14 de octubre de 2024
Con menos de un mes para las elecciones, Kamala Harris se mantiene al frente en la carrera electoral contra Donald Trump, mientras la polarización en Estados Unidos se intensifica. A pesar de las promesas de Trump de moderar su retórica, el clima político ha regresado a un estado de confrontación.
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Hace algunos meses, tras un atentado en su contra, Donald Trump había manifestado su intención de suavizar su discurso hacia la administración de Joe Biden, reconociendo el alarmante nivel de polarización que se vivía en el país. Sin embargo, desde que Harris asumió la candidatura demócrata en lugar de Biden, las promesas de un tono más civilizado han quedado en el olvido.
El reciente debate electoral mostró a Harris con un desempeño sólido, mientras Trump, lejos de moderar su tono, ha intensificado sus ataques personales. “Repugnantemente incompetente”, “tonta” y “absolutamente incapacitada para el cargo de presidenta de Estados Unidos” son solo algunos de los términos que el expresidente utilizó para describir a su oponente durante un evento en Scranton, Pensilvania, el lugar natal de Biden.
La campaña de Harris ha reaccionado con astucia, burlándose de la baja asistencia a los mítines de Trump. A medida que ambos candidatos lanzan insultos, la situación se torna más intensa. Harris ha logrado captar la atención de votantes en bastiones tradicionalmente pro-Trump, incluyendo el respaldo de figuras como Liz Cheney, quien prometió apoyo en su gabinete si Harris es elegida.
A medida que se acercan las elecciones, las encuestas nacionales reflejan una ligera ventaja para Harris, quien acumula un 49% de la intención de voto, en comparación con el 46% de Trump, según un sondeo reciente de The New York Times. En el análisis de los estados clave, Harris podría obtener 276 votos electorales frente a 262 de Trump, un escenario que augura una contienda muy ajustada.
Si la vicepresidenta logra dominar en estados críticos como Arizona, Míchigan, Pensilvania, Nevada, Carolina del Norte, Georgia y Wisconsin, podría hacer historia como la primera mujer presidenta de EE. UU. En contraste, Trump intenta que las encuestas repitan el escenario de 2016, donde logró una victoria sorpresiva. “No quiero ser amable”, afirmó recientemente, refiriéndose a su agresiva estrategia de ataque.
En este entorno ya tenso, incluso desastres naturales como los huracanes Helene y Milton han sido politizados. Trump hizo afirmaciones infundadas sobre el uso de fondos de emergencia para albergar a inmigrantes ilegales. A su vez, Kamala Harris ha sido acusada de politizar la crisis por parte del gobernador de Florida, Ron DeSantis, quien criticó su respuesta durante la tormenta.