Era el gran amigo de un extraterrestre llegado a la Tierra desde el planeta Melmac y al que le encantaba comer gatos. Benji Gregory, el actor que interpretaba al niño Brian Tanner en la célebre serie de televisión ALF, ha fallecido con solo 46 años en la localidad de Peirona (Arizona, Estados Unidos), han informado medios de ese país. Aunque la noticia de la muerte de Gregory se ha sabido este jueves, su hermana Rebecca declaró a la web TMZ que Gregory fue encontrado muerto en su automóvil en un aparcamiento de una oficina del Chase Bank en Peoria, ciudad de 154.000 habitantes, el pasado 13 de junio. La Oficina del Forense del Condado de Maricopa ha informado de que la causa de la muerte de Gregory aún está pendiente. Rebecca Gregory señaló que su hermano sufría de depresión, era bipolar y tenía un trastorno del sueño que a menudo lo mantenía despierto durante días. Además, el actor declaró en alguna entrevista que había sido alcohólico (por lo que acudió a reuniones de Alcohólicos Anónimos, en una de ellas coincidió con otro actor de Alf, Max Wrigh, que hacía de su padre en la serie) y que consumió drogas durante unos cinco años, lo que le llevó a sufrir un accidente con su coche. La familia de Gregory ha añadido que probablemente lo que sucedió es que fue al banco a una gestión el día 12 de junio y que posteriormente se quedó dormido en su coche, donde murió por un golpe de calor debido a las elevadas temperaturas que están azotando al Estado de Arizona, según el medio TMZ. Al triste final de Benji se añade el de su perro, Hans, con el que estaba en el coche y que también murió. Benjamin Gregory Hertzberg había nacido el 26 de mayo de 1978 en Los Ángeles. Debutó en la serie La isla de la fantasía (emitida entre 1978 y 1984), después tuvo apariciones en varias producciones de los ochenta, como El Equipo A, Cuentos asombrosos o Punky Brewster, entre otras. También participó en la película Jumpin’ Jack Flash, de 1986, protagonizada por Whoopi Goldberg. Sin embargo, para la generación que hoy roza los cincuenta Gregory está indudablemente ligado a ALF (acrónimo de Alien Life Form, forma de vida extraterrestre) la entrañable y divertida serie que se unía, como años atrás la película de Steven Spielberg E.T. el extraterrestre (1982), a quienes querían mostrar a los alienígenas como seres divertidos y con cualidades humanas y no como una amenaza para los terrícolas. En este caso, lo hacía de manera un tanto paródica del célebre filme. La telecomedia, creada por Paul Fusco y Tom Patchett, la empezó a emitirse en 1986 la cadena NBC en EE UU —donde se convirtió en un fenómeno, incluidas camisetas de ALF for president! en año electoral— y después llegó a exhibirse en unos cincuenta países. La serie tuvo cuatro temporadas y un centenar de episodios, alcanzando una gran popularidad por varias razones: una deliciosa sintonía, los Tanner, que representaban a una familia convencional (un matrimonio con una hija adolescente y un niño), aunque tuvieran que cargar con las travesuras de Alf, especialmente el padre de familia, Willie (al que daba vida el actor Max Wright). Pero lo que hacía a Alf diferente era, sin duda, el humor del personaje central desde que este aterrizó por casualidad con su platillo volante en el jardín de los Tanner tras dejar Melmac antes de que estuviera a punto de explotar. Su gran fijación era comerse a Lucky, el gato que convivía con ellos (quien sabe si hoy habría quien lo viera esto políticamente incorrecto). En definitiva, era una serie que podía ver toda la familia y niños de diferentes edades. Precisamente, el personaje de Brian defendía a capa y espada a su amigo, una marioneta de complicado manejo que parecía un cruce entre oso hormiguero y erizo, en especial del Ejército estadounidense, que buscaba al alienígena, y de los vecinos y extraños para que no lo descubrieran. Gregory dejó en los noventa el mundo del espectáculo, aunque estudió en la Academy of Art College, universidad privada de San Francisco. Posteriormente, en 2003, se alistó en la Marina estadounidense, aunque dos años después tuvo que abandonar por sus problemas de salud.
Era el gran amigo de un extraterrestre llegado a la Tierra desde el planeta Melmac y al que le encantaba comer gatos. Benji Gregory, el actor que interpretaba al niño Brian Tanner en la célebre serie de televisión ALF, ha fallecido con solo 46 años en la localidad de Peirona (Arizona, Estados Unidos), han informado medios de ese país. Aunque la noticia de la muerte de Gregory se ha sabido este jueves, su hermana Rebecca declaró a la web TMZ que Gregory fue encontrado muerto en su automóvil en un aparcamiento de una oficina del Chase Bank en Peoria, ciudad de 154.000 habitantes, el pasado 13 de junio. La Oficina del Forense del Condado de Maricopa ha informado de que la causa de la muerte de Gregory aún está pendiente. Rebecca Gregory señaló que su hermano sufría de depresión, era bipolar y tenía un trastorno del sueño que a menudo lo mantenía despierto durante días. Además, el actor declaró en alguna entrevista que había sido alcohólico (por lo que acudió a reuniones de Alcohólicos Anónimos, en una de ellas coincidió con otro actor de Alf, Max Wrigh, que hacía de su padre en la serie) y que consumió drogas durante unos cinco años, lo que le llevó a sufrir un accidente con su coche. La familia de Gregory ha añadido que probablemente lo que sucedió es que fue al banco a una gestión el día 12 de junio y que posteriormente se quedó dormido en su coche, donde murió por un golpe de calor debido a las elevadas temperaturas que están azotando al Estado de Arizona, según el medio TMZ. Al triste final de Benji se añade el de su perro, Hans, con el que estaba en el coche y que también murió. Benjamin Gregory Hertzberg había nacido el 26 de mayo de 1978 en Los Ángeles. Debutó en la serie La isla de la fantasía (emitida entre 1978 y 1984), después tuvo apariciones en varias producciones de los ochenta, como El Equipo A, Cuentos asombrosos o Punky Brewster, entre otras. También participó en la película Jumpin’ Jack Flash, de 1986, protagonizada por Whoopi Goldberg. Sin embargo, para la generación que hoy roza los cincuenta Gregory está indudablemente ligado a ALF (acrónimo de Alien Life Form, forma de vida extraterrestre) la entrañable y divertida serie que se unía, como años atrás la película de Steven Spielberg E.T. el extraterrestre (1982), a quienes querían mostrar a los alienígenas como seres divertidos y con cualidades humanas y no como una amenaza para los terrícolas. En este caso, lo hacía de manera un tanto paródica del célebre filme. La telecomedia, creada por Paul Fusco y Tom Patchett, la empezó a emitirse en 1986 la cadena NBC en EE UU —donde se convirtió en un fenómeno, incluidas camisetas de ALF for president! en año electoral— y después llegó a exhibirse en unos cincuenta países. La serie tuvo cuatro temporadas y un centenar de episodios, alcanzando una gran popularidad por varias razones: una deliciosa sintonía, los Tanner, que representaban a una familia convencional (un matrimonio con una hija adolescente y un niño), aunque tuvieran que cargar con las travesuras de Alf, especialmente el padre de familia, Willie (al que daba vida el actor Max Wright). Pero lo que hacía a Alf diferente era, sin duda, el humor del personaje central desde que este aterrizó por casualidad con su platillo volante en el jardín de los Tanner tras dejar Melmac antes de que estuviera a punto de explotar. Su gran fijación era comerse a Lucky, el gato que convivía con ellos (quien sabe si hoy habría quien lo viera esto políticamente incorrecto). En definitiva, era una serie que podía ver toda la familia y niños de diferentes edades. Precisamente, el personaje de Brian defendía a capa y espada a su amigo, una marioneta de complicado manejo que parecía un cruce entre oso hormiguero y erizo, en especial del Ejército estadounidense, que buscaba al alienígena, y de los vecinos y extraños para que no lo descubrieran. Gregory dejó en los noventa el mundo del espectáculo, aunque estudió en la Academy of Art College, universidad privada de San Francisco. Posteriormente, en 2003, se alistó en la Marina estadounidense, aunque dos años después tuvo que abandonar por sus problemas de salud.