A sus 35 años, la atleta Oksana Masters ha conquistado 18 medallas paralímpicas para Estados Unidos, donde creció tras haber sido adoptada cuando tenía ocho años. Durante su trayectoria deportiva ha destacado en disciplinas como remo, ciclismo, biatlón y esquí nórdico; y aunque ahora es toda una campeona, en su cuerpo tiene las marcas del dolor que pasó desde su niñez tras haber sido una sobreviviente del accidente nuclear de Chernobyl en 1986. En el transcurso de su vida, a las secuelas nucleares se sumaron las adversidades por vivir en tres orfanatos, donde fue víctima de abusos. PUBLICIDAD Oksana Masters nació en Ucrania con los huesos de las piernas poco desarrollados y una extremidad más corta que la otra, tenía seis dedos en cada pie, pero sin pulgares. Sus padres la dieron en adopción, alegando que no contaban con los recursos para costear sus tratamientos médicos. Pasó por tres orfanatos, donde fue víctima de abusos. Fue tanto el maltrato, que todavía, siendo una adulta le cuesta sentir que la toquen sin tener miedo. “Mucha gente no quiere creer lo que sucede en ciertos orfanatos de Ucrania pero deberían saberlo. Suceden cosas terribles. Por eso, también estoy cubierta de cicatrices. Cicatrices muy diferentes”, dijo la atleta, según reseñó La Vanguardia. A los ocho años la adoptó Gay Masters, una madre soltera que la llevó a vivir a Buffalo, Nueva York. Aunque la vida le presentó las comodidades que todo niño debe tener, a Oksana le costó adaptarse a estas comodidad, no se adaptaba a su cama blanda, sino que prefería acostarse en el piso. Le costaba recibir cariño. “ Me cuidaron, me alimentaron bien, tuve una buena madre. Pero hubo algunos cambios que me fueron difíciles. Uno de ellos era dormir, porque lo asociaba con el abuso ”, relató. Le amputaron una pierna y años después la otra, eso le ayudó a mejorar su movilidad, también le hicieron varias cirugías para reconstruir sus manos. PUBLICIDAD Oksana Masters y el deporte Después de que le amputaron las piernas, Oksana Masters encontró un refugio en el deporte, más que un entretenimiento o hobby, fue una terapia que la ayudó a sanar emocionalmente y por supuesto fortalecer su condición física. “No me dediqué al deporte para ganar, sino que me ha ayudado a entenderme a mí misma. El deporte me ha hecho ver que el cuerpo, mi cuerpo, tiene un poder que nunca se debe subestimar”, dijo a The Players Tribune. Oksana Masters ha participado en siete Juegos Olímpicos, conquistando 18 medallas en distintas disciplinas para Estados Unidos. En París 2024 ganó la presea de oro en la prueba de contrarreloj de ciclismo.
A sus 35 años, la atleta Oksana Masters ha conquistado 18 medallas paralímpicas para Estados Unidos, donde creció tras haber sido adoptada cuando tenía ocho años. Durante su trayectoria deportiva ha destacado en disciplinas como remo, ciclismo, biatlón y esquí nórdico; y aunque ahora es toda una campeona, en su cuerpo tiene las marcas del dolor que pasó desde su niñez tras haber sido una sobreviviente del accidente nuclear de Chernobyl en 1986. En el transcurso de su vida, a las secuelas nucleares se sumaron las adversidades por vivir en tres orfanatos, donde fue víctima de abusos. PUBLICIDAD Oksana Masters nació en Ucrania con los huesos de las piernas poco desarrollados y una extremidad más corta que la otra, tenía seis dedos en cada pie, pero sin pulgares. Sus padres la dieron en adopción, alegando que no contaban con los recursos para costear sus tratamientos médicos. Pasó por tres orfanatos, donde fue víctima de abusos. Fue tanto el maltrato, que todavía, siendo una adulta le cuesta sentir que la toquen sin tener miedo. “Mucha gente no quiere creer lo que sucede en ciertos orfanatos de Ucrania pero deberían saberlo. Suceden cosas terribles. Por eso, también estoy cubierta de cicatrices. Cicatrices muy diferentes”, dijo la atleta, según reseñó La Vanguardia. A los ocho años la adoptó Gay Masters, una madre soltera que la llevó a vivir a Buffalo, Nueva York. Aunque la vida le presentó las comodidades que todo niño debe tener, a Oksana le costó adaptarse a estas comodidad, no se adaptaba a su cama blanda, sino que prefería acostarse en el piso. Le costaba recibir cariño. “ Me cuidaron, me alimentaron bien, tuve una buena madre. Pero hubo algunos cambios que me fueron difíciles. Uno de ellos era dormir, porque lo asociaba con el abuso ”, relató. Le amputaron una pierna y años después la otra, eso le ayudó a mejorar su movilidad, también le hicieron varias cirugías para reconstruir sus manos. PUBLICIDAD Oksana Masters y el deporte Después de que le amputaron las piernas, Oksana Masters encontró un refugio en el deporte, más que un entretenimiento o hobby, fue una terapia que la ayudó a sanar emocionalmente y por supuesto fortalecer su condición física. “No me dediqué al deporte para ganar, sino que me ha ayudado a entenderme a mí misma. El deporte me ha hecho ver que el cuerpo, mi cuerpo, tiene un poder que nunca se debe subestimar”, dijo a The Players Tribune. Oksana Masters ha participado en siete Juegos Olímpicos, conquistando 18 medallas en distintas disciplinas para Estados Unidos. En París 2024 ganó la presea de oro en la prueba de contrarreloj de ciclismo.