma o ayudar en cualquier situación”.
“Estoy muy alerta, muy sensible y no voy sola a ningún lado. Estoy prácticamente acompañada a todas partes”, reconoció.
El caso de Raducanu, lamentablemente, no es uno que esté alejado a la realidad que varias tenistas han tenido que padecer durante décadas. Figuras relevantes para la disciplina, que sin embargo fueron víctimas de momentos traumáticos...