El pasado lunes 20 de enero, en el sur de Chile, tuvo lugar un hecho bastante particular, el cual tuvo un giro inesperado. Específicamente, un ladrón, cargando un arma, ingresó a un almacén en Valdivia para exigirle a la vendedora el dinero de la caja. Frente a esto, la dueña se negó rotundamente. Esto fue suficiente para que el antisocial diera marcha atrás y se arrepintiera de lo que estaba a punto de hacer. Y en una suerte de remediar la situación, decidió comprar tres caramelos. Pese a esto, de igual forma se robó un paquete de papas fritas, según pudo captar la cámara de seguridad del negocio. El sujeto, de aspecto joven y portando una capucha, cargó el arma en dos ocasiones para apuntarle directamente a la vendedora. Frente a esto, la mujer se quedó en silencio, lo que provocó una risa nerviosa en el antisocial, procediendo a guardar la pistola en su ropa interior. Luego, el ladrón le dijo a la señora “tía, deme $100 de dulces”: buscó en los bolsillos de su pantalón y tomó una moneda para pagar como corresponde. “Ya disculpe tía”, pidió perdón el joven a la vendedora y dueña del negocio. Ante esto, la mujer sin inmutarse por lo que acaba de vivir, le respondió “sí pero no se anda jugando con eso” y le entregó los dulces. Tras recibir los caramelos, el joven se retiró del almacén con su adquisición en mano. No obstante como se hizo mención al comienzo, sacóde una estantería un paquete snacks y huyó más rápido que perro galgo. Fuente: Publimetro
El pasado lunes 20 de enero, en el sur de Chile, tuvo lugar un hecho bastante particular, el cual tuvo un giro inesperado. Específicamente, un ladrón, cargando un arma, ingresó a un almacén en Valdivia para exigirle a la vendedora el dinero de la caja. Frente a esto, la dueña se negó rotundamente. Esto fue suficiente para que el antisocial diera marcha atrás y se arrepintiera de lo que estaba a punto de hacer. Y en una suerte de remediar la situación, decidió comprar tres caramelos. Pese a esto, de igual forma se robó un paquete de papas fritas, según pudo captar la cámara de seguridad del negocio. El sujeto, de aspecto joven y portando una capucha, cargó el arma en dos ocasiones para apuntarle directamente a la vendedora. Frente a esto, la mujer se quedó en silencio, lo que provocó una risa nerviosa en el antisocial, procediendo a guardar la pistola en su ropa interior. Luego, el ladrón le dijo a la señora “tía, deme $100 de dulces”: buscó en los bolsillos de su pantalón y tomó una moneda para pagar como corresponde. “Ya disculpe tía”, pidió perdón el joven a la vendedora y dueña del negocio. Ante esto, la mujer sin inmutarse por lo que acaba de vivir, le respondió “sí pero no se anda jugando con eso” y le entregó los dulces. Tras recibir los caramelos, el joven se retiró del almacén con su adquisición en mano. No obstante como se hizo mención al comienzo, sacóde una estantería un paquete snacks y huyó más rápido que perro galgo. Fuente: Publimetro