El 10 de enero pasado, cuatro ciudadanos chilenos fueron detenidos por sospecha de estar involucrados en el robo que tuvo lugar en diciembre en la casa de Joe Burrow, el mariscal de campo de los Cincinnati Bengals y uno de los jugadores mejor remunerados en la NFL, con un ingreso anual de 55 millones de dólares. La captura se llevó a cabo después de que las autoridades los detuvieran durante un control de tráfico en Ohio y encontraran pruebas que los ligan al robo sucedido el 9 de diciembre. Según un reporte de TMZ Sports, la información proporcionada indica que, basándose en documentos de la corte, los individuos tenían en su poder objetos como una camiseta de LSU (la institución donde Burrow jugó) y un sombrero de los Bengals. Se cree que estos artículos fueron sustraídos de la residencia del mariscal de campo de los Bengals. Asimismo, contaban con dispositivos automáticos Husky para perforar en el centro, los cuales, según las autoridades, son comúnmente empleados por bandas sudamericanas para romper cristales y entrar en casas. Las autoridades destacaron además que un teléfono hallado entre las pertenencias tenía registros históricos coincidentes con la zona donde está situada la residencia del jugador. Los cuatro arrestados no están acusados directamente del robo por el momento. No obstante, se les han imputado crímenes graves incluyendo posesión ilegal herramientas y participación organizativa. En su declaración, Burrow mencionó sentirse “violado” por lo ocurrido. Luka Doncic, Patrick Mahomes, Travis Kelce, entre otros deportistas han sido víctimas recientes también. La NFL ha incrementado alertas dirigidas a sus jugadores sobre fortalecer medidas seguridad ante robos planeados meticulosamente mientras están ocupados con juegos o entrenamientos. Roger Goodell afirmó: “Es evidente que estamos lidiando con una organización detrás estos crímenes; confiamos plenamente desmantelar estas redes”. Fuente: Publimetro
El 10 de enero pasado, cuatro ciudadanos chilenos fueron detenidos por sospecha de estar involucrados en el robo que tuvo lugar en diciembre en la casa de Joe Burrow, el mariscal de campo de los Cincinnati Bengals y uno de los jugadores mejor remunerados en la NFL, con un ingreso anual de 55 millones de dólares. La captura se llevó a cabo después de que las autoridades los detuvieran durante un control de tráfico en Ohio y encontraran pruebas que los ligan al robo sucedido el 9 de diciembre. Según un reporte de TMZ Sports, la información proporcionada indica que, basándose en documentos de la corte, los individuos tenían en su poder objetos como una camiseta de LSU (la institución donde Burrow jugó) y un sombrero de los Bengals. Se cree que estos artículos fueron sustraídos de la residencia del mariscal de campo de los Bengals. Asimismo, contaban con dispositivos automáticos Husky para perforar en el centro, los cuales, según las autoridades, son comúnmente empleados por bandas sudamericanas para romper cristales y entrar en casas. Las autoridades destacaron además que un teléfono hallado entre las pertenencias tenía registros históricos coincidentes con la zona donde está situada la residencia del jugador. Los cuatro arrestados no están acusados directamente del robo por el momento. No obstante, se les han imputado crímenes graves incluyendo posesión ilegal herramientas y participación organizativa. En su declaración, Burrow mencionó sentirse “violado” por lo ocurrido. Luka Doncic, Patrick Mahomes, Travis Kelce, entre otros deportistas han sido víctimas recientes también. La NFL ha incrementado alertas dirigidas a sus jugadores sobre fortalecer medidas seguridad ante robos planeados meticulosamente mientras están ocupados con juegos o entrenamientos. Roger Goodell afirmó: “Es evidente que estamos lidiando con una organización detrás estos crímenes; confiamos plenamente desmantelar estas redes”. Fuente: Publimetro